Satélite Simón Bolívar intercomunica poblaciones aisladas en Venezuela

Credito: venezueladeverdad.gob.ve

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23 Oct. 2012 - Detrás del satélite Simón Bolívar, 5 millones 838 mil venezolanos tienen una historia que contar. La tecnología de este satélite ha convertido, a CANTV, en la primera operadora de telecomunicaciones móviles de Venezuela en conectar a comunidades históricamente excluidas, con el resto del país y el mundo.

Poblaciones como Curiapo y San Francisco de Guayo, en el estado Delta Amacuro, hoy, tienen acceso a los servicios de voz y datos, mediante 13 radiobases Movilnet que dependen del satélite Simón Bolívar.

Mauro Beria es un warao que nació hace 45 años en San Francisco de Guayo y cuenta lo difícil que era para los indígenas de su comunidad estar en contacto con el mundo exterior.

“Si teníamos a algún familiar enfermo y queríamos saber de su estado de salud; o si teníamos a los hijos estudiando en la ciudad, y necesitábamos conversar con ellos; teníamos que viajar a Tucupita. Nos veíamos obligados a viajar 3 horas —en lancha liviana, y si el río no estaba bravo—. Si el Orinoco se embravecía y veníamos en alguna embarcación pesada, nos echábamos entre 8 y 10 horas. Era una preocupación constante y un gasto que muchos de nosotros no teníamos cómo pagar”.

Para Beria, siempre cuesta un poquito empezar a creer que, con la Revolución, todos vamos pa’ encima.

“Cuando supimos que Chávez había lanzado un satélite que servía para comunicarnos, yo fui uno de los que comenzamos a hacer las gestiones para que cerca de 5 mil waraos de los caños ya no tuviéramos que estar enviando señales de humo”.

“Al principio, los mismos criollos nos decían que éramos unos locos; que para qué perdíamos el tiempo conformando una Mesa Técnica de Telecomunicaciones. Que desde Guayo, nunca podríamos llamar por teléfono o conectarnos por Internet. Que comunicarse por satélite valía millones, y que quién nos ayudaría… Tres años después, gracias a nuestro satélite Simón Bolívar, los guayeros podemos comunicarnos por celular y por Internet con familiares y amigos fuera de los caños”.

“Ahora, en la escuela del pueblo, hay un Centro Bolivariano de Informática y Telemática, para nuestros niños. Si los waraos quieren consultar a uno de los médicos de la ciudad, lo pueden hacer por teléfono móvil… Es un cambio de vida que se ve en la mirada de mi gente”.

Esta realidad extraordinaria de San Francisco de Guayo se replica en decenas de comunidades venezolanas donde, antes, ni siquiera soñaban con poder navegar por Internet o hacer una llamada telefónica.

Así se hace historia

En el archipiélago de Los Monjes, los efectivos de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana pueden pasar la data de los radares, mediante la tecnología del satélite Simón Bolívar.

En Waramasén, cerca de Brasil, también, se conectó una radiobase satelital para nuestros indígenas pemones. Esta radiobase beneficia a más de mil 200 habitantes; así como, también, a otras comunidades aborígenes —todas, fronterizas con Brasil—: Akuritá, Campo Grande, Wailampay, Kinokponparú, Santana y Chirika Yen.

El satélite Simón Bolívar beneficia, además, a poblaciones de los estados Bolívar y Amazonas (las entidades con mayor extensión territorial en el país), donde no hay instalada, ni se podría desplegar fibra óptica, para no afectar las áreas ambientales protegidas.

La única manera para que esos venezolanos que no disponen de fibra óptica se puedan comunicar es: con satélite; y qué mejor que con el satélite Simón Bolívar.

Según el ministro para Ciencia, Tecnología e Innovación, Jorge Arreaza, con el presidente Hugo Chávez, ha habido una política de uso de la ciencia y la tecnología para el desarrollo nacional y la inclusión social.

