Para evitar disecar el conocimiento es fundamental “potenciar el diálogo y la discusión sin cortapisas”

Así lo sostiene el sociólogo Miguel Ángel Contreras Natera, autor del libro Otro modo del ser o más allá del euroccidentalismo, presentado el pasado lunes en el Celarg.

Así lo sostiene el sociólogo Miguel Ángel Contreras Natera, autor del libro Otro modo del ser o más allá del euroccidentalismo, presentado el pasado lunes en el Celarg.

Credito: Girman Bracamonte

23 Nov. 2014 - El sociólogo Miguel Ángel Contreras suscribe el planteamiento de que se debe vincular la producción de conocimiento con los grandes "problemas prácticos a los que nosotros nos enfrentamos como sociedad, región y sistema mundial". Y sostiene que para ello es fundamental salir de las "visiones enclaustradas del conocimiento" o del "enclaustramiento académico".

En opinión de Contreras las universidades y los centros de producción de conocimiento "tienen una responsabilidad enorme en esa dirección", en tratar de "volar, volar y volar" para escapar del encierro.

NECESARIO ES DISCUTIR

Contreras habló sobre el tema el pasado lunes en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg), durante la presentación de su libro Otro modo del ser o más allá del euroccidentalismo, acompañado por el filósofo Omar Artorga y el sociólogo Javier Biardeau. En el evento también estuvo presente el presidente del Celarg, Roberto Hernández Montoya.

La presentación dio pie a un intercambio de reflexiones entre Contreras, Astorga y Biardeau. Al respecto, comentó que la contraposición de pareceres, "tomando como excusa la presentación de mi libro, demuestra la importancia y la necesidad del diálogo".

En ese sentido, destacó "la potencia del diálogo" por sobre quienes llamó "coleccionistas de mariposas que disecan el conocimiento". Y dijo que para "evitar disecar el conocimiento", es fundamental "potenciar el diálogo y la discusión sin cortapisas, que tenga la oportunidad de mostrarse en su desnudez".

Manifestó que las discusiones ponen en evidencia "la posibilidad de enfrentarse a cosmovisiones que son conmensurables o, por el contrario, la confrontación con visiones que no han encontrado punto de diálogo".

DESAFÍOS ACUCIANTES

Contreras comentó que "de una forma u otra estamos ante desafíos acuciantes", en alusión a una frase del filósofo estadounidense, Richard Bernstein. Esa perspectiva, aseguró, obliga a seguir a otros dos pensadores: al crítico literario Fredric Jameson, quien considera que "debemos historizarlo todo", y al historiador alemán Reinhart Kosselleck, que plantea que "los conceptos son índices de procesos". Y agregó que " no podemos ya permanecer enclaustrados en una disciplina particular", sino que es necesario "violentar constantemente las fronteras que las disciplinas imponen para pensar las cosas".

INDISCIPLINAR E IMPENSAR

"Indisciplinar" pasa por el uso del neologismo, como lo es el concepto de "impensar", que "particularmente me cautivó", expresó Conteras: "La vocación de este concepto", acotó, hace referencia a aquello que "no fue pensado en la constitución genética de la modernidad nuestra".

Al referirse al concepto de euroccidentalismo, subrayó que la idea es tratar de ver la relación comercial, filosófica y epistemológica entre Europa y el Atlántico Norte, "creo que es una de las tareas nuestras, hacer un ejercicio simultáneamente de deconstrucción y crítica".

Al ampliar el punto, subrayó que es fundamental tratar de pensar el lugar desde el cual "nosotros necesitamos pensarnos hoy en América Latina" y que se impone "pensar nuestro lugar en el mundo contemporáneo". En esa misma dirección, habría que plantear cuáles serían las consecuencias que tendría para la región "pensar desde nuestro propio lugar de enunciación".

Al respecto, añadió que ese pensar supone explorar todas las historias que hicieron Otro modo del ser o más allá del euroccidentalismo posible el enterramiento y la destrucción de millares de culturas y la civilización en nuestra región.

VISIBILIZAR LO NO CONTADO

En su libro, Contreras sostiene que los procesos que dieron lugar a la constitución de la civilización moderna, fueron posibles "gracias a la destrucción de otras culturas". Por esa razón, el texto busca visibilizar la historia no contada sobre la creación de la actual civilización.

Al respecto, sostuvo que por lo general la mayoría de las personas vinculan la sociedad euroccidental con los términos de libertad, igualdad y justicia, pero "al contrario, están asociadas y vinculadas a la violencia, destrucción, colonización y conquista".

El escritor aseguró que el contenido del libro puede aplicarse "totalmente" a la situación actual, y recomendó leer los escritos del debate entre el fraile y filósofo Bartolomé de las Casas y el sacerdote e historiados Juan Ginés de Sepúlveda: "Se encontrarán algunas cosas que se produjeron aquí en América".

Agregó que en su texto rebate el planteamiento de que la sociedad europea trajo la civilización a América y no la destrucción. Estimó pertinente "desenterrar hoy todas esas historias" con el propósito de "buscar nuevas intersecciones y caminos a nuestra propia historia".

En su obra, también aborda el concepto de ciudadanía, sobre este punto, aseguró que es fundamental para la teoría política moderna, porque define, exactamente los límites entre "los otros y nosotros".

En su opinión, se trata de un concepto que no está "completamente acabado", puesto que la forma cómo se define el concepto de ciudadanía en el siglo XIX, es totalmente distinta a como se define en el siglo XX, "es mucho más distinta cómo se discute en el siglo XXI. Es un concepto cambiante y dinámico".



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