16/04/14.- Lo ha hecho bien, y ha seguido el legado de Chávez como todos estábamos esperando, dijo Ana Bordones quien se encontraba en la esquina de Bolero, una cuadra antes del Balcón del Pueblo.

Eran las tres de la tarde, un aire de tranquilidad se respiraba, y se veía desde allí a las personas que caminaban por la avenida Urdaneta, rumbo a Miraflores.

Voté por él porque lo pidió el Comandante. Y él ha demostrado que puede seguir los proyectos. Ha sabido dar respuesta a todas las gestiones, afirmó Bordones.

A un año de la victoria electoral del presidente de la República Nicolás Maduro, el pueblo ve en él que continuará con la gestión que le encargó el Comandante Hugo Chávez.

El calor propio de la Semana Santa era leve, pues el Sol, afortunadamente, no estaba tan intenso, sin embargo la brisa que bajaba de la montaña refrescaba un poco el lugar.

Al llegar a la esquina antes del Balcón del Pueblo un soldado repartía gorras rojas, verdes y azules con un mostacho que evocaba a Maduro. Algunos bigotes tenían pega, y algunas personas se los colocaron.

Era inevitable mirar al balcón donde muchas veces el Comandante Chávez se asomaba para saludar a su pueblo y luego echar la mirada al Cuartel de la Montaña, que apenas se puede ver a distancia.

En ese espacio estaba el pueblo esperando a Nicolás Maduro, algunos sentados y otros disfrutando de la música llanera que tanto identificó al Comandante.

Frente a ellos estaba la tarima con una mesa en forma de U, la cual esperaba al jefe de Estado.

Parecía que el tiempo nunca pasó, él nunca se fue, pues la alegría de los presentes era notable. En esta ocasión esperaban al hijo de Chávez, como bautizaron a Maduro.

No obstante que las puertas del balcón estaban cerradas muchos miraron con nostalgia y lágrimas, apenas pudieron expresar el dolor, pero tuvieron la fortaleza para evaluar con orgullo la gestión del presidente de la República.

A pesar de su poca experiencia ha tenido guáramos para enfrentar la guerra económica y los ataques de la oposición. Él demuestra ser un hombre de paz, y es una lástima que la oposición sea ignorante para poder entender que el pueblo es quien manda, dijo Ruk Orsatti quien mostró orgullosa su bigote postizo.

SOMOS CHÁVEZ

Lamentablemente nuestro Comandante no está físicamente, y nos duele, pero él ahora está con nosotros, siempre lo ha estado, expresó la señora Betania, quien prefirió reservarse su apellido, al tiempo que se siente complacida de tener a Maduro como Presidente.

¿Imagínate si llega la derecha? ¿Qué pasará con todo lo que se ha construido? Las misiones, proyectos de desarrollo, ayuda a los más necesitados, todo eso se acabaría, apuntó.

Betania tenía una ancha franela verde con la estampa de Maduro, y debajo de esta tenía una roja con la mirada de Chávez, la cual mostró y exclamó: ¡Maduro debe seguir, él es del pueblo, a él lo escogió Chávez y aquí se hace lo que él mandó!.

La multitud estaba alegre con el joropo que sonaba. Las pancartas de No a la violencia y Todos con la paz, se desplegaron. Así como 1 año de victoria de Nicolás Maduro.

María Lemes destacó que el jefe de Estado viene de la mejor escuela, tanto en lo teórico como en lo práctico y temporal. Esa es la escuela que Chávez formó.

Continuó: No ha sido fácil para él sino un reto, y lo ha hecho bien. Se está enfrentando a los ataques y se evidenció en el diálogo que sostuvo con la oposición. Todos sabemos que los comerciantes son muy responsables de la crisis económica, y ahí está Maduro tratando de sacar adelante esto.

Aparte de felicitar al mandatario también consideró que se tiene que trabajar más por la lucha contra la corrupción, aún falta, él apenas tiene un año. Y él debe hacerlo porque el pueblo confía en él.

EN LA TARIMA

Telas de colores colgaban por todas partes. Las gradas estaban repletas de gente, la alegría, los gritos, jóvenes y no tan jóvenes, todo mezclado de color rojo, verde, azul, rosado. Camisas volaban y se repartían en el pueblo.

Algunas usaron hasta tres, y poco a poco se las iban quitando obligadas por el calor.

Las caras del mandatario en las pancartas se movían de un lado a otro y por un lado se escuchó una voz femenina gritar que la lucha es con Maduro, y el pueblo está seguro. La música sonaba, la gente bailaba. Todo en paz.

Belitza Castro, una mujer morena delgada, dijo que aprendió a confiar en Maduro, pues ha dado respuesta ante los ataques de la derecha. Él ha incluido a las mujeres, a los hombres, jóvenes y viejos.

Miró al balcón y recordó al Comandante y dijo él sigue ahí.

Ella estaba afuera, y no sabía si entrar o no al espacio del pueblo.

El sol calentaba menos, y más personas se iban acercando a eso de las 4 de la tarde. Una inmensa bandera sostenida por 8 personas se acercaba al punto de encuentro.

En Semana Santa, muchos viajan, no obstante, los asistentes eran lo suficiente para hacer sentir que el pueblo está ahí presente acompañando a su Presidente y dándole un espaldarazo para que continúe luchando ante los mil demonios que desde el inicio de su gestión lo han atacado, así como siempre estuvieron atacando al Comandante Supremo. Sin embargo, firmes y a todo pulmón están claros que no volverán.