Golpistas de 11-A iniciaron al día siguiente su persecución contra líderes chavistas

Juan Barreto

Juan Barreto

12 de abril de 2013.- Al día siguiente de los hechos del 11 de abril de 2002, cuando la derecha venezolana intentó derrocar con un golpe de Estado al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, comenzó una persecución contra líderes del proceso revolucionario.

A 11 años de este episodio de la historia política del país, el sociólogo y periodista Juan Barreto, coordinador de la organización política Redes y quien para ese entonces era diputado de la Asamblea Nacional, relató al Correo del Orinoco cómo fue para él estar incluido en la “lista de las y los 20 más buscados”.

Dijo que el día 11 salió del Palacio de Miraflores, cuando unos militares se llevaron “escoltado” al presidente Chávez hacia Fuerte Tiuna. “Prácticamente se lo llevaban detenido”, afirmó.

Barreto se fue hacia Santa Mónica-Bello Monte con el entonces diputado Rodolfo Gutiérrez, y mandó a llamar a una persona a quien le entregó las llaves de su casa para que fuera a sacar unos documentos y un dinero que tenía en un paltó, porque presumía que por el por momento no podría volver a su hogar en razón de que podrían estarlo esperando para hacerle una emboscada. “No sabía qué estaba pasando”, indicó.

Desde la casa donde se encontraba se mantenía en contacto con el militar retirado Luis Reyes Reyes y con su par Pedro Carreño, el cual había viajado a Maracay (Aragua) para hablar con los militares de allá.

“Según me reportaba Pedro, Raúl Baduel estaba en una posición dubitativa y estaba viendo qué posición tomaba. Él había dado unas declaraciones muy ambiguas en el día diciendo que estaba presto a cualquier situación, y que se mantenía apegado a la Constitución; pero los golpistas también habían dicho que actuaban apegados al marco legal, de manera que no se sabía a ciencia cierta cuál iba a ser su posición real”, recordó.

“De manera muy valiente”, afirmó, “Carreño se fue a Maracay y yo le le pregunté: ‘Pedro, ¿cómo lo vas hacer?’, y él me dijo: ‘bueno, tomaré la carretera vieja, me iré por lo caminos verdes, pero yo llego”.

Rememoró Barreto que Reyes Reyes le informó que el epicentro de lo que ocurría era en Caracas, y que en el resto del país “las cosas no estaban fuertes o de la misma manera, pero los escuálidos estaban tratado de reaccionar”. Muchos representantes de la derecha estaban aún en Caracas, tratando de regresar a sus entidades. “Los tomó tan por sorpresa el asunto, que todavía no articulaban”, acotó.

El día después

El día 12 Barreto habló con la diputada andina Jhannett Madriz y el finado Omar Meza Espinoza, y los articuló para que se pusieran de acuerdo con una de las hija del presidente Chávez, María Gabriela, con la cual él había hablado por teléfono, entre tanta gente que contactó y tantas cosas que hizo en esas horas para iniciar la defensa del líder de la Revolución Bolivariana.

“Recibí la llamada de la parlamentaria Desirée Santos Amaral que me reportaba que no me fuera al centro de Caracas; yo pensaba irme hasta la Asamblea Nacional. Me dijo: ‘no están dejando entrar a los diputados, y es posible que haya redadas”, señaló.

Barreto admitió que en la madrugada del 12-A no sabía qué hacer a ciencia cierta, hasta que el presidente de facto Pedro Carmona, que estaba visitando todos los canales, fue a Televen.

“Ahí, un periodista de planta le preguntó: ‘¿que opina usted de las últimas declaraciones del diputado Barreto?’, porque después de William Lara, yo fui el que dio las últimas declaraciones al aire en VTV, antes de que cortaran la señal. Salí acusando el golpe de Estado, y dije: ‘Alfredo Peña y Carmona Estanga, los hago responsables históricos de lo que ocurrió hoy’, pues había una masacre en Caracas en el marco del golpe de Estado de la derecha, y llamé al pueblo venezolano a salir a la calle a defender la Constitución y derecho legítimo del presidente Chávez; y plof, se cayó la señal”.

El periodista de Televen, según Barreto, le dijo a Carmona: “Lo acaban de acusar a usted, señor presidente, de ser el responsable de los sucesos horribles que ocurrieron”. Carmona, con una “sonrisa cínica de Mona Lisa, le respondió: ‘Juan Barreto no es diputado, él está siendo buscado vivo o muerto para que rinda cuentas de los sucesos del 11 abril’, contó, y recordó que en ese momento el frío le subió la columna vertebral, porque con esa amenaza era como decirle “eres hombre muerto”.

“Vivo o muerto quiere decir más muerto que vivo, en razón de toda la rabia y la furia que se desató, así como la retaliación que se vio en la pared de La Carlota, por la que desfilaban personas, y Gladys Rodríguez (periodista de Globovisión) decía: ‘el muro de la verdad, asista, anote a su chavista favorito’. Es decir, una promoción del linchamiento”, consideró.

Barreto dice que en ese momento pensó en lanzarse a la calle, porque presumía que si lo conseguían donde estaba, lo iban a matar. Incluso, después se enteró de que estaba en una lista negra de las y los 20 más buscados, en la que estaba Diosdado Cabello, quien era el vicepresidente; Nicolás Maduro, Cilia Flores, Iris Varela, Luis Tascón y Freddy Bernal, los cuales eran diputados y gente del proceso revolucionario.

En la “boca del lobo”

Barreto precisó que se había “enconchado” en la casa de un colega periodista que se las jugó con él en aquel momento, quien vivía en una quinta en Prados del Este. Aunque afirmó que “sabía que era muy difícil” que lo fueran a buscar ahí, estaba en la “boca del lobo”.

A las 7:00 am recibió la llamada de Iris Varela. Ella le preguntó qué podía hacer, y él le dijo que se fuera para allá. “Varela era una mujer sola en Caracas, diputada del interior. Ella vivía en un edificio ubicado en Sabana Grande, y los escuálidos, que estaban enardecidos, le habían tumbado la puerta y le quemaron el apartamento. La estaban esperando en la planta baja para lincharla cuando llegara”, aseveró.

Una vez juntos, ambos salieron a recorrer Caracas y se consiguieron a Yesenia Fuentes, quien hoy día es la máxima representante de la Asociación de Víctimas del Golpe de Estado del 11 de Abril de 2002 (Asovic).

“Se encontraba con unos ciudadanos venezolanos que estaban protestando cerca de Miraflores contra el golpe de Estado. Era un grupo pequeño, de unas 50-60 personas, y ya los habían correteado de la Asamblea Nacional. Para donde corrían les disparaban perdigones y les hacían tiros al aire. A ella ya la habían herido en la cara con una bala de una 9 mm, el día anterior”.

Refirió que él había recogido a Fuentes el 11-A, en las inmediaciones de Miraflores, y suponía que estaba muerta. “Entre varios la cargamos como pudimos y la metimos en el Palacio Blanco, cuando yo fui para allá porque el Presidente me había solicitado; ahí me había quedado hasta el fina de los acontecimientos de ese día”.

Destalló Barreto que Yesenia Fuentes estaba hinchada, “como si le fueran dado en la cara con zapato de fútbol”, y él le preguntó por sus hijos. “ella me respondió que los había mandó a casa de su mamá, para salir a la calle a defender al Presidente. Eso me llenó de coraje y de hombría al ver una mujer pobre, humilde, de un barrio pero con ese nivel de claridad y de coraje. Y como ya había visto a Carmona diciendo que yo era buscado por mi supuesto delito, me fui a la calle para que mataran con el pueblo”.

“Yo no hice ni más ni menos”

Barreto no cree que haya sido valiente o que haya hecho más que cualquier otro revolucionario bolivariano. “Yo no hice ni más ni menos de lo que estaban haciendo cientos y millones de hombres y mujeres como Yesenia. Yo fui uno más de ellos; la única diferencia es que era medianamente conocido por la exposición a los medios. Yo solo estaba ahí tratando de darle forma a aquello, sin mayores esperanzas, porque eso era una turba de gente con muy buenos niveles políticos, pues nadie salió a saquear ni a robar, ni se fue para el este a provocar disturbios o muerte como algunos temían. Todo el mundo se concentró en los cuarteles de todo el país a pedirles a los militares que se alzaran en contra del golpe y se pronunciaran en defensa de Constitución y el retorno del presidente Chávez”.

Subrayó que ese fue acto espontáneo e inédito en la historia política de Venezuela y América Latina.

“Los escuálidos estaban disfrutando su orgía”

Barreto se fue a Fuerte Tiuna con Varela, porque allá se estaba concentrando la gente que exigía saber dónde estaba Chávez.

Confirmó que no les hizo falta camuflarse mucho, sino que les bastó con ir con precaución en la parte de atrás del carro porque las calles de Caracas estaban solas. “Yo creo que los escuálidos estaban disfrutando su orgía, su borrachera y su ataque de soberbia, y buscando cómo ‘colocarse’ cada quien; eso que ahora tanto repite Radonski: cómo ‘enchufarse’ en el golpe”.

En la medida en que se acercaban hacia el suroeste de Caracas, notaban la presencia del movimiento popular. “Había cacerolazos en todos los barrios y en los edificios. Multitudes de personas caminaban por la autopista hacia Fuerte Tiuna”, ilustró Barreto.

Cuando lograron llegar al complejo militar más importante de Venezuela, se consiguieron con Nelson Merentes, José Khan y Aurora Morales, que para ese momento eran integrantes de la dirección de Movimiento V República (MVR). Se dieron informaciones y coordinaron “algunas cosas”. Barreto indicó que ya había hablado con los militares activos Carlos Alcalá Cordones y Celso Canelones Guevara, quienes le habían informado que habían empezado a articular en Fuerte Tiuna lo que después pasó.

A sectores de la oposición se les hablaba duro

Desde fuerte Tiuna Barreto llamó a un amigo llamado Héctor Sánchez, que estaba en Argentina, y le dijo que tenía que decir algunas cosas a la prensa internacional.

“Desde Argentina él logró enlazarme con un periódico de izquierda mexicano que se llama La Jornada, y me dio la primera página, y tituló: Juan Barreto denuncia golpe de Estado en Venezuela”.

Aseguró que esta fue la primera información que rompió el cerco informativo nacional. Después, lo empezaron a llamar de varias emisoras mexicanas, argentinas y uruguayas, entre otras, que le hicieron varias entrevistas.

Barreto se fue al Palacio de Miraflores, donde ya había llegado Aristóbulo Istúriz (ministro de Educación), Isaías Rodríguez (fiscal general), Germán Mundaraín (defensor del pueblo) y otras autoridades.

“Ahí estuvimos conversando qué se iba a hacer, si Chávez volvía o no, si no se entregaba; y había contacto incluso con sectores de la oposición, a los que e les hablaba duro”.

“Tremendura”

Jesse Chacón, María Cristina Iglesias y Juan Barreto hicieron una “tremendura”. El entrevistado relató: “yo les dije que había que tomar un canal, porque la gente tenía que vernos, tenía que saber que ya los chavistas habían entrado a Miraflores y que Carmona no estaba ahí. Además, que el pueblo se había volcado a la calle y que los militares, en su gran mayoría, estaban apoyando a Chávez y exigían su regreso”.

Agregó: “Teníamos que informar que había una situación de tira y encoge, y ellos (los golpistas) se estaban protegiendo y estaban negociando porque tenían la joya de la corona, pero perdieron la situación”.

En este sentido, añadió, propuso que todos se fueran a la televisora opositora Globovisión, que quedaba cerca, en La Florida, pero los demás consideraron que no era prudente “porque era un canal privado y no se sabía si tenían adentro unos mercenarios. Se sabía que al menos había unos Polimiranda ahí”.

Chacón propuso ir a VTV, porque era el canal del Estado. “Al salir por el canal 8, era oficial que estábamos en la jugada, y se tendrían que encadenar los otros canales”.

Contó Barreto que en aquel momento fumaba, y se puso a caminar por los pasillos de Miraflores, mientras se consumía un cigarrillo. Entonces, se consiguió unos muchachos de la Guardia de Honor, escoltas presidenciales, que le dijeron: “diputado, nosotros estábamos oyendo lo que usted estaba diciendo, y ahí están los carros presidenciales y los escoltas a la orden”.

Él les preguntó: “¿Y que tienen por ahí?, y ellos respondieron: “esto, venga para que vea”. Contó Barreto que se parecían a Rambo, porque portaban correas de balas como las que se ponía Pancho Villa.

Barreto buscó al resto y así se fueron para VTV. Entre risas, señaló que María Cristina le dijo: “Tú estás loco e’ bola”, pero aún así accedió a acompañarlo.

Cuando llegaron a la televisora, recordó, ya había llegado los periodistas Jesús Romero Anselmi (ya fallecido) y Vladimir Villegas (ahora en la oposición), además del fiscal Danilo Anderson. “Ellos estaban con otras personas en la antesala, entre la reja y la puerta de canal, porque hasta ahí los habían dejado pasar”, detalló.

Y añadió: “Cuando nosotros llegamos, el gentío vio el carro presidencial y pensó que el Chávez había vuelto, y empezó a vitorear, pero después se dio cuenta de que no había sido así”.

Según Barreto, en el canal había dos soldados de la GNB y dos efectivos de Polimiranda que no querían dejar pasar a nadie, “pero cuando escucharon los argumentos que nosotros traíamos, que eran entre 12 y 15 hombres robustos bien armados, se fueron y empezó todo el proceso para restablecer la señal”.

La imagen salía con mucha debilidad, porque le habían cambiado la frecuencia a los transmisores, pero en la masa de gente presente había trabajadores de VTV que se identificaron y se ofrecieron para reinstalar los aparatos.

El asistente de Barreto, llamado Iván Rodríguez, era técnico en electrónica. Barreto lo llamó para que se fuera al canal y llegó con otro técnico amigo, y afirmó que poner los canales en línea era lo más fácil que había.

“La gente los llevó para Mecedores, donde estaban unos guardias nacionales que no habían sido relevados, y al ver el desbarajuste abandonaron su posición. Con un destornillador, un alicate y un alambre se pudo enlazar el canal dos (RCTV) y el cuatro (Venevisión), menos el 33 (Globovisión) porque salía por otro sistema”.

Barreto afirmó que se le hizo una “jugadita” a Carmona: él convocó a todos los diputados a una asamblea que se llevaría a cabo en el auditorio del estudio “A” de VTV, para recibir al vicepresidente que supuestamente venía en camino para asumir la presidencia mientras llegaba el presidente Chávez.

Todo era mentira, pero los militares que estaban con el presidente de facto en Fuerte Tiuna se echaron para atrás. Carmona dijo: “Dado que los diputados se están reuniendo y ya tomaron una decisión, y que se ha llenado el vacío de poder, la comisión transitoria que asumió el poder se reunirá con ellos”.

Concluyó Barreto que lo cierto de todo era que el golpe de Estado ya había sido desmontado. Barreto y su gente se fueron a Miraflores, pasando primero por Globovisión, donde reiteraron su llamado institucional al pueblo.



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