La Tristeza de los funcionarios públicos por el triunfo del Comandante

En muchos organismos públicos este martes 9 de octubre aún reinaba la tristeza y las caras largas con el triunfo del Comandante Chávez. Las elecciones del 7 de octubre pusieron en evidencia que el voto soterrado de la oposición, la que no se manifiesto en sus concentraciones y marchas, salió a relucir. Pero, ¿ donde está, contra qué vota y por quién vota?

Las caras largas en los organismos públicos dan luces respecto a que el voto oculto de la oposición está en la Administración Pública Nacional, Estadal y Municipal: en los funcionarios que ya no resisten la careta de la neutralidad, ni la falsa de hacerse pasar por chavistas para gozar de las mieles del poder. Pero, ¿contra quién votan estos funcionarios? ¿Acaso será contra Chávez? Parece que sí y que no. No votan contra Chávez porque el resentimiento de muchos funcionarios es contra la arbitrariedad, el desorden y las prácticas Adeco- Copeyanas de muchos “camaradas” en los puestos de dirección. Esos, que demuestran con sus acciones sus inconsistencias ideológicas respecto al socialismo. Muchos dicen ser “revolucionarios”; pero, sólo basta ver como desvalorizan y maltratan a sus compañeros de trabajo, como se niega el profesionalismo y la capacitación por una falsa camaradería y arrogancia. Y ni que decir de su planificación estratégica que no dista del día a día o del como valla yendo vamos viendo. Basta con preguntarle a estos “jefes” por las líneas generales del plan de desarrollo económico y social de la Nación 2007- 2013 para conocer su absoluta ignorancia sobre el proyecto país. Muchos de ellos tratan al pueblo con el desprecio que caracteriza a la oposición. Y se dicen “revolucionarios” e inclusive tienen la osadía de llamarse “socialistas”. Estos jerarcas de la Administración Pública son simple y acomodados repetidores del discurso presidencial, sin mayor reflexión y menos emoción. Pero, lo que más molesta a los funcionarios que votan por la oposición es la incapacidad manifiesta de esos altos jerarcas para gobernar: su incapacidad para darle a sus organizaciones una dirección consistente con el proyecto país, de allí que siempre estén a la deriva. Son “Jefes” para acomodarse sumisamente; pero, no para construir el socialismo que necesita la Patria.

Por otra parte, estos Funcionarios Públicos sí votaron contra Chávez porque él colocó a muchos de estos Ministros, Vice ministros, Presidentes de empresas, Gobernadores  y Alcaldes,  a pesar de la mala y corrupta gestión de estos personajes y sin embargo, han sido y son ratificados por el Presidente contra de la voluntad del pueblo que sufre de las prácticas cuarto republicanas de esos Funcionarios.

Ahora bien, ¿por quién votan los funcionarios que lo hicieron por la oposición? Esta pregunta nos permite abordar el tema de la denominada “clase media”. Aquella clase desclasada; que de media tiene sólo el nombre: nos referimos a los trabajadores que cobran quince y último, a los funcionarios públicos, los profesores universitarios, los profesionales que son empleados en empresas públicas o privadas y a los obreros que no se consideran obreros sino empleados. Todas estas personas odian ser tratados como clase trabajadora cuando en realidad no son otra cosa. Ellos votan y siempre votaran por dos razones: o por sus privilegios o contra la pérdida de sus privilegios. Con el primer triunfo de Chávez (1998) la denominada clase media votó en contra de la perdida de sus privilegios de manos de la alianza Adeco- Copeyana con el gobierno de Estados Unidos y su consenso de Washington, que generó una incontenible crisis económica y social en el país. Y ahora, el 7 de octubre de 2012 votaron por el reconocimiento de sus privilegios. La envidia de esta “clase media” por los privilegios que creen son de otros (los chavistas) los desquician, no se sienten reconocidos, frente al resto de la clase trabajadora. En las relaciones desiguales de poder no se perciben con el poder, no pueden ver por detrás del hombro a los otros trabajadores porque no creen estar en la cúspide; de allí que les resulte insoportable reconocer al otro, a aquel que ven como inferior y despreciable.

La “pequeña burguesía” no reconoce los beneficios que ha obtenido del proceso bolivariano, como no la reconocen muchos de los que han obtenido puestos en PDVSA o en cargos Públicos. Ellos no reconoce que han podido comprar vivienda y carro por este proceso bolivariano; no reconoce que por este gobierno tiene como mantener a sus hijos en colegios privados, hacer viajes y comprar dólares: se les olvidó de donde vienen. Para esa “clase media” tampoco cuenta el proyecto ultraderechista de la oposición, que cree en su amplia ignorancia política, individualismo y poca sabiduría, que no los va a afectar. No les importa lo que pasa con la “clase  media” de España o Grecia, no les importa que estén perdiendo sus casas, sus bienes, su hogar y muchos que piensen en el suicidio. Piensan que ¡Esto no les pasará! De allí que alegremente se refugien en su resentimiento y en su poderosa envidia por “carecer” de privilegios: sin importar la patria, ni el mañana. Conciencia de clase trabajadora nunca la tendrán porque no se consideran trabajadores sino casi burgueses o “únicos” privilegiados de la renta petrolera. Estos señores en su arrogancia desconocen o nos les interesa la historia reciente donde los grandes tributarios de nuestra riqueza han sido el imperio de Estados Unidos, la burguesía parásita nacional y las cúpulas traidoras de los partidos políticos de Acción Democrática y Copei.

Las debilidades del proceso bolivariano paralizan con sus múltiples chantajes a las clases trabajadora y campesina; pero, por el otro lado estimulan el espíritu envidioso, egoísta e individualista de los Funcionarios Públicos (o “clase media”) que votaron el 7 de octubre en contra del Presidente Hugo Chávez. Estos Funcionarios votan para recobrar los privilegios y estatus que creen le son exclusivo por derecho divino. La respuesta no está sólo en derrotar la estrategia anti-nacional de la oposición, en el proceso electoral, ni en poner a trabajar a muchos de estos Funcionarios desocupados y perezosos que de otra manera estarían trabajando para la construcción de la patria. La respuesta está, en el reconocimiento por parte de los líderes del proceso bolivariano y de las clases trabajadora y campesina de sus líderes naturales en la dirección y ejecución del proyecto socialista a nivel Nacional, Estadal y Municipal. El sueño del socialismo debe ser el sueño de todos los hombres, mujeres, niños, adolescentes y ancianos de Venezuela y Latinoamérica. Venciendo nuestras debilidades y capacitando a nuestro líderes naturales derrotaremos al imperialismo y construiremos el socialismo que queremos. Viviremos y Venceremos, Que viva el socialismo, Carajo.



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Néstor Aponte


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