La especulación en los establecimientos comerciales de los barrios de Caracas

“El pueblo que quiera ser libre que lo sea primero en los negocios” José Martí

I-. Fiscalizaciones e inspecciones en los barrios

En los barrios de Caracas, la presencia del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicio (Indepabis) y de la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop), a mi juicio, ha sido deficiente, ya que ambas instituciones fiscalizan esporádicamente a los comercios ubicados en estos sectores, allí, quienes poseen supermercados, abastos, fruterías, carnicerías, panaderías, ferreterías, farmacias, entre otros, actúan a sus anchas, incurriendo en el delito de especulación y usura.

Recientemente, desde los medios de comunicación social, las instituciones encargadas de velar por la protección al consumidor (Indepabis y Sundecop), anunciaron realizar fiscalizaciones e inspecciones a comercios ubicados en distintas parroquias de Caracas. Felicitamos y aplaudimos esta iniciativa, sin embargo, exigimos su presencia en los barrios de forma permanente. Urge establecer en estas comunidades, oficinas, sedes y promotores, para frenar esta situación que afecta a miles de hogares pobres. A su vez, sugerimos se instalen las “Brigadas de Defensas y Educación al consumidor”, con lo cual, se contribuiría a la consolidación de una sociedad que ejerza una cultura del consumo y no del consumismo.

II-. Especulación sin fronteras

Es importante destacar, que en los barrios, la mayoría de estos pequeños y medianos comerciantes inescrupulosos, en su mayoría son de otras latitudes, quienes incluso no viven en estas localidades, no tienen sentido de pertenencia con ellas, mucho menos arraigo y empatía con quienes allí habitan. Su objetivo es claro: vender con sobreprecio y obtener ganancias exorbitantes, raras veces colaboran con quienes solicitan su apoyo para alguna actividad, deportiva, cultural o social. Es lamentable su actitud, por cuanto en nuestro país se les abrió las puertas y se les brindó todo el apoyo para que se integraran a la sociedad venezolana, sin xenofobia ni exclusiones.

Muchos de ellos migraron de Europa, otros más recientemente de Asia, vinieron de sus respectivos países bajos circunstancias adversas, en algunos casos, huyendo de la guerra, la pobreza y el hambre. Sus cuantiosos ingresos, su holgada y cómoda vida en la tierra de “guerreros y libertadores”, es gracias a la clase trabajadora proveniente de esos mismo barrios, los cuales vendiendo su fuerza de trabajo le han producido y generado cuantiosos dividendos, a veces estos caballitos de batalla pasan ocho horas y hasta más tiempo parados, en algunos casos con beneficios mochos, cesta ticket incompletos, sin vacaciones, bonificaciones, ni seguridad social.

Realizamos desde esta trinchera, un llamado a las autoridades competentes: Ministerio de Salud, Ministerio del Trabajo, El Seniat, Sundecop, Indepabis, Semcamer, Policía Nacional Bolivariana, Consejos Comunales, para que de una forma integrada, compacta, articulada y no fragmentada, evalúen las condiciones laborales de los trabajadores, si estos comercios cumplen con los beneficios establecidos en la Ley Orgánica de los Trabajadores (LOT)? si evaden impuesto municipales (Sumat) y nacionales (Seniat)? sí cumplen y respetan la regulación de precios establecidos por el Gobierno Nacional? sí conservan la salubridad y estado de los alimentos? sí colocan la lista de precios? y sí, sus pesos y balanzas se encuentran en orden?

III-. Fiscalización en las grandes empresas de alimentos Vs Fiscalización en el barrio

Reconocemos el esfuerzo realizado por el Gobierno Nacional en la supervisión, fiscalización, decomiso y sanciones establecidas a las grandes empresas de alimentos y a las grandes cadenas de supermercados, ya que estas acciones neutralizan y colocan en su lugar a quienes pretenden dar un golpe alimentario, intentando desestabilizar al país como lo hicieron durante los años 2002, 2003 y 2007 (Para mayor información, ver artículo publicado en Aporrea el día 22/11/2013 “Lucha contra la especulación y acaparamiento en Venezuela 1999-2012”)

De manera, que el Plan de Inspección y fiscalización anunciado por el Vicepresidente Nicolás Maduro el pasado 07 de enero de 2013, cobra pertinencia y carácter estratégico “Este Plan va a permitir elaborar un conjunto de inspecciones y fiscalizaciones para garantizar que los alimentos lleguen a las familias venezolanas” (Ciudad Caracas, 08/11/2013, P.9)

De igual forma, ese mismo día, el Ministro Ricardo Menéndez, Vicepresidente del Área Económica y Productiva anunció que el Gobierno Nacional está al tanto de “cuantos y quién tiene cada producto dentro del país por lo que no vamos a aceptar ningún esquema de desabastecimiento ni jugar con el hambre ni la situación del pleno abastecimiento en el país. Afirmó además, que la fiscalización en los establecimientos es “para asegurar la alimentación al pueblo y luchar contra los que quieren arremeter con sus campañas de desestabilización a las comunidades. (Idem, p.9).

