Juan Carlos Camaño: “Yo no he visto a nadie en Venezuela a quien se le restrinja la posibilidad de decir lo que quiere”

Juan Carlos Camaño, presidente de la Felap.

Juan Carlos Camaño, presidente de la Felap.

Credito: Correo del Orinoco

3 septiembre 2012 - ¿Hay o no hay libertad de expresión en Venezuela? ¿La hay en los países latinoamericanos donde hoy se registran procesos de cambio? El XI Congreso de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), que concluyó ayer en Caracas con la consigna “Nuestra comunicación no será censurada”, es un buen pretexto para retomar un tema que siempre está en el tapete.

A la interrogante responde, sin el menor asomo de dudas, el presidente de la Felap, Juan Carlos Camaño. “El discurso de la libertad de expresión es sobre una concepción que ellos tienen acerca de la libertad de expresión, así como tienen una concepción sobre la libertad de prensa que no es más ni menos que la libertad de empresa”, concluye, en entrevista con el Correo del Orinoco.

Como estos conceptos “se han puesto en crisis” en Venezuela y en otros países, “por supuesto que esos sectores patalean y gritan. Y para ello tienen el respaldo de Estados Unidos”, subraya.

–¿Usted diría que en Venezuela hay libertad de expresión?

–Al Presidente de la nación y a los ministros se les dicen barbaridades en los medios de comunicación como en muy pocos países, y sin embargo no ocurre casi nada; claro, excepto cuando hay que tomar una decisión y sancionar, y entonces los medios ponen el grito en el cielo. Esos medios se creen con el derecho que han tenido históricamente de humillar, injuriar, mentir; creyeron que nadie, nunca, les iba a responder. Me parece que en toda la región se están encontrando con que ahora hay devolución de esa concepción de “yo domino, yo mando”. Esa situación se está confrontando.

–Por lo que usted dice, entonces, sí hay libertad de expresión en Venezuela.

–Yo no he visto a nadie en Venezuela a quien se le restrinja la posibilidad de decir lo que quiere. Ahora, se está en una batalla enorme.

–¿Hay una guerra mediática?

–Sin duda. Pero a diferencia de otro tiempo, a pesar de que todavía la correlación de fuerzas pueda ser desfavorable para quienes constituimos la gran mayoría de los trabajadores y del pueblo, sí hay un cambio. Ya no es que de un solo lado avanzan, manipulan, mienten e injurian. Ahora también de este lado se les dice quiénes son, se los nombra, se les dice que están vinculados con el tráfico de armas o de órganos, o que son propietarios de grandes conglomerados. Hoy hay medios de comunicación que explican quiénes son los otros dueños de la comunicación histórica y dominante, y los desnudan no solamente como unos señores que son propietarios de un canal de televisión, sino como unos señores que son propietarios de muchas cosas que tienen que ver con las relaciones económicas y financieras de los países.

–Usted ve esto como algo positivo.

–Es un paso adelante. No hay antecedentes de que esto haya ocurrido antes; que se haya multiplicado en varios países al mismo tiempo es muy importante. En América Latina se dice “no al Consenso de Washington”, pero no es lo único. También se dice “nosotros tenemos nuestros ámbitos donde reunirnos sin que Washington nos esté molestando”. Por ejemplo, creo que los países están muy integrados y defendiéndose. ¿Alguien se atrevería ahora a dar un golpe e intentar una invasión en Venezuela? Hay toda una región que está diciendo “cuidado”.

ELECCIONES EN VENEZUELA

El 7 de octubre se registrará en Venezuela un proceso electoral definitorio, entendido como el dilema entre el afianzamiento de la soberanía y la independencia o el regreso al pasado y a un “paquete” económico neoliberal.

Juan Carlos Camaño está convencido de que el triunfo del presidente Hugo Chávez es un hecho: “Lo percibo, lo analizo, lo veo. Este proceso nuevo en Venezuela lo sigo desde su nacimiento; he visto el crecimiento en el campo económico y social, la relación que se establece con el pueblo, la posibilidad que tiene el pueblo de liderar el proceso, la interacción”.

