Se cumplen 51 años del asesinato de Livia Gouverneur

Caracas, noviembre 1º - El 1º de noviembre de 1961 el impacto fulminante de una bala cegó la vida de Livia Gouverneur, joven venezolana, estudiante de psicología y militante del Partido Comunista de Venezuela (PCV), que en lo sucesivo es recordada como la "Virgen Roja de los Estudiantes".

Eran las 9:30 de la noche cuando brigadas de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) protestaban por la presencia de un grupo de cubanos simpatizantes de la brutal dictadura de Fulgencio Batista en la quinta La Hogareña, ubicada en Las Acacias, Sabana Grande.

Los batisteros llegaron a Venezuela por órdenes del presidente de la época, Rómulo Betancourt, y se habían dedicado a conspirar contra las organizaciones revolucionarias venezolanas, como la que integraba la infortunada estudiante, quien a sus 20 años encaró una férrea lucha en oposición a la represión contrainsurgente instruida por Estados Unidos.

El gobierno de Betancourt mantuvo la presencia de los mercenarios en Caracas con el propósito de apoyar agresiones contra la Revolución Cubana, liderada por Fidel Castro.

Las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) orientaron sus operaciones al hostigamiento de los contrarrevolucionarios para así obligarlos a salir del país. Esa fue la tarea asignada a Livia y otros camaradas.

Sin embargo, la llegada de la militancia revolucionaria al lugar donde se encontraba el grupo de exiliados fue recibida con balazos; de los cuales uno perforó el pulmón derecho de Gouverneur, la primera víctima que registró la juventud comunista de la época, que se preparaba para enfrentar el gobierno adeco Betancourt.

El cadáver fue trasladado hasta la casa de sus padres, tras sortear el cerco policial en las clínicas de una ciudad sometida bajo el toque de queda que ejercía la Dirección General de Policía (Digepol) y bandas armadas del betancourismo.

De acuerdo al libro Víctimas de la democracia representativa en Venezuela (2006), tras el fallecimiento de Gouverneur se originaron protestas en diferentes ciudades del país, especialmente en aquellas donde funcionaban universidades, como Caracas, Valencia, Mérida y Maracaibo.

Para entonces, en 1961, la suspensión de garantías constitucionales decretada por parte del presidente Betancourt había dejado un saldo de 90 muertos, 970 heridos y mil 630 presos políticos, según las cifras oficiales.

En 2011, militantes del PCV develaron un busto en homenaje a la joven que cayó mientras luchaba por sus ideales socialistas, en tiempos en los que Venezuela se regía por la democracia representativa. Hoy, a 51 años de su desaparición física, su legado imborrable permanece vivo.



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