Una crónica para La Esquina Caliente de Caracas

Credito: Julian Castellanos

Credito: Julian Castellanos

21 sept. 2012

Transpirar política

A días de las elecciones presidenciales los debates políticos están que arden en la caraqueña Esquina Caliente de la Plaza Bolívar, un inclasificable fenómeno político que junta gente a hablar de política todos los días del año, desde las 6 de la mañana a las 8 de la noche. La historia y las anécdotas de esta sui generis “institución” callejera.

En la arbolada Plaza Bolívar de Caracas solo falta que las piedras hablen de política, a la cual se la oye como un parloteo constante y convertida en música altisonante y ringtones. También empapela paredes, postes y vuela por los aires en forma de volantes. Allí todo es Chávez. Un vendedor pregona “el último CD del Comandante a 10 bolos”, con canciones al ritmo de cha cha cha, merengue, salsa, reguetón, rap y joropo. Chávez no canta, pero aporta el vozarrón de sus discursos sampleado en algunas canciones.

En el vértice de la plaza opuesto a la Catedral funciona una singular formación política, acaso única en el mundo: la Esquina Caliente. Como la manzana de la Plaza Bolívar es peatonal, la Esquina Caliente está en plena la calle bajo un techito rojo desmontable. A su sombra una veintena de personas sentadas en sillas de plástico mira sin mucha atención un televisor siempre encendido en Telesur o Venezolana de Televisión.

Todos los días a las 6 A.m. –de lunes a lunes- el señor Aniluz Serrano instala las sillas y el televisor, mientras la Esquina Caliente se llena al amanecer con medio centenar de personas que leen el diario y miran el noticiero (los domingos disfrutan a lo grande con Aló Presidente). Son todos chavistas fanáticos de diferentes edades que se juntan a comentar las novedades, debatir, reírse y socializar. Algunos pueden pasarse horas y hasta el día completo en esta actividad hasta las 8 de la noche, la hora de cierre. También tienen un programa de radio y organizan conferencias casi a diario.

A lo largo del día hay recambios en la esquina. Los que vieron salir el sol allí suelen irse a trabajar, otros se acercan en horario de almuerzo, o al terminar su jornada. El nombre completo de esta inclasificable agrupación es Colectivo Socialista Esquina Caliente, y cuenta el señor Serrano con su acento maracucho que “cuando hay alguna situación política grave, hacemos unas señales de humo y esta esquina que vos ves se llena de revolucionarios dispuestos a defender con las armas al Presidente ante cualquier agresión desestabilizadora... cuando el paro petrolero de 2002 se reunían aquí 5000 personas por día y durante el golpe de estado nos mataron a dos”.

EL ORIGEN

Aniluz Serrano es uno de los dirigentes de la Esquina Caliente y participa de esta organización desde su origen, cuando Hugo Chávez ganó su primera elección en 1998. Y cuenta que surgieron de manera espontánea, como un “músculo ejecutor” para la defensa de la revolución. En un principio estaban en el vértice opuesto de la plaza –junto a la Catedral- pero en aquel entonces era Alcalde Mayor de Caracas un opositor a Chávez con oficinas a media cuadra. Como el Alcalde los asediaba con la Policía Metropolitana, tuvieron que mudarse a la otra esquina.

Si bien el doctor Serrano es abogado, dice que por consenso se decidió que la Esquina Caliente no sería legalizada formalmente, “porque no le hace falta: cada vez que alguien organiza un partido siempre hay quienes quieren ser más vivitos que los demás, entonces nosotros así nos evitamos esta situación”.

UNA PERRITA REVOLUCIONARIA

El personaje más cándido de la historia de la Esquina Caliente es Canela, una perrita negra y chiquita de raza indefinida que -según los integrantes de este colectivo político- “parecía que nos leía el pensamiento”. Cada vez que había alguna situación de tensión o un conflicto directo Canela aparecía a poner el pecho. Cuenta la historia ya mítica de la perrita que el día del golpe de estado la Policía Metropolitana que respondía al Alcalde Mayor reprimió a los chavistas en la Plaza Bolívar. -Ese día -se emociona Serrano- ella entendió algo, porque a partir de allí, queda vez que aparecía un Policía Metropolitano ella le caía a muelas-

El sumun fue aquella vez en que llegó uno de esos policías en una moto y ella lo envistió. -Esos policías le tenían mucha arrechera por lo que ella representaba para nosotros, y aquel hombre no tuvo mejor idea que darle una patada. De inmediato fue rodeado por la gente y desnudado en plena Plaza Bolívar… así se tuvo que ir –relata Serrano entre risas. Un cierto día Canela no volvió nunca más.

DE MARX A HUGO CHÁVEZ

Los militantes de la Esquina Caliente son de los que se conocen como chavistas “duros” o radicales. Serrano, por ejemplo, recuerda aquel día en que el dirigente de Acción Democrática Ramos Allup fue a la Plaza Bolívar con unos pistoleros que atacaron a tiros a la Esquina Caliente. Así como es un hombre de acción, a Serrano le encanta citar a grandes pensadores como Rousseau y su idea del contrato social que inspiró a Bolívar: “El Estado es la convergencia de voluntades que quieren formar una estructura que, a través de la creación de políticas, le den a los pueblos felicidad”.

Consultado sobre el futuro de la Revolución Bolivariana, Serrano responde con una frase poética: “una vez que un pueblo prueba la dulzura de la miel, ya nadie le podrá meter la amargura de la hiel”. Y finalmente remata con una frase de Marx: “La desgracia de los pueblos comienza a escribirse con sangre cuando un grupo minúsculo de personas se da cuenta de que, apoderándose de los medios de producción, son capaces de esclavizarlos a través del trabajo y la hambruna, y tras confiscarles los derechos fundamentales los logran distraer”.


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