“En Venezuela, la política revolucionaria busca generar conocimientos y tecnología e innovar sobre esa tecnología para beneficio social”.

Manuel Fernández, presidente de CANTV, coincide con Arreaza al decir que, la instrucción del presidente Chávez es que todo venezolano tenga acceso a voz y a datos.

“La instrucción es darle un uso privilegiado al satélite de telecomunicaciones para los excluidos históricamente; es decir, para esos venezolanos que no tenían conectividad hace 10, 5 ó 3 años”.

Por una tecnología al alcance de todos

La tecnología satelital es la más costosa del mundo, porque muestra su mejor valor en momentos críticos (situaciones de desastre natural y emergencias). El 93% de las comunicaciones se hacen con fibra óptica; y sólo un 7%, con tecnología satelital.

“A los burgueses, les gustaría no tener ningún satélite, sino alquilarlo a los gringos y seguir dependiendo de ellos”, insiste Arreaza.

Con el satélite Simón Bolívar, el imperio estadounidense ha dejado de ganarse millones de dólares. El satélite Simón Bolívar tiene capacidad para conectar 3 mil infocentros, si se dedicara exclusivamente a esta actividad.

Manuel Fernández, presidente de CANTV, informa que hay 5 mil 306 antenas satelitales instaladas donde no hay fibra óptica; y cerca de 54 mil terminales conectados —que no incluyen ABA, ni Canaimitas—, los cuales benefician a más de 5 millones 177 mil venezolanos.

Alrededor de 80 mil familias venezolanas, actualmente, tienen el servicio de Televisión Directa al Hogar, como parte de los beneficios que brinda el satélite Simón Bolívar. Otra de las bondades de este instrumento aeroespacial es que permite realizar transmisiones comunicacionales desde cualquier zona remota del país, con el fin de que la gente conozca lo que allí acontece.

Este satélite conecta, principalmente:

2 mil 823 centros educativos;

174 bases de seguridad y defensa (incluye 14 radares y 131 bases fronterizas);

127 instalaciones de energía;

299 establecimientos de alimentación (incluye 131 Mercal y 53 Pdval);

1068 infocentros y comunidades;

y 638 centros de salud.

Fernández refiere que el 56% del satélite Simón Bolívar ya está en uso, 15% no se utiliza (a menos que haya una emergencia) y 29% queda disponible.

Encrucijada de destinos

Los señalamientos realizados, continuamente, por el candidato de la derecha, Henrique Capriles Radonski, cuestionando la utilidad de los satélites para el desarrollo de los venezolanos, únicamente, reflejan que a este candidato no le importa el bien que la tecnología satelital le está garantizando a nuestro pueblo.

“Lo que dijo el candidato de la derecha es un irrespeto a cerca de 6 millones de venezolanos que se benefician del satélite Simón Bolívar; especialmente a ese pueblo venezolano históricamente excluido por vivir en zonas alejadas o en zonas donde no hay acceso alámbrico, ni fibra óptica”, condena Arreaza.

En Venezuela, pareciera que cualquier logro de la Revolución es sujeto de crítica por parte de la ultraderecha. Arreaza explica la razón, con base en la teoría del argentino Oscar Varsavsky, en su libro Hacia una política científica nacional:

“Hay tres modelos de desarrollo: 1) el neocolonial, que es la propuesta que superamos en Venezuela y que el ‘Majunche’ vuelve a presentar. En este modelo, la tecnología se importa (hasta los obreros, se importan). Si necesitas hacer una reparación, debes llamar a los gringos, y te cobran por licencia. Se busca la dependencia cultural y tecnológica. 2) El desarrollista, que comprende la sustitución de importaciones, y los beneficios quedan en una élite. La dependencia cultural sigue existiendo. 3) El socialismo creativo (el único viable para nuestra especie) para desarrollar nuestros propios procesos científicos y tecnológicos.

