5 Feb. 2016 - "El llamado es a elevar la producción, distribución y transformación de alimentos que contribuyan a la superación de la guerra económica", ordenó el presidente de la República, Nicolás Maduro, durante el primer Encuentro Productivo de Agricultura Urbana, realizado en el Parque Los Caobos.
El mandato busca revertir el modelo económico dependiente de la renta petrolera, el cual ha demostrado en la actualidad que fracasó.
La no generación de industrias para incentivar y fortalecer la producción nacional en el país fue la línea política durante los gobiernos dictatoriales de la Cuarta República para sostener el monopolio transnacional parasitario, reseñó nota de prensa del Ministerio para las Comunas y los Movimientos Sociales.
En ese orden, el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, acertó al definir el modelo como "la ley del pendejo, perdónenme la palabra. Nosotros produciendo materia prima para que ellos desarrollen y nos vendan los productos a cien veces el precio. Por eso es que los pueblos del norte se hicieron ricos, a costa de la explotación del mundo del sur", aseguró en una alocución transmitida en cadena nacional el 6 de agosto de 2012.
En tal sentido, vislumbrando el flagelo de la guerra económica actual, emprendida por los representantes del capital burgués –fieles opositores a la asunción de los pueblos al poder político–, el presidente Maduro ordenó la transformación de las ciudades dedicadas al consumo en territorios productivos.
Esta estrategia forma parte de la nueva etapa económica de Venezuela, donde, entre otras cosas, se plantea la masificación y el fortalecimiento de la agricultura urbana en cada rincón de la Patria.
Para lograr tal objetivo, el mandatario nacional creó el pasado 6 de enero el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Urbana, presidido por Lorena Freitez.
Esta cartera se concibe como una herramienta que permitirá evaluar la implementación de mecanismos para generar conciencia productiva en el sujeto urbano y convertir la siembra en las ciudades en un complemento de la agricultura de extensión, fundamental para alcanzar la soberanía alimentaria nacional.
Igualmente, ordenó la realización de un Registro Nacional de Agricultura Urbana para retomar la práctica de los conucos productivos a fin de continuar diversificando la economía nacional.
"Tenemos que tener el mapa claro de todas las capacidades productivas que han sido sembradas, que existen y que están trabajando a nivel nacional. Así que debemos abrir el registro nacional de agricultura urbana en todas las ciudades y estados del país, de inmediato", enfatizó Maduro.
ACELERAR EL MOTOR AGROALIMENTARIO
La ministra del Poder Popular para la Agricultura Urbana, Lorena Freitez, sostiene que 84% de la población venezolana habita en las ciudades y solo el 11% en los campos agrícolas. Situación que denota la necesidad de convertir las ciudades en espacios productivos con el fin de revertir el desequilibrio de que "11% mantenga en materia de alimentos a 84% de nuestro pueblo".
Considera que es vital acelerar el Motor Agroalimentario de Venezuela para, de esta forma, potenciar los procesos agroproductivos mediante el esfuerzo mancomunado entre el Estado, los productores y los empresarios del país.
"No estamos en capacidad de depender más de las importaciones de alimentos y tampoco exclusivamente de lo que se produce en nuestros campos… La agricultura urbana es una práctica complementaria a la agricultura extensiva y viene a jugar un papel de transformación de las relaciones económicas en la ciudad", puntualizó la ministra.
Resaltó que el nuevo proyecto de Agricultura Urbana es una medida "para que el citadino tenga un rol más activo en la resolución de sus problemas más inmediatos y que se convierta en creador (de la ración) de insumos básicos para la realización de la comida diaria".
VENEZUELA COMO PUNTA DE LANZA
Venezuela es uno de los países del mundo que está fortaleciendo la siembra en el campo y en las ciudades para dinamizar la economía nacional e impulsar el nuevo modelo económico-productivo.
En tal sentido, el jefe de Estado solicitó a la Organización de las Naciones Unidas para Agricultura y la Alimentación (FAO) apuntalar su plan de desarrollo nacional constituido por nuevos proyectos de agricultura urbana y rural para construir una economía que no dependa más de los ingresos petroleros.
Venezuela fue premiada por la FAO el año pasado, no solo por reducir a la mitad el porcentaje de personas que sufrieron hambre entre 1990 y 2015, sino también por cumplir con el criterio más estricto, que fue el de disminuir los índices de hambre por debajo de 5% de la población nacional, cercana a las 30 millones de personas.
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