Caracas, octubre 1º- La oposición del Este, que visita el centro de la ciudad cada diez años, tiene la esperanza de poderlo hacer más a menudo, una vez que su candidato sea presidente. Sin embargo pondrán una condición y así lo están haciendo dejar saber a través de conversaciones y peticiones de firmas: Que Capriles cambie los nombres de las esquinas del casco central de Caracas.
Este domingo, durante su inusual paseo por el centro, los escuálidos lanzaban improperios de todo tipo cada vez que veían el nombre de una esquina.
-"Válgame Dios. Esquina de Zamuro. Qué poco glamour".
"¿Y no viste eso de esquina de Peligro y Pele el ojo? Francamente..."
Otra sílfide decía: "Son tierrúos demasiado. Ponerle a una esquina, esquina de la Gorda... de lo último"
"¿Y no te fijaste en la llamada esquina de Miseria? Hay que ver... ¡Qué pena!. Por aquí no se puede pasar".
Alejandro Montero, uno de los chavistas voluntarios que trataba de guiar a muchas damas extraviadas en el centro, comentó a Aporrea.org que las damiselas casi se infartaban. "Qué poco caché, eso de poner a una esquina Cura- Michate. ¿Quién será ese cura?, mientras otra esbelta del Este decía: Por ahí vimos una esquina llamada Perico. hay que estar pendientes de esa esquina, tú sabes..."
Otra andaba escandalizada porque leyó en un letrero "Esquina del Muerto". Descanse en paz...
Después del tour que hicieron para descubrir el centro de Caracas, y mientras retornaban a sus vehículos estacionados en el Caracas Hilton (no le quieren decir ALBA) una de ellas exclamó:
"La más decente de las esquinas que vi fue una llamada esquina de Sociedad. Ese nombre es bien. Ese hay que dejarlo".
La infortunada no sabía que la esquina se llama así porque allí se reunía la Sociedad... Patriótica, con Bolívar echándole plomo a la derecha de entonces.
En fín, la propuesta será elevada a Capriles quien al conocer la idea dijo: "Cierto. hay que cambiar esos nombres y ponerles los adecuados a la nueva realidad del autobús del progreso".
¿Imaginan los nombres?
(Por favor, no incluyan el de Pilín León, que ella lo quiere, pero en el barco aquél...)