05/12/12.-Yenny Silva aprovechó el fin de semana pasado para darse una vueltica por la feria de fuegos artificiales del Poliedrito, ubicado en un sector de La Rinconada, con su hijo adolescente, con la intención de comprar algunos artificios típicos de las fiestas navideñas.
“Aquí los juegos pirotécnicos son más económicos, y por eso los compro. No te niego que me da un poquito de miedo venir a este lugar, pero veo la presencia de funcionarios policiales y bomberos. Parece que se cumplen las medidas de seguridad, y ya encontré lo que busco”, dijo Yenny, quien se llevó para su casa unas cajitas de minifosforitos, cebollitas y algunos coheticos.
El sábado primero de diciembre comenzó oficialmente la venta de juegos pirotécnicos en este lugar. El horario establecido es de 9:00 am a 6:00 pm, y estará hasta el 31 de este mes.
En la Gran Caracas fueron habilitados dos espacios para la venta de esta pólvora: en el sector Poliedrito, en La Rinconada, y en el estacionamiento de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Santa María, vía Fila de Mariches.
El comandante de los Bomberos del Gobierno del Distrito Capital (GDC), William Martínez, explicó en declaraciones pasadas a Ciudad CCS que para el cuerpo que dirige es más estratégico, ante un accidente, tener ubicados los puntos de venta de pirotécnicos.
El 12 de diciembre de 2011, el Gobierno Nacional aprobó una resolución conjunta entre los Ministerios del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, y para la Defensa, que norma la comercialización, venta al mayor y al detal de los artificios pirotécnicos. Asimismo regula el dispositivo especial de control y regulación de la oferta y adquisición de estos.
No obstante, la prohibición de la venta ambulante de pirotécnicos y la reubicación de estos vendedores en el Poliedrito se aplica desde hace tres años.
SEGURIDAD PARA TODOS
“Las autoridades inspeccionan todos los días desde que comenzamos a vender hace un mes. Están pendientes de que no se oferte la pólvora prohibida. Aquí tenemos cuatro extintores, como dice la norma”, indicó Brodaika Azuaje, expendedora desde hace tres años de pirotecnia en el Poliedrito.
“Lo que más se lleva la gente es la cebollita, luces de bengala, el fósforo mayor, el fosforito, los triángulos, las misileras y las tortas que se las llevan al mayor”, dijo Brodaika.
Por su parte, Eduardo Blondel, primo de Brodaika, quien tiene cuatro años en la venta de artificios pirotécnicos, dijo: “Yo antes de venir al Poliedrito trabajaba en el Nuevo Circo, que era el espacio habilitado por el Gobierno para la venta legal de esta mercancía y era casi igual a aquí, aunque había menos espacio y eso era peligroso”.
Cuenta Eduardo que aunque nunca hubo ningún tipo de accidente en el Nuevo Circo por la manipulación de los pirotécnicos, se siente más seguro en el Poliedrito.
“Aquí sabemos que al generarse cualquier emergencia llegarán los bomberos inmediatamente, pues tienen un puesto de control al lado de la feria”, dijo. Destacó que los coordinadores de la feria tienen un radio para llamar a los bomberos ante cualquier eventualidad”.
DE LA BUHONERÍA AL POLIEDRITO
Maikel Vielma tiene cinco años en el mercado de fuegos artificiales. “Aquí en el Poliedrito estoy desde hace un año” .
Cuenta Maikel, quien antes vendía este tipo de pólvora en cualquier esquina de Capitolio, que un día lo llamaron para integrarlo a una cooperativa y trabajar en un espacio del Poliedrito.
“La verdad, es que aquí es más segura la venta de pirotecnicos, tanto para las personas que vienen a adquirirlos como para el comerciante que está todo el día cerca de esta mercancía explosiva”, aseguró.
Pese a que Maikel aseguró nunca haber tenido algún accidente por causa de este tipo de artificios, admite que su vida, y la de las personas que estuvieron cerca de él cuando comercializaba sin control los pirotécnicos, corrió peligro.
CALLEJÓN DE LA PÓLVORA
En el pasado, cuando se acercaba diciembre, en todas las esquinas del centro de la ciudad se escuchaba a hombres y mujeres ofrecer fuegos artificiales.
Un reporte de un diario de circulación nacional del año 2007 describía el miedo de los comerciantes y transeúntes de las esquinas El Chorro y Traposos, debido a que en el año 2002 murieron tres personas tras la explosión de una camioneta cargada de fuegos artificiales que estaba estacionada en ese sector.
Entre las esquinas de El Chorro y Traposos y en el pasaje Linares (antes llamado el Callejón de la Pólvora) eran los lugares escogidos por los vendedores ambulantes de pirotecnia para colocarse, pues en esa misma zona era almacenada la pólvora ilegalmente.
Sin embargo, desde hace tres años está totalmente prohibida la venta de artificios pirotécnicos en la calle, aunque en el pasaje Linares, sus alrededores y frente a la feria de San Jacinto, pueden verse a hombres y mujeres vender con catálogos artificios permitidos y prohibidos a los transeúntes. “Si yo supiera”, respondió uno de los vendedores ilegales a una joven que le preguntó donde guardan los pirotécnicos que ofrecen.