27 de septiembre de 2012.- Ligia Elena Blanco no es la chica del clásico salsero interpretado por Rubén Blades, aunque bien podría, porque en los 70, cuando aquella canción fue concebida para narrar los arrebatos de amor entre una doncella y un bohemio trompetista, Ligia Elena Blanco se hallaba también en sus años mozos.

Sin embargo, la dama de esta historia servía con sus conocimientos de enfermera instrumentista al Estado venezolano, patrón que luego le pagó con desamor dicho servicio, cuando Ligia Elena ya había entregado 32 años de carrera y alcanzaba la tercera edad.

"A los viejos no nos paraban pelota en este país, éramos un estorbo para el gobierno. Recuerdo con toda claridad las penurias que nos teníamos que calar para cobrar la pensión, ¡Y era una miseria! yo cobraba tres bolívares, no era ni el sueldo mínimo. Me bañaron de agua, ¡Uf! muchas veces... cuando nos cansábamos de esperar el pago, porque no llegaba sino cuando a ellos les daba la gana, nos molestábamos y bueno, si te quejabas te mandaban la ballena de la Policía Metropolitana. ¡Cómo olvidarlo!".

Así resume Ligia Elena sus vivencias cuando se le pide testimonio sobre el tema de los pensionados en Venezuela, a propósito de su experiencia propia y también como vice presidenta de la Asociación de Jubilados y Pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).

Asesoría y acompañamiento

"Esta Asociación existe desde hace 20 años, pero ahora estamos prestando un servicio real al adulto mayor. Aquí recibimos a los jubilados y pensionados de cualquier institución y ahora también a los abuelos de la misión En Amor Mayor", agregó la enfermera retirada, en alusión al programa social creado el pasado año para garantizar la pensión de vejez a los hombres y mujeres que nunca cotizaron en el IVSS y viven en condición de pobreza.

Las personas que acuden a la oficina de la citada Asociación suelen ir por información o para plantear quejas y reclamos. Allí, son orientados sobre los trámites que deben efectuar o hacia qué dependencias pueden dirigirse en la búsqueda de soluciones. El horario de atención es de lunes a viernes, entre las 8:30 y las 11:30 de la mañana, y de 1:30 a 3:30 de la tarde, en el sótano de la sede del IVSS ubicada en el sector Altagracia de Caracas. El teléfono es 0212- 801.12.50.

Más allá de gestiones relativas a pensiones y jubilaciones, la oficina presta orientación sobre otros beneficios creados para el adulto mayor en Venezuela, como las tarjetas Buen Vivir y Turismo que otorgan los bancos del Estado; los credi-nómina, de hasta ocho salarios; las ayudas económicas; la cobertura de tratamientos médicos de alto costo y prótesis, y hasta lo relacionado con los viajes que el IVSS organiza para abuelos en todo el país.

"(Carlos) Rotondaro (presidente del IVSS) nos compró unos autobuses para que nos lleven a pasear, no te estoy exagerando nada. Mañana sale de viaje un grupo de pensionados de La Guaira, Guarenas y Guatire. Ya tenemos seis años con estos viajes y se organizan por estados para darle oportunidad a todos", matizó la entrevistada.

De 400 mil a cerca de 3 millones

El tema de los pensionados en Venezuela constituye una de las banderas más ondeadas al momento de establecer diferencias entre el pasado y el presente, exactamente en lo referente al impacto social de las políticas neoliberales que signaron la gestión gubernamental en el país durante el período 1958-1998, y el giro que aquellas tomaron con la llegada del socialista Hugo Chávez.

Para 1998, el número de pensionados en Venezuela no llegaba a los 400 mil, y éstos cobraban una asignación inferior al salario mínimo vigente.

El número ha ido aumentando con decretos presidenciales que buscan incorporar a campesinos, pescadores, taxistas, amas de casa y otros trabajadores independientes o informales que nunca cotizaron en el IVSS.

Para la fecha, existen dos millones 258 mil 447 mujeres mayores de 55 y hombres con más de 60 años que cobran pensión de vejez, homologada al sueldo mínimo. Además, hay que sumar los 368 mil 750 adultos mayores que ya obtuvieron el beneficio a través de la misión En Amor Mayor.

"¡Y cobramos al día! Mira, sin falta, los 20 de cada mes, y si 20 cae domingo, por ejemplo, nos pagan el viernes anterior. Y ahora, en los bancos donde van más abuelos a cobrar, nos han puesto una ambulancia con paramédicos. Entre la ballena y esto... tu me dirás", concluyó risueña Ligia Elena.