Analizando el Medio Oriente

(Infografía) Ronda el fantasma de una tercera guerra mundial

Expertos creen que el triunfo de Clinton estimularía la confrontación

Expertos creen que el triunfo de Clinton estimularía la confrontación

Credito: Ultimas Noticias

 

24/10/2016.- (Carolina Hidalgo / Yesenia Chapeta) - El resultado electoral Clinton-Trump podría hacer redoblar más duro los tambores de la confrontación bélica o disminuir su fuerza, en momentos en que se intensifican las tensionesRusia-EEUU que, en una suerte de reedición de la Guerra Fría, hacen rondar de nuevo el espectro de una tercera guerra mundial.

Por supuesto este peligro podría disiparse y ojalá así sea, pero el 14 de octubre el presidente de Siria, Bashar al-Assad, en una entrevista con el diario ruso Komsomólskaya Pravda, afirmó que "el olor a una tercera guerra mundial está en el aire", una afirmación que enciende las alarmas ante la amenaza latente de una guerra nuclear.

Ya lo había advertido el papa Francisco en noviembre de 2015 a propósito de siete atentados terroristas ocurridos en París el mismo día, y en 2014 al afirmar que el mundo está viviendo un conflicto bélico a escala planetaria.

El pasado 18 de octubre, Hispantv publicó un documento que analiza esta hipótesis, según la cual se enfrentarían grandes potencias, como EEUU y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) contra Rusia y China.

En el texto se recogen declaraciones del general de infantería y jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, Mark Milley, quien durante la reunión anual de la Asociación del Ejército estadounidense en Washington afirmó que una gran guerra entre las potencias rivales "es casi segura".

El escrito apunta a que, si se produjera una tercera guerra mundial, el catalizador sería "pequeñas guerras" entre otras naciones, donde los países poderosos toman partido y empujan sus propias agendas estratégicas y, al respecto, el portal apunta como ejemplo los conflictos actuales en Ucrania, en Siria o en aguas del Mar de China.

En otra declaración del 7 de octubre, Milley dijo que últimamente Rusia, China, Irán y Corea del Norte han estado estudiando cuidadosamente las acciones de combate de los norteamericanos. Estos países están modernizando rápidamente sus ejércitos y esperan ser en el futuro capaces de derrotar a EEUU.

Uno de los focos más agudos de esta tensión Rusia-EEUU ha estado en las últimas semanas centrado en Siria.

Siria. En 2011, grupos de civiles armados (sunitas) se alzan contra el gobierno de Bashar Al Assad (chiíta). El conflicto escala cuando terroristas del Ejército Islámico (EI) de Irak se suman al conflicto, que ya lleva cinco años.

Actualmente la oposición armada se compone del EI y el Frente Al-Nusra, una división de Al Qaeda. El Gobierno sirio cuenta con el apoyo de Rusia, Irán y la organización libanesa Hezbolá. Bashar y sus aliados defienden que las revueltas armadas son financiadas por Occidente para precipitar la caída del Gobierno y controlar el país.

La oposición es apoyada por EEUU, Arabia Saudita, Qatar y la Otan. John Kerry ha declarado que la solución a la guerra pasa por la salida del presidente Al-Assad, quien ganó la reelección en 2014 con más de 88% de los votos.

El 3 de octubre, EEUU suspendió el contacto con Rusia por la negativa de Moscú a detener la ofensiva en Alepo, la segunda ciudad más grande del país y de importancia estratégica para ganar la guerra.

 

Luego de un acuerdo en septiembre para operaciones conjuntas, Washington cortó la cooperación con el argumento de que los bombardeos en Alepo afectan a civiles.

Por su parte, Moscú acusa a EEUU de aliarse a los terroristas. La portavoz del gobierno de Putin María Zajarova dijo que Washington quiere "pactar con el diablo con tal de cambiar el poder en Damasco".

La semana pasada luego de escarceos diplomáticos, John Kerry y el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, anunciaron posibles sanciones a Moscú.

Siria es el aliado más robusto con el que cuentan Rusia e Irán en Medio Oriente. A su vez, Irán es visto como una piedra de tranca para los intereses estadounidenses, israelíes y sauditas. Si Washington y sus ejércitos mercenarios logran someter a Siria, también habrán debilitado a Irán.

Pero Siria no es el único foco de conflicto donde las dos potencias pugnan por definir la supremacía.

China. En el Mar del Sur este pulso de fuerzas se expande por toda la región, a través de los acuerdos militares que han establecido Beijing con sus aliados regionales, por un lado, y Washington con los suyos, por el otro, en torno a un hecho inminente: la consolidación de China como la primera potencia económica mundial.

