Se cumplen 39 años de la partida física del poeta Aquiles Nazoa

El poeta de las cosas más sencillas, Aquiles Nazoa

El poeta de las cosas más sencillas, Aquiles Nazoa

Mural de Aquiles Nazoa en San Juan, Caracas

Mural de Aquiles Nazoa en San Juan, Caracas

Credito: Iván Darío Hernández

A los 39 años de la trágica muerte del escritor, periodista, humorista y dramaturgo venezolano, Aquiles Nazoa, hecho ocurrido en un accidente de tránsito en la autopista Caracas-Valencia en 1976, lo recordamos a través de sus letras, su legado, esa particular visión de “Las cosas más sencillas”, así como su programa de televisión que llevaba el mismo nombre, y como defensor de sus ideales, sin dejar atrás el toque de humor que cautivaba a sus lectores.

Sus inicios como aprendiz de carpintería, bodeguero y botones en un hotel caraqueño influyeron en su humilde personalidad y su nacionalismo puro, el cual dejaba claro en cada poema escrito con palabras natas de la jerga venezolana.

Entre sus obras dedicadas a los niños se encuentran “La avispa ahogada”, “El burro flautista” y “Caballo de Manteca”, de las cuales el poeta aludía “los escritores subestiman al niño al escribir para ellos en una forma diferente. La poesía es una sola y la sienten y disfrutan los niños por igual”.

Su humor negro, método infalible para mostrar su punto de vista y reflexiones a través de las risas, proyectaba la esencia real del venezolano. Su obra “Caracas física y espiritual” (1967) refleja en su más hermosas letras su rechazo al consumismo y amparo hacia la cultura del país.

Aquiles Nazoa estuvo exiliado en Bolivia en los tiempos de la dictadura de Pérez Jiménez, sin embargo aprovechó este tiempo para contar la realidad de este país y agudizar su visión con respecto a la cultura latinoamericana.

Al momento de su muerte, el ilustre poeta se encontraba escribiendo tres libros: “Navegantes de Colores”, “Genial e Ingenioso” y una recopilación de poesía lírica, con el título Amigos Jardines y Recuerdos; los cuales fueron finalizados por escritores cercanos a él.

Biografía
Escritor, periodista, poeta y humorista, cuya obra proyecta los valores de la cultura popular venezolana. Nació en la barriada caraqueña de El Guarataro (ubicada en la parroquia San Juan), en el seno de una familia de escasos recursos económicos. Fueron sus padres Rafael Nazoa, jardinero y Micaela González. A los 12 años empieza a trabajar para ayudar a su familia, completando su formación a través del estudio autodidacta. Entre 1932-1934 se desempeñó en múltiples oficios tales como aprendiz de carpintería, telefonista y botones del hotel Majestic de Caracas y empleado de una bodega, hasta que entra a trabajar en el diario caraqueño El Universal hacia 1935; donde trabaja como empaquetador, luego pasa al archivo de clisés y finalmente aprende tipografía y corrección de pruebas. Por este tiempo aprendió a leer el francés y el inglés, lo que le permitió en 1938, obtener un puesto como guía turística en el Museo de Bellas Artes. Durante este período fue enviado como corresponsal de El Universala Puerto Cabello, donde colabora en el diario El Verbo Democrático. Un artículo suyo en el que critica la indolencia de las autoridades locales en la erradicación de la malaria, le acarrea una demanda del Concejo Municipal de Puerto Cabello y su posterior encarcelamiento en 1940.

Luego de ser liberado regresa a Caracas, donde ingresa a trabajar en la emisora Radio Tropical y mantiene en El Universal una columna titulada «Por la misma calle». Durante este tiempo es incorporado al diario Últimas Noticias, comenzando a publicar sus poemas humorísticos en la sección «A punta de lanza», firmada con el seudónimo «Lancero». También en este período se incorpora al semanario satírico El Morrocoy Azul donde desarrolla sus dotes como humorista, publicando con el seudónimo de «Jacinto Ven a Veinte», sus poemas Teatro para leer. A partir de agosto de 1943, empieza a colaborar en el diario El Nacional. En 1945, aparece en Caracas su libro El transeúnte sonreído. Durante estos años, colabora igualmente en las revistas Élite y Fantoches, la segunda de las cuales dirige por cierto tiempo. En 1948 obtiene el Premio Nacional de Periodismo en la especialidad de escritores humorísticos y costumbristas. 2 años después aparecen sus libros El Ruiseñor de Catuchey Marcos Manaure, idea para una película venezolana, con prólogo de Juan Liscano. En 1953, el Morrocoy Azul pasa al control del gobierno, lo que ocasiona que Aquiles Nazoa y otras periodistas colaboren con la revista humorística El Tocador de las señoras.Sin embargo, al hacerse más difícil la situación política, Nazoa decide marchar al exilio (1955-1958).

De regreso a Caracas, colabora en la revista Dominguito, fundada en febrero de 1958 por Gabriel Bracho Montiel y en marzo de 1959, crea junto a su hermano Aníbal la publicación humorística, Una señora en apuros; de la que sin embargo no llegaron a salir sino unos pocos números. Una situación similar aconteció con El fósforo, aparecido en noviembre de 1960, en el cual su nombre encabezaba la lista de los editores; en definitiva tanto ésta última revista como Dominguito fueron clausuradas por las autoridades gubernamentales a fines de 1960. Ese mismo año, aparece en Caracas su libro de poemas Caballo de manteca y, a partir de ese momento, sus obras dentro del género poético (ediciones, reediciones, antologías) se hacen más abundantes y son recogidas en la compilación Humor y amor de Aquiles Nazoa, publicada en 1970. Además de sus obras relacionadas con la poesía, Nazoa produjo trabajos en prosa que incluyen especialmente su ensayo de 1961, Cuba, de Martí a Fidel Castro; Caracas, física y espiritual (Caracas, 1967), que ganó ese mismo año el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal y trabajos de crítica de arte (Mirar un cuadro, Humorismo gráfico en Venezuela); así como numerosas conferencias de divulgación cultural. También en 1966 publicó una compilación titulada Los humoristas de Caracas. Durante la década de los 70, además de preparar libros como La vida privada de las muñecas de trapo, Raúl Santana con un pueblo en el bolsillo y Leoncio Martínez, genial e ingenioso(publicado después de su muerte), dicta charlas y conferencias, mantiene un programa de televisión titulado Las cosas más sencillas y proyecta la formación de un grupo actoral que pusiera en práctica el «Teatro para leer». Muere en un accidente de tránsito en la autopista Caracas-Valencia.


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