El secretario general del PCV cree que urge formar cuadros

Oscar Figuera: "Socializar no pasa sólo porque las empresas sean del Estado"

El dirigente comunista cuestiona la actuación de algunos funcionarios.

El dirigente comunista cuestiona la actuación de algunos funcionarios.

Caracas 11 de marzo 2009.- "Para profundizar el proceso revolucionario hay que tocar a fondo lo que tiene que ver con el modo de producción", sostiene el secretario general del Partido Comunista de Venezuela (PCV), Oscar Figuera.

El legislador acota que no hace referencia a todos los medios de producción, sino a los "fundamentales", o lo que es igual, los que son esenciales para la vida de los ciudadanos, como electricidad, transporte, petróleo, comunicaciones, agroindustria y siderurgia, entre otros.

Figuera advierte que socializar los medios de producción fundamentales no es exclusivamente porque pasen a manos del Estado. "Para que se socialicen es necesario que los trabajadores ejerzan una participación directa, y no se trata de distribuir acciones, porque eso sería privatizar una propiedad colectiva, sería individualizarla", apunta.

El dirigente subraya, que urge además impulsar y concretar cambios profundos en las relaciones sociales de producción para que no prevalezca la subordinación de los trabajadores a un jefe.

Ésto, considera, implicaría romper los esquemas actuales y apuntalar las relaciones socialistas de producción.

Figuera no se anima a afirmar si estos planteamientos contravienen la Constitución nacional, pero sí asegura que la Carta Magna vigente permite avanzar en esta dirección porque la misma contempla los principios de participación, protagonismo, corresponsabilidad, ejercicio directo de poder por el pueblo y la transferencia de responsabilidades. En todo caso, agrega que "si hubiese que modificarla eso no puede parar los cambios, y tendría que someterse al debate público".

El dirigente de la tolda del gallo asegura que en estos diez años sí se ha dado un cambio crucial.

"El liderazgo del presidente Hugo Chávez y el proceso revolucionario ha promovido la participación, el protagonismo y el control social, con todos los defectos que tiene, y esto ha representado un salto que no es posible cuantificar, en contraste con la realidad de hace una década".

Sin fórmulas. Reconoce y defiende que se haya avanzado en una línea de ensayo y error porque "no existen recetas previas". Y así como coincide en que el ejercicio cooperativista generó desviaciones por aprovechamiento de individualidades y de empresas privadas que se apropiaron indebidamente de los recursos del Estado, también felicita que se haya dado el paso a la concepción de la propiedad colectiva mediante este mecanismo.

La formación es la clave, según Figuera, y esto fue lo que -desde su óptica- intentó corregirse al dar paso a la Misión Vuelvan Caras, que también reconoce, tuvo sus desviaciones y carencias.

Sin embargo, destaca que otro cambio logrado es que "mientras el propietario capitalista de un medio de producción se queda con la plusvalía para un número reducido de personas, la administración de una propiedad por el Estado, si se hace correctamente, la plusvalía beneficia al pueblo, con todo y desviaciones".

Figuera reitera que el salto sobre la concepción del nuevo Estado es necesario para el sostenimiento del proceso, y en este tanto, lamenta que no exista suficiente espacio para el debate entre los revolucionarios y el movimiento popular.

"Esto es una debilidad del proceso, porque dar este salto e ir avanzando en su aplicación, pasa por contar a la vez con una vanguardia revolucionaria, coherente, cohesionada y capaz de cumplir las tareas que demanda el momento político revolucionario", comenta.

El diputado indica que esto no ha podido construirse porque los revolucionarios están dispersos, "y hay una amenaza de que los cuadros revolucionarios del proceso se diluyan en la masa general, lo cual puede facilitar el control de los instrumentos políticos por quienes tienen el poder económico en el país y es por eso que urge construir una columna vertebral de cuadros comprometidos con el proceso revolucionario de cambios".

Explica que los intentos por construir esta vanguardia hasta ahora han fallado "porque han sido sólo para unir muchedumbres y no cuadros".


HAY QUE PONER LA LUPA

Corrupción intelectual
es el término que Oscar Figuera emplea para cuestionar a funcionarios, los cuales, hablando en nombre de la revolución actúan en su contra. "Estas individualidades no permiten abrirle las puertas a los trabajadores, liquidan la crítica y la autocrítica, así como los mecanismos de participación y organización".


La criminalización
del sindicalismo es una práctica que observa con desdén por considerar que atenta contra los avances del proceso revolucionario.


Despidos injustificados
y violaciones del derecho laboral en el Metro de Caracas, el Metro de Valencia, Pdval, la Gobernación de Bolívar y el Iafe, son algunas de las fallas que Figuera considera amenazan al proceso.





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