Las mismas condiciones sociales de nuestro país, imponen la necesidad de continuar profundizando el socialismo. Por años, la CANTV privatizada dejó de lado a millones de venezolanos. En 2012, la realidad es otra: el tiempo y la práctica han demostrado que la CANTV estatizada circula en el sentido que marcha el pueblo.

Hace unos meses, la Revolución instaló una radiobase vía microondas en El Yagual (estado Apure) que, hoy, permite la conectividad de esta comunidad que permaneció aislada por décadas. Ahora, cuando crece el río Arauca, la gente de El Yagual tiene cómo llamar para que Protección Civil los vaya a ayudar. Cuando se les va la energía eléctrica, pueden comunicarse con el responsable de Corpoelec, en el estado, para saber qué pasó y cuándo volverá la energía. La tecnología ha disminuido el nivel de incertidumbre de los habitantes de El Yagual. Esta experiencia es un ejemplo de cómo la Revolución Bolivariana tiene una política de uso de la tecnología para el desarrollo nacional y la inclusión social.

La historia detrás de la política

En Revolución, Venezuela dejó de ser una usuaria pasiva de la tecnología espacial. Antes de 1999, en Venezuela, ni se soñaba en invertir en tecnología propia o en tecnología de otros países para desarrollar la nuestra. Con Chávez, Venezuela comenzó a tener participación protagónica dentro del equipo que tiene uso pacífico del espacio ultraterrestre.

Lo primero que hizo este Gobierno fue consagrar en la Constitución de la República, específicamente en sus artículos 11 y 110, los derechos de Venezuela sobre el espacio ultraterrestre, suprayacente y las áreas que son o puedan ser patrimonio común de la humanidad; así como, también, el reconocimiento de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la innovación para el desarrollo, la seguridad y la soberanía nacional.

Ese mismo año, se creó la Ley de Ciencia y Tecnología y, desde entonces, se comenzó a impulsar una política satelital coherente y oportuna para cubrir los servicios que hoy estamos garantizando.

En 2004, estaban naciendo las Misiones sociales y, a la par, nacía el satélite Simón Bolívar —un proyecto que ha revolucionado todo el sistema tecnológico en Venezuela.

El lanzamiento de este satélite de telecomunicaciones se hizo el 29 de octubre de 2008. En ese momento, el satélite tenía una vida útil estimada de 15 años. Cuatro años después, producto de la eficiencia en la gestión, manejo y operación dados por los venezolanos al satélite, la vida de éste se ha alargado a 16 años y 6 meses. Esto significa que, al satélite Simón Bolívar, todavía le quedan 12 años y 7 meses.

Hoy, vamos hacia la conformación de una fábrica de diseño y ensamblaje de pequeños satélites, producto, fundamentalmente, de nuestra alianza con China. Los profesionales que estamos capacitando en ese país regresarán a Venezuela para participar de esta gran experiencia que ampliará el desarrollo espacial de nuestra nación.

La Revolución Bolivariana ha logrado casar los proyectos individuales del talento humano nacional con el proyecto nacional. Hasta la fecha, se han formado 2 mil 27 profesionales en materia aeroespacial. Arreaza expresa que “éste ha sido el proceso de formación más exitoso: estamos formando, en bandeja de plata y oro, a profesionales venezolanos”.

Actualmente, Venezuela cuenta con una Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), con proyectos de innovación espacial, con un área de formación de talento y con líneas de investigación y desarrollo.

Mientras la propuesta neoliberal apunta a convertir a Venezuela en una nueva colonia, el socialismo propuesto por el presidente Chávez sólo busca fortalecer nuestro desarrollo, independencia y soberanía nacional. Muestra de ello: el lanzamiento de un segundo satélite venezolano; pero, esta vez, de observación terrena, el cual permitirá el monitoreo y la gestión, casi en tiempo real, de nuestro territorio, para el desarrollo efectivo de nuestro pueblo.

Si quiere mayor información sobre nuestro satélite Miranda, consulte: http://goo.gl/iuap0


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