–¿La victoria del Presidente es un hecho, piensa usted?

–Yo creo que sí. Cualquier otra cosa es impensable, y me parece que se está haciendo una tarea desesperada, con el respaldo de Estados Unidos, con la finalidad de cambiar el resultado, o quedarse con el discurso de siempre de que hubo fraude. Las democracias que ganan en las urnas ya a ellos no les convienen. Ahora están hablando de remodelar las democracias. A ellos ya no les sirven las democracias con las que ahora pierden.

–¿Ese discurso va a tener un eco internacional? ¿Un impacto mediático?

–Lo va a tener. Siempre se trabaja en esa perspectiva. Me parece que le cuesta más a ese discurso calar aquí adentro, que crear una psicosis internacional e ir creando las bases para una “jugada superior” y más grave todavía. ¿Qué buscan? Empezar a crear una condición subjetiva acerca de que “impera una dictadura”, y “hubo un fraude”, y “por lo tanto”… Y ese “por lo tanto” intenta justificar cosas graves.

–¿Qué va a hacer la Felap cuando eso ocurra?

–Esperemos que no ocurra. Yo veo una elección absolutamente clara; no hay manera de quedar debajo. Pero lo importante es que la gente vaya a votar. Sobre la Felap: la Felap está donde están sus organizaciones, y si su organización aquí va a dar la batalla, la Felap va a estar con su organización dando la batalla.

Tras casi 10 años de ausencia Venezuela regresa a la Felap

Luego de casi 10 años de ausencia, Venezuela regresa a la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), y lo hace con la Plataforma de Periodistas. En el año 2003, luego de evaluar la presunta participación del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) en el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, la Felap decidió expulsar de sus filas al CNP. Hoy se empieza a escribir un nuevo capítulo de esa historia.

“Es un paso muy trascedente. La incorporación de los compañeros venezolanos no solo restaña la vieja herida de por qué se tuvieron que ir de la Felap: fueron expulsados en su momento, en el año 2003, por motivo de haberse verificado que habían participado en el golpe de Estado contra el compañero Hugo Chávez”, resume Juan Carlos Camaño, presidente del organismo gremial.

El retorno también “viene a poner potencialidad a futuro en la propia Felap, porque vuelven los periodistas de Venezuela con una historia, un vínculo con nuestra Federación. Ellos fueron el motor del nacimiento de esta Federación en 1976, junto con otros compañeros”.

Ese regreso se produce en un tiempo muy particular en la región: de integración enraizada en la historia popular, y que ha encontrado una fórmula que respeta “hasta los tiempos desiguales que pueda haber en el desarrollo de esos países”.

–¿Era muy sentida la ausencia de las y los periodistas venezolanos en la Felap?

–Claro. ¿Cómo no lo va a ser? Hace muchos años que venimos bregando por recomponer esta situación. Y se ha logrado porque aquí ha habido periodistas que tienen una esencia Felap, y porque hay una nueva camada que tiene una esencia revolucionaria en el campo de la comunicación.

–¿Por qué no se pudo antes?

–Hubo demoras. No había diferencias con los compañeros de Venezuela, ni de los compañeros de Venezuela con la Felap. Había demoras en el desarrollo desigual entre los comunicadores y las organizaciones que pertenecen a la Felap. Y las y los periodistas venezolanos necesitaban hacer su propia experiencia, una reconstrucción de carácter organizacional. La hicieron, la van a seguir haciendo. El ingreso a la Felap va a potenciar ese desarrollo.

DIFERENCIA DE PRINCIPIOS

–¿El ingreso de la Plataforma de Periodistas implica que no habrá relación con el CNP?

–El CNP, juzgado como una sigla, no quiere decir nada. El CNP es, desde su directiva hasta sus componentes una concepción ideológica, filosófica, política, profesional y gremial con la que nosotros no tenemos nada que ver. Hay que hablar las cosas como son. Las organizaciones que están en la Felap parten de principios anticolonialistas, antiimperialistas, en defensa de los intereses de los asalariados. Trabajan por una profesión mejor, pero muy vinculados con los intereses de las grandes mayorías sociales.

Nosotros no concebimos un periodista que se suponga en una atalaya privilegiada mirando al resto de la sociedad.

–¿Esa es la visión del CNP?

–Me da la impresión de que esa es la visión de algunas organizaciones en Latinoamérica, que pueden ser colegios, sindicatos o uniones. Pero también en la Felap hay sindicatos, uniones, asociaciones con una perspectiva filosófica humanista y absolutamente diferente. Hay organizaciones de profesionales de la prensa que están muy atadas a las decisiones patronales y a las concepciones patronales y de dominación en el campo de la comunicación; nosotros participamos de un criterio absolutamente opuesto. No hay ninguna manera de vincular la actualidad de ese colegio con la de la Felap, y sí la hay con la Plataforma.

La Felap no hace distinción entre colegio, sindicato o asociación, puntualiza. “Sabemos que hay una profesión, y que debemos jerarquizarla cada vez más”, señala Camaño, pero “no podemos inhabilitar al hombre o a la mujer que se exprese en función de la defensa de la idea vinculada con la justicia social, la justa distribución de la riqueza. Cuantos más hombres y mujeres estén en ese campo del pensamiento y del desarrollo de las ideas, y luchando por ello, y comunicándolo, mejor va a ser”.

PRESENCIA INJUSTIFICABLE

El periodista recuerda que, luego del golpe de Estado del 11 de abril de 2002, “lo resolvió, en favor del regreso del Presidente, el pueblo comunicándose”, y los nuevos medios que se gestaron “en ese fervoroso participar del pueblo que buscaban que su Presidente regresara al lugar en el que debía estar”.

–El episodio del golpe de Estado del 11 de abril de 2002, ¿ustedes pudieron debatirlo con la directiva del CNP en algún momento?

–Debatirlo debidamente, no. Nosotros les señalamos que no estábamos de acuerdo con que hubiesen estado en Miraflores el 12 de abril de 2002. Primeramente recibimos la negativa de que hubieran estado ese día en Miraflores, pero luego admitieron que habían estado. Después pusieron como pretexto que fueron a ver que a los periodistas los trataran bien. Esto no era creíble. Es decir, no hubo ninguna posibilidad de debatirlo, porque además había una distancia ideológica muy clara: unos estaban por el golpe y otros estábamos por el no golpe. Ya no había forma de debatir el problema. La decisión fue expulsarlos.

–¿Qué respondió el CNP en ese momento?

–No ha respondido nunca. Ellos se han quedado donde están, y nosotros nos hemos quedado donde estamos. A mí me parece que también eso va de la mano de las tensiones sociales, como consecuencia de que han aparecido gobiernos que han asumido responsabilidades que, en otro momento, habían sido tomadas por organizaciones sociales. Ahora aparecieron gobiernos en la región que ponen en discusión el problema de la comunicación.

–¿Eso lo ve positivo la Felap?

–Absolutamente. Son las líneas por las que nos hemos movido históricamente. Nació la Felap como consecuencia de la persecución en las dictaduras militares, y de la apropiación de la comunicación por parte de esas dictaduras militares.

Como consecuencia de eso se reunieron los compañeros exiliados en diferentes países, y se dieron a la tarea de constituir la Felap para responder a eso. Pero no solamente con una visión mediática, sino con una declaración de principios que tiene un contenido filosófico, ideológico y político que excede el campo de la comunicación, y marca la necesidad de constituir sociedades libres, patrias libres. Una de las consignas con las que nació la Felap es periodismo libre en patrias libres.


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