Presidente de Indepabis Eduardo Samán: "Se estudia la psicología de la gente para engañarla"

Eduardo Samán

Eduardo Samán

Credito: JOAQUÍN FERRER

30 de noviembre 2008.- Eduardo Samán, presidente del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios (Indepabis), afirma que las empresas de comida rápida apelan "al engaño para vender sus porquerías".

"Muestran unos combos con refrescos de este tamaño –Samán abre las manos de la cintura a la cabeza–, pero 75% es hielo. La gente acude a esos lugares pensando que va ahorrar dinero, pero no es así".

Para impedir el engaño, tiene que haber un Estado, pero "un Estado que regule". A las quejas de sectores empresariales que aseguran que las promociones se dilatan hasta cuatro semanas en su despacho, Samán asegura que las respuestas se dan en el plazo que establece la ley (cinco días hábiles). El Indepabis no se enfrenta a los principales anunciantes y agencias de publicidad, sino a lo que ellos representan: "Al capitalismo, que tiene que recurrir al artificio, al recurso del engaño para vender la sobreproducción" de bienes y servicios.

Empresas del sector de consumo masivo –supermercados, telefonía celular, cadenas farmacéuticas, entre otras– advierten que el Indepabis tarda entre tres y cuatro semanas para autorizar sus promociones. ¿Por qué tanta tardanza?
Antes bastaba con una notificación, pero la nueva ley establece que las empresas sean debidamente autorizadas. Yo no hago leyes, yo las ejecuto; ése es mi trabajo. Hemos dado respuesta porque ahí estamos enfrentando a Anda (Asociación Nacional de Anunciantes) y a las principales agencias de publicidad, que se ven sometidos a una regulación. Sabemos a quiénes nos estamos enfrentando y ellos, en distintas oportunidades, han querido arremeter contra nosotros alegando discrecionalidad de los funcionarios y supuestos retrasos, pero no hay tal cosa y lo puedo demostrar. A todas las solicitudes se les ha dado respuesta, en cinco días hábiles, tal como lo establece la ley.

¿Se trata de una mentira?
Es mentira que hay retrasos. Aun enfermo, en la clínica, después de una operación, yo firmaba las autorizaciones. Esta gente no sabe con qué clase de loco se está metiendo.

Puedes ir a entrevistar a los médicos, a las enfermeras, me llegaban cajas de solicitudes, yo las firmaba. No hubo atrasos. Ahora, hay cosas que sí estamos restringiendo.

¿Al firmarlas les daba una respuesta?
Les dábamos respuesta, pero eso no quiere decir que las aprobábamos. Unas eran aprobadas y otras eran negadas, claro.

Justamente, ése es el problema que alegan algunas empresas.
... que les niegan las promociones.

O que tienen que volverlas a introducir.
Claro, ¿por qué las negamos? Si dices que vas a rifar un carro, pero no indicas el lugar ni la fecha ni los mecanismos de esa rifa, tú estás engañando a la gente; entonces esas promociones son rechazadas. Promociones en las cuales se anuncia un descuento de 60%, pero en las que no se establece el precio de oferta, se niegan porque son un engaño a la gente. Si dices que un pantalón cuesta mil bolívares y te queda en 400, la gente dice "¿estás loco?". Eso produce un rechazo. Es una promoción de mentira. O puede haber una promoción muy buena de un televisor pantalla plana, por ejemplo, a muy buen precio, pero resulta que sólo hay 10 unidades en existencia y, cuando la persona llega, le dicen: "No, mira, los que estaban en oferta ya se vendieron, pero aquí tenemos este otro televisor, que no está en oferta, pero que es tan bueno o mejor". Ahora, si en la oferta se reconoce que sólo hay 10 televisores en oferta, la gente no va, porque no tiene sentido ir.

Usted dijo que estaban restringiendo esas promociones.
No, las estamos aprobando o no. Y además se les dice por qué se les niega. Lo que hacen ellos es reformular la promoción, cambiar el afiche, por ejemplo, y volverla a solicitar. Y se las aprobamos.

