Se han venido presentando una cantidad considerable de irregularidades en contra de los trabajadores en el Hipódromo de Valencia. De 198 trabajadores 93 están enfermos o son de avanzada edad, aún así a estos compañeros se les hace el descuento para el Seguro Social pero la administración de dicho hipódromo no le cancela a dicha institución las cotizaciones. Igual acontece con la política habitacional.
De otra parte se presenta el caso que la empresa no cumple con la cláusula de la convención colectiva que establece la entrega de dotaciones dos veces por año. Los cesta-ticket se vienen entregando con retraso de casi mes y medio, lo que perjudica notoriamente a los trabajadores.
Pero el caso más aberrante, es que además del robo que representó el cambio de régimen prestacional por la reforma laboral de los 90, en esta entidad no se hizo la liquidación y pago de las prestaciones acumuladas como estaba previsto que se hiciera durante el período de transición, dándose el caso que tres trabajadores que fallecieron recientemente han sido liquidados teniendo como base, los salarios de hace 20, 25 y 30 años, recibiendo los familiares una cifra ridícula, lo que representa una burla y otra estafa contra los trabajadores.
Cuando los trabajadores han querido reclamar, los administradores en Valencia siempre los remiten a Caracas a las oficinas del Instituto Nacional de Hipódromos, lo cual hace que los reclamos duerman durante largos períodos en las gavetas de los escritorios de la burocracia. Parece ser que la autonomía de que gozan la entidad, sólo sirve para que se violen los derechos pero no para que se atiendan los justos reclamos de la masa laboral.
Como lo dijeron los mismos trabajadores, lo irónico del caso es que mientras hay tantas irregularidades en los pagos, supuestamente por que no hay plata para pagar, el presidente de dicho instituto goza de un salario superior al del presidente Chávez!
Los trabajadores no entienden el porqué del incumplimiento a sus derechos, si se tiene en cuenta que los tres hipódromos (Zulia, Caracas y Valencia) generan ingresos entre 5 y 8 millardos, de los cuales no se tiene razón de su paradero. En esta entidad hay bastante olor a corrupción, si se tiene en cuenta que habiendo los dineros suficientes para comprar tractores, camiones para el agua, fotocopiadoras, ambulancias, etc, los administradores prefieren alquilar los servicios pagando cuatro o cinco veces más de lo que valdría comprar y contar con equipos propios.
Cansados de esta situación, los trabajadores del Hipódromo en Valencia realizaron una asamblea para discutir las acciones a desarrollar para ponerle coto a estos atropellos. La organización sindical, afiliada a la UNT, decidió cumplir con los pasos establecidos en la LOT, presentando antes por la Inspectoría del Trabajo regional un Pliego Conciliatorio para obligar a los administradores de la empresa a responder por sus derechos. Y en caso de no recibir una respuesta satisfactoria darle carácter conflictivo e ir hasta la huelga si es necesario para defender sus derechos.