15 abril 2014 - El gobernador del estado Guárico, Ramón Rodríguez Chacín, advirtió la noche de este lunes que quienes pretenden por la vía de la violencia sacar al presidente Nicolás Maduro, son los mismos que protagonizaron el golpe de Estado de 2002 contra el Comandante Hugo Chávez.
Recordó la agresión de la cual fue víctima durante los acontecimientos que desencadenaron en el derrocamiento, tan solo por 48 horas, del líder histórico de la Revolución Bolivariana. En ese sentido, comentó que fueron Henrique Capriles Radonski y Lepoldo López las personas que lideraron la turba que fue a buscarlo el 12 de abril de 2002 para golpearlo y encarcelarlo injustamente, pasando por encima de las leyes y violando los Derechos Humanos.
Detalló que los golpistas lo responsabilizaron por la muerte de un grupo de manifestantes opositores que intentó llegar al Palacio de Miraflores, con objetivos desestabilizadores, cuando realmente fueron ocasionadas por efectivos de la Policía Metropolitana, institución que para entonces se encontraba bajo el mando de Alfredo Peña.
“No pudieron probar nada de los asesinatos, pasando por encima de la Ley, no han cambiado en lo absoluto, bueno si han cambiado, tienen más odio, más resentimiento, han acumulado mucho más ese odio; esa es la diferencia, pero son las mismas caras que vimos en ese golpe el 2002, son las mismas que estamos viendo en este golpe continuado, porque es un mismo accionar”, dijo durante su participación en el programa Con el Mazo Dando que transmite Venezolana de Televisión y conduce el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
Precisó que ellos van a continuar con sus planes conspirativos, a pesar de los llamados a diálogo que en su momento les hizo el Comandante Chávez y que ahora hace el presidente Maduro. “Ellos creen que están por encima de la Constitución, por encima de las normas, sólo los intereses de ellos son verdaderamente importantes, sus intereses económicos, sus intereses capitalistas, sus intereses apátridas”, cuestionó.
Finalmente, alertó que la ultraderecha ha querido introducir la violencia como un elemento a la política venezolana.