¿En eso se van cuatro semanas?
Si ellos quieren engañar a la gente, no lo podemos permitir. Si se tardan cuatro semanas es por culpa de ellos, no por culpa nuestra. Es un intento de engaño: "vamos a meterla, a ver si pasa". Ofertas de medicamentos bajo prescripción médica "morochos".

Se unen, por ejemplo, dos presentaciones de ocho cápsulas. ¿Por qué una persona tiene que comprar 16 cápsulas, si en realidad necesita ocho? O un combo, donde se incluyen dos medicamentos, uno bajo regulación y otro no. Uno cuesta 8 bolívares y el otro lo que tú quieras, ¿cuánto terminas pagando? La persona no puede acceder al medicamento que está regulado. Es una burla.

Ese tipo de promociones no las aprobamos.

O aquellas en las que se pide información personal –dirección, teléfono, e-mail– y el nombre del médico tratante, tampoco las aprobamos, porque posteriormente las compañías usan esa información para hacer marketing con los médicos tratantes.

Empresas que van a hacer una rifa y no consignan copia del registro mercantil, yo no sé si se trata de una empresa fantasma.

¿Cómo puedo aprobar una autorización para que a través de una promoción se ofrezca un producto en esas condiciones?
¿Qué porcentaje de promociones se niegan en el Indepabis?
En 2008 (al 26 de noviembre), se procesaron 3.479 solicitudes; se aprobaron 2.647 (76,9%) y se negaron 832 (23,91%). Eso significa que muchas de las promociones negadas, posteriormente fueron reformuladas por las empresas y aprobadas. Las empresas pueden ejercer un recurso de reconsideración o un recurso jerárquico. Entre 500 solicitudes procesadas, creo que habrá un sólo recurso de alguien que cree que le negamos mal una promoción. Es un porcentaje muy bajo.

¿No será que la gente cree que no vale la pena intentar un recurso, justamente porque piensan que hay una gran discrecionalidad de los funcionarios?
¿Por qué aseguras que hay una discrecionalidad? Te estoy explicando las razones y en la negativa, debidamente razonada, se mencionan los artículos de la ley por los cuáles se está negando. No hay discrecionalidad.

Usted dice que se está enfrentando a Anda y a las principales agencias de publicidad.
Ellos son los que nos han atacado a través de los medios impresos y les hemos respondido contundentemente. Por favor, tómales una declaración en que ellos digan que tienen tres semanas de atraso. Que digan cuáles son esas solicitudes. No existen.

¿Indepabis igualmente va a regular el número de piezas publicitarias que se insertan en los medios impresos?
No, la ley no regula eso; la ley regula las promociones. Ni siquiera regula la publicidad. La degustación de un producto, por ejemplo, no necesita autorización. Eso se aprobó. Es mucho papeleo. Las solicitudes son totalmente gratuitas y ellos meten una solicitud con la trampa de "a ver si pasa", porque no incurren en ningún gasto, ni de personal, ni de papel. Eso corre por cuenta del Estado. La ley no impuso una tasa para eso y yo no puedo imponerla.

Yo lo escucho y me pregunto si a Anda y a las agencias de publicidad no los anima una intención de engañar a la gente.
Claro, claro, la publicidad es un engaño. A ti no te parece un engaño que veas un cartel en que se anuncia un descuento de hasta 60% y cuando llegas a la caja te dicen: "No, ese producto no tiene descuento o tiene el 10%". Pero bueno, ¿ahí no dice 60%? No, hasta 60%. O te ponen una foto de ese grabador: "Desde 2.000 bolívares" y cuando vas a pagar te dicen: "No, son 3.500"; "pero aquí dice 2.000"; "no, no. Eso es desde..." ¿No te ha pasado? No es Anda, es lo que Anda representa. Es el capitalismo, que para deshacerse de la sobreproducción de algunos bienes requiere engañar.

¿Es una acción deliberada?
Claro. Es un arte de engañar. Estudian la psicología de la gente y la forma en que la pueden engañar. Te hacen creer que tu felicidad depende de que tengas un producto.

Resulta que lo compras y no eres feliz.

¿O sea que la felicidad no existe?
Existe, pero no a través de un objeto. A través del amor, de la satisfacción que da leer un buen libro o ver una buena película.

Una buena pareja te da felicidad; pero te hacