Me decidí a escribir esta nota, porque pensé que me permitiría canalizar un poco la rabia y la frustración que me hicieron acumular diferentes situaciones vividas cuando pretendí salir de viaje el pasado mes de Agosto, a la vieja Europa a visitar a la familia.
El viacrucis comenzó, cuando intenté tramitar (conforme a la última providencia vigente de CADIVI) con veinte días de anticipación los cupos para la obtención de los dólares de viajero… pues nada, no pude obtenerlos, porque una cosa reza la providencia y otra muy distinta es la realidad. Cuando fui a la agencia del Banco Bicentenario (otrora Banfoandes de San Antonio de Los Altos) las analistas de atención al cliente, me indicaron que era demasiado tarde, que el proceso de solicitud requiere al menos de veinte días hábiles, a lo que yo pregunté, ¿y entonces, lo que dice la normativa CADIVI en donde queda? A lo que respondieron que “el papel lo aguanta todo”! OH sorpresa… me quedé sin mis churupitos…
Tenía unos ahorros en dinero efectivo europeo, y pues ya que tengo a parte de mi familia que vive en el exterior y ante la situación se ofrecieron a ayudarme (suerte que no todos los venezolanos tienen), me dispuse a continuar con mis planes de viajar corto de dinero, para poder visitar a mis viejos y hermanos. Debo aclarar que no uso tarjeta de crédito porque soy de los que piensa que no voy a financiar a los capitalistas con el sudor de mi frente pero las normas de CADIVI, están claramente diseñadas sin considerar al proletariado y a la realidad me remito; si usted no tiene tarjeta de crédito, CADIVI lo discrimina negándole el acceso a los recursos suficientes para darse una vacacioncitas en algún país del exterior!
Una vez en el aeropuerto de Maiquetía (aeropuerto más importante del país), el vuelo se retrasó más de dos horas por cuanto la aerolínea aseguraba que la Guardia Nacional revisa de forma “arcaica” los equipajes, lo cual constaté personalmente cuando me hicieron bajar al piso donde llegan todos los equipajes antes de ser subidos al avión. Delante de mí, al menos unos seis pasajeros en cola… la primera imagen es absolutamente deprimente. Los pobres perros de la división anti drogas de la Guardia Nacional, estaban encadenados, sedientos y tirados en el piso que estaba muy que sucio de grasa y otros agentes. El calor es insoportable… Pude observar además, que a pesar de la remodelación de la terminal internacional, las rampas por las que bajan los equipajes, son las mismas de hace muchos años, con piezas de metal oxidado, sin guardas o dispositivos de amortiguación para proteger las maletas cuando caen, en fin, evidentemente inadecuadas. Pude ver con mis propios ojos, como los funcionarios de la Guardia Nacional, huelen cuanto producto les pasa por las manos, y prueban con su propia boca los productos que potencialmente podrían contener sustancias prohibidas, supongo que intentando detectar presencia de drogas, lo cual me impactó totalmente. Me explico: Si usted lleva una caja de galletas, el funcionario saca una navaja personal de su bolsillo o de la mesa en donde colocan la maleta que está más que sucia, la introduce en la galleta, y en cuanto objeto él considere que puede contener drogas, sin importar que esto contamine los alimentos. Al viajero anterior le habían perforado un recipiente con una grasa mineral, y el funcionario, pretendía meter la hoja de la misma navaja, con la que había probado la grasa, en un queso que le llevaba a mis viejos… por supuesto que le reclamé que no podía hacer eso por normas de higiene mínima porque contaminaría el queso, con lo cual se molestó. Pues más molesto estaba yo, que el funcionario, sin guantes y en unas condiciones absolutamente anti higiénicas, le metiera mano a cuanto alimento yo llevaba en mi maleta y por ello me dispuse a hacer esta denuncia pública. Hago un llamado público a las autoridades del aeropuerto y de la Guardia Nacional, porque esta situación, en primero lugar, expone impunemente a los funcionarios que hacen la inspección, a contraer o transmitir enfermedades; además es inaudito, que en tiempos en los que la tecnología, un funcionario tenga que probar el sabor de una sustancia para saber si hay drogas en ella. Es deplorable el estado de insalubridad y desorden total del lugar donde son revisadas las maletas, así como las condiciones a las que son sometidos, tanto el personal como los perros.
Solo espero que esta denuncia haga reflexionar a las autoridades al respecto, por cuanto no se puede permitir que en un aeropuerto internacional tan importante, se realicen prácticas de esta manera tan rudimentaria y en condiciones tan precarias.
Al regresar a Venezuela, nos topamos con una práctica profundamente capitalista; a usted le permiten sacar el carrito del equipaje solo hasta la puerta de salida del área de las correas a donde llegan las maletas, cuando en cualquier aeropuerto del mundo usted mismo puede llevar su equipaje hasta el carro o autobús sin tener que pagar a nadie por ello. Pues aquí no; usted está obligado a pagar tasas exorbitantes de entre 50 y 70 bolívares fuertes por tres maleticas. Esto es un absoluto atropello que debería atenderse. No es posible que los intereses de un minúsculo grupo de trabajadores que cobran muchísimo dinero por un servicio muy costoso, en proporción al esfuerzo que él implica, signifique que todos los viajeros tenemos que pagar este insensato peaje obligatorio.
Es noticia frecuente de los pasajeros de los vuelos que vienen desde USA, que les abren las maletas y les sacan objetos de valor. Vivida mi experiencia en la rampa del aeropuerto, no me extraña para nada que esto ocurra; si ven los espacios por los que transita nuestro equipaje, podrán concluir que en esas condiciones, cualquier cosa podría suceder…
warairarepano2003@yahoo.com