Yulimar Sosa: Las manos detrás de las cien puertas en Guarenas

Credito: AVN

Guarenas, 26 Nov. - Yulimar Sosa tiene 25 años y es bachiller. Blanca, baja, lentes de contacto claros, pelo largo y negro. Sus manos perfectamente arregladas ocultan su oficio: la chica hace puertas, no cualquier tipo, sino las destinadas a la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Trabaja desde hace cinco meses en la Empresa de Propiedad Social Simón Bolívar, ubicada en Guarenas, un conjunto industrial creado hace ocho meses.

En menos de medio año, la producción aumentó de 75 a un centenar por jornada. Una puerta producida aquí cuesta 62 dólares; en el mercado, el precio ronda los 80 dólares.

Oriunda de Valle Verde, Yulimar Sosa fue postulada por el Consejo Comunal del municipio Plaza a la Gran Misión Saber y Trabajo. Se presentó en una Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas con el informe médico de su hijo de cuatro años en la mano.

El niño, Michel, tiene un retraso motor y asiste a una terapia de rehabilitación en el Centro de Diagnóstico Integral El Rodeo. La madre de Yulimar, su apoyo con el proceso de atención del chico, murió de cáncer.

"Era mi turno de trabajar", dice con una sonrisa tímida, mientras señala el taller de carpintería en el que labora desde las ocho y media de la mañana.

"Al principio tenía un poco de miedo", confiesa. Una chica fabricando puertas (100 al día, para ser precisos) no calza en el imaginario juvenil. Pero rápidamente descarta este prejuicio y dice: "Uno tiene que hacer todo". Sonríe y agrega "No hace falta hombres". Ella es madre soltera.

He hecho cosas más pesadas en la vida, afirma con convicción, y luego relata: "Mi papá es albañil. Batí mezclas y pegué bloques desde niña".

Se declara diestra en el proceso de ensamblaje. Enumera rápidamente las máquinas que la rodean. Olvida algunas y Jean Luis García completa el inventario: el taller cuenta con una escuadradora, trosadora, cierra circular, canteadora y encoladora. "Además de dos máquinas combinadas que integran cierra, taladro y catead".

Jean Luis tiene 21 años, es hijo único. Estudia cuarto semestre de informática en un instituto y desde hace ocho meses puede costearse sus estudios.

"Papá y mamá orgullosos" de que el "nene de la casa" ya tenga semejante responsabilidad como lo es contribuir con el mega proyecto de infraestructura que adelanta el Gobierno nacional.

"No sabía nada, de nada", ni carpintería, ni herrería. Ahora sabe de estos menesteres y de sociopolítica. No le preocupó nunca su desconocimiento de estas lides, sin más, sentencia: "somos jóvenes y los jóvenes hacen la revolución".


Esta nota ha sido leída aproximadamente 5518 veces.


La fuente original de este documento es:
Agencia Venezolana de Noticias (AVN) (http://www.avn.info.ve)



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Notas relacionadas