A través del llamado "Collar de Perlas", una suerte de cinturón militar de bases en torno al sur de China, la Otan se propone aislar al gigante asiático de las rutas comerciales que le aseguran el suministro del petróleo proveniente de Oriente Medio, mientras que el Gobierno chino se propone justo lo contrario, por la vía de acuerdos similares con los vecinos, incluyendo en primer lugar a Rusia.

En julio el presidente de China Xi Jinping propuso a Putin crear una alianza militar contra la Otan para poner fin a las "ambiciones imperialistas de Occidente".

"Actualmente somos testigos de acciones agresivas de EEUU. Creo que Rusia y China pueden crear una alianza ante la cual la Otan sea débil", subrayó Xi, quien pronosticó un nuevo orden mundial.

"El mundo está al borde de un cambio radical (…); en los próximos 10 años podemos esperar un nuevo orden mundial en el que el factor clave será la alianza ruso-china".

 

Yemen. Ubicada al sur del Medio Oriente, en Yemen, EEUU apoya a una coalición de países árabes encabezada por Arabia Saudí, mientras que Irán y Rusia hacen lo propio con la rebelión que protagonizan los llamados hutíes.

Ucrania. EEUU financió abiertamente el golpe de Estado que, en 2014, sacó del juego a Viktor Yanukovich, quien lideraba un gobierno prorruso. De esa manera, Washington también puso en jaque el nexo más práctico entre Moscú y Europa, en términos geográficos. Sin embargo, Rusia se jugó una carta más cuando anexó la provincia de Crimea (otrora ucraniana) a su territorio, pocos días después del golpe.

Afganistán. La invasión de EEUU a Afganistán se produjo en 2001, en nombre de su cruzada contra el "terrorismo", pero sus verdaderos intereses vuelven a ser geoestratégicos. Ese mismo año ocupó también Irak bajo los mismos argumentos. Ambos países, Afganistán e Irak, flanquean por el este y el oeste al principal aliado de Rusia en Medio Oriente: Irán.

EEUU y el Reino Unido poseen bases militares en un distrito llamado Janshin, cuyo suelo es abundante en uranio, un componente básico para la fabricación de armas nucleares. Al mismo tiempo, Rusia ha sido proveedor de equipos de aviación para las fuerzas contrarias a EEUU en Afganistán y colabora en la formación de oficiales militares como pilotos y tanquistas.

Libia. Cinco años después del asesinato del líder libio Muammar Gaddafi, Libia es calificada como un territorio caótico bajo control de EEUU, tras liderar las operaciones de la Otan en el país petrolero mediante la aplicación de la llamada zona de exclusión, que lejos de proteger a los civiles cuidó a las guerrillas mercenarias. La misma receta promete la candidata Hillary Clinton para Siria. El presidente Vladimir Putin aseguró esta semana que no permitirá que lo ocurrido en Libia e Irak se repita en Siria.

América Latina. Rusia y China desarrollan una estrategia para desplazar a EEUU en América Latina, una de sus áreas de influencia más importantes. En 2014 la banca china invirtió en la región 22 mil millones de dólares y los aportes han crecido 71%, cifra que contrasta con el receso que sufren los prestamistas estadounidenses, con 20% menos desde 2011, mientras la compañía estatal Rosneft anunció una inversión de 65 mil millones de dólares en la producción de petróleo en Venezuela.

Comicios. El panorama mundial es de alta tensión, a menos de un mes de las elecciones de EEUU, donde Hillary Clinton, demócrata, y Donald Trump, republicano, pugnan por ocupar el Despacho Oval los próximos cuatro años.

Varios analistas republicanos han alertado sobre lo que ocurriría si gana Clinton. Recientemente Paul Craig Roberts, ex subsecretario de Estado, escribió un artículo en el que afirmó: "Si Hillary consigue meterse en el Despacho Oval, pronostico una guerra nuclear antes de que termine su primer mandato. Un voto por Hillary es un voto por una guerra nuclear".

Clinton lleva cerca de nueve puntos de ventaja sobre Trump, de manera que podría ganar. Durante el último debate dijo que si triunfa presionará por una zona de exclusión aérea en Siria. La misma fórmula aplicada en Libia que culminó con el derrocamiento y muerte de Muammar Gaddafi y un caos en ese país.

Es decir que los diversos focos de conflicto regional de no resolverse por la vía diplomática, podrían desencadenar una guerra global. Se prenden las alarmas. La interrogante está en el aire: ¿estamos a las puertas de una tercera guerra mundial? Esperemos que el "olor", como dijo Bashar al-Assad, se disipe.

 

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