El Presidente Santos, el 19 de agosto, con tradicional arrogancia despreciativa del burgués, apostó que el Paro Agrario Nacional no existía y se negó a abrir el diálogo con la Mesa Nacional de Interlocución y Acuerdo –MIA. Sin embargo, por la fuerza nacional y la contundencia del paro en 10 departamentos del país, expresado en la combativa movilización de los campesinos, los mineros, el movimiento social, la clase obrera y los centros urbanos, que hoy completa 12 días, fue obligado a sentarse a negociar en la Mesa, donde el Gobierno ha mantenido su postura inflexible, presentado propuestas gaseosas, poco serias, y sin respuestas concretas frente a las demandas contenidas en el Pliego Nacional de Peticiones Agropecuarias y Populares.
Esta negociación el Gobierno la ha combinado con dos maniobras: dilatar el diálogo y la implementación de una brutal la represión de alto calado contra los manifestantes en todo el país, ocasionando más de 250 heridos, 6 muertos, judicializaciones y capturas indiscriminadas de ciudadanos (as), accionar represivo lo que no ha quebrado la firme postura del campesinado, que no se ha dejado arredrar por esta ofensiva de carácter criminal y fascista. Lo cierto, es que Santos está perdiendo la pelea con el pueblo y en su desespero, tiene que buscar culpables, lo demuestra su alocución de hoy 30 de agosto, en que ante su incapacidad, de resolver el conflicto culpó, en un agresivo discurso, a Marcha Patriótica diciendo que: "..Marcha Patriótica quiere llevarnos a una sin salida e imponernos su propia agenda; no les interesan los campesinos sino su propia agenda política..”, acusándonos de desestabilizadores, lo cual es una cortina de humo, que esconde una muestra de ausencia de voluntad política para enfrentar las demandas agrarias y populares. Con este pretexto implementó dos medidas: sacar 50.000 hombres de los cuarteles a las calles para controlar Bogotá, con orden de extender la medida a otras ciudades, para reprimir militarmente el movimiento popular y, retirarse de la mesa de diálogo, lo cual constituye una irresponsable y grave decisión que atenta contra la paz del país.
En lo que se refiere a nosotros, Marcha Patriótica, SÍ APOYAMOS Y PARTICIPAMOS EN EL PARO NACIONAL AGRARIO, consideramos que Santos muestra su real rostro reaccionario y derechista al macartizar nuestra organización, conducta propia de los promotores del tradicional terrorismo de Estado, que es la antesala de la judicialización y la legalización de los crímenes que están cometiendo contra el pueblo que está protestando, Santos el pro imperialista, no quiere discutir los TLC, la locomotora minero energética que a sangre y fuego están implantando en zonas de reserva estratégica ambiental, no quiere discutir la posibilidad que las comunidades, participen en los procesos de toma de decisiones, no quiere oír hablar de la constitución y el reconocimiento de las Zonas de Reserva Campesina y otros temas urgentes que al no resolverse, como deuda social, proseguirá la afectación de la vida y exclusión de millones de colombianos(as).
Consideramos que por el ascenso y rápido posicionamiento político de Marcha Patriótica en Colombia como opción real de poder, el Gobierno, ha diseñado una campaña para ilegalizarnos y excluirnos de la vida política con argucias judiciales santanderistas, lo demuestra a el hecho que en esta coyuntura han detenido y acusado de rebelión y terrorismo al dirigente agrario y sindical Huber Ballesteros, el cual representa la dignidad, tenacidad y coherencia del campesinado colombiano quien además es integrante de la Junta Patriótica de nuestra organización y de la CUT para el cual exigimos la libertad inmediata.
A pesar de persecuciones, detenciones, asesinatos y desapariciones de militantes de Marcha Patriótica, seguiremos firmes en nuestro trabajo por la SOLUCIÓN POLÍTICA DEL CONFLICTO SOCIAL Y ARMADO Y PAZ CON JUSTICIA SOCIAL, Y SER UNA OPCIÓN REAL DE PODER EN EL PAÍS, es nuestra tarea y la cumpliremos.
¡VIVA EL PARO NACIONAL AGRARIO Y POPULAR!
¡VIVA COLOMBIA BOLIVARIANA!
¡VIVA MARCHA PATRIÓTICA!