En este contexto, solicitamos con vehemencia a las autoridades competentes instalarse en las comunidades populares, en los barrios, y trabajar con la misma mística como lo han hecho a gran escala con los grandes empresarios, no podemos subestimar a los pequeños y medianos comerciantes, por cuanto reiterativamente ocasionan un terrible daño a ciudadanos humildes de Petare, Pro-patria, Magallanes de Catia y La Vega. Me desenvuelvo periódicamente en estas comunidades y he logrado corroborar que en cada una de estas localidades, venden el Kilo de Carne entre 55 y 70 Bs, el Pollo entre 35 y 45 Bs, La Harina entre 10 y 15 Bs, el cartón de Huevos entre 46 y 54Bs. Así mismo, expenden otros productos de la cesta básica, con sobreprecio. Ello , sin meter los precios astronómicos que fijan los buhoneros y que será motivo de análisis en otro artículo, que publicaremos próximamente.

IV-. Rigurosidad en la aplicación de la Ley

Por lo antes expuesto, solicitamos se apliquen las sanciones establecidas en la ley, e incluso, en caso de faltas reiterativas, eliminarle la patente de comercio e impedirle ejercer ninguna actividad que implique venta de alimentos o cualquier otro ramo en todo el territorio nacional. No podemos avalar desde el gobierno, un estado de impunidad, los comerciantes conocen perfectamente a las instituciones del estado, las cuales generalmente actúan de forma epiléptica y coyuntural. Por eso, apenas el Indepabis da la vuelta colocan los precios por las nubes, burlándose del gobierno, las instituciones y la ciudadanía.

V-. Pueblo libre primero en sus negocios

Ante este hecho, se deben propiciar, estimular y conformar desde el barrio centros de producción y consumo comunales, manejados por organizaciones comunitarias, por venezolanos, donde se expendan productos a precios justos, a precios regulados. Panaderías, carnicerías, fruterías, verdulerías, hortalizas, farmacias, tiendas de ropa y calzados, entre otras; todas comunales, es decir, todo el barrio produciendo para autoabastecerse y no depender de estos comerciantes con espíritu antinacional y usurero quienes se han enriquecido por años en las barriadas caraqueñas.

Impulsemos entonces, una sociedad de emprendedores porque en la dependencia no hay forma posible de desarrollo. Tomemos el ejemplo de La Base Socio-productiva de Charallave, donde se expenden frutas, vegetales, hortalizas y otros rubros, libre de agrotóxico, a precios justos. Allí, pese a que el centro productivo de 6 mil metros cuadrados es administrado por la Fundación de Capacitación e Innovación para apoyar la Revolución Agraria (CIARA), sin embargo, la comunidad está incorporada en el desarrollo socio-productivo de esta comunidad, mediante la conformación de Brigadas

Posee una casa de cultivo, invernadero, conuco, viveros, galpón de gallinas, lombricario y una sala de capacitación para los brigadistas. Los rubros obtenidos son expendidos en las ferias socialistas que se llevan a cabo en la comunidad. La idea es capacitar a la comunidad para que gerencien ellos mismo los centros productivos y den un salto cualitativo y cuantitativo en el ejercicio de la soberanía alimentaria. También en esta comunidad funcionan los Agrokioskos. Siembran Pimentón, Ají, Cambur, Lechosa. Además, poseen un galpón con 128 gallinas ponedoras, las cuales tiene una producción de cuatro cartones diarios, dichos cartones se venden a 25 Bs. Por su parte, el Kg de Ají a Bs. 10; el Pimentón 15, el Kilogramo; y el Cambur, a 5 Bolívares el Kg. (Ciudad Caracas, 24/01/2013. P, 7)

José Martí, seguidor de los pasos de Bolívar, señaló al respecto: “El pueblo que quiera ser libre que lo sea primero en los negocios”

lucha.armada@hotmail.com


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