Fue brutalmente golpeado por la madre adoptiva

Se agravan tensiones diplomáticas entre Rusia y EEUU por muerte de niño adoptado

Hay fuertes protestas en Moscú

Hay fuertes protestas en Moscú

Moscú, febrero 20 - Un grupo de parlamentarios rusos elevaron una crítica formal al Departamento de Estado norteamericano por “no participar suficientemente en la investigación sobre la muerte de Maxim Kuzmin”, un niño ruso de tres años adoptado por una pareja estadounidense, que falleció, aparentemente, a causa de una “golpiza” que le propinó su madre adoptiva.

Los legisladores, al igual que el Gobierno ruso, manifestaron su preocupación porque Maxim Shatto, cuyo nombre ruso era Maxim Kuzmin, “haya sido brutalmente golpeado antes de su fallecimiento”, el 21 de enero pasado en su casa adoptiva en el estado de Texas (sur).

Maxim fue adoptado por los ciudadanos estadounidenses Alan y Laura Shatto, en noviembre de 2012, y dos meses y medio después se produciría el trágico incidente.

El Servicio de Protección Infantil de Texas adelantó que que cuando el pequeño llegó al hospital “ya no reaccionaba y tenía moretones en varias partes de su cuerpo”, aunque aún no podían determinar si fueron accidentales o intencionados.

El delegado para los Derechos Humanos del Ministerio de Exteriores ruso, Konstantín Dolgov, declaró que “aún no se han presentado acusaciones, pero hay motivos para suponer, y eso es lo que dicen nuestros colegas estadounidenses, que la muerte fue provocada por los sistemáticos golpes de manos de la madre adoptiva”.

Mientras las autoridades texanas continúan investigando el caso y hay una autopsia pendiente, Moscú exige más rapidez en la investigación y critica duramente el hecho de que, pese a que el asesinato sucedió el pasado 21 de enero, tardara casi un mes en salir a la luz.

Adicionalmente, el Gobierno ruso lamenta la poca colaboración del gobierno estadounidense en la investigación. Por su parte, el Departamento de Estado ha llamado a “no sacar conclusiones precipitadas” y esperar que culmine la investigación, motivo por el cual no se ha llevado a cabo ninguna detención.

En tanto, el Comité de Investigación de Rusia ha iniciado una causa penal por el asesinato y pidió que se detenga a la madre adoptiva y se emita una orden internacional de búsqueda.

Asimismo, el defensor ruso para el derecho de los niños, Pável Astájov, señaló en su cuenta de Twitter que durante mucho tiempo “la madre estuvo suministrándole al pequeño fuertes psicofármacos que se utilizan para tratar la esquizofrenia en adultos”.

El hermano pequeño de Maxim, Kiril Kuzmí, también fue adoptado por la misma familia y actualmente vive con su padre adoptivo, mientras que su madre adoptiva le visita una vez a la semana. Sin embargo, su estado de salud preocupa a Moscú.

En vista de ello, el Kremlin ha empezado las gestiones para que Kiril regrese a Rusia y estudia la legitimidad de su proceso de adopción.

Maxim y Kiril fueron adoptados en la misma región rusa que Dima Yákovlev, la niña que dio nombre a la ley que entró en vigor el pasado mes de enero y paralizó las adopciones de niños rusos por parte de familias estadounidenses.

Con su muerte, Maxim se une a la lista que incluye a unos 20 niños de origen ruso que han fallecido, presuntamente, a manos de sus familias adoptivas en EE.UU. en los últimos 17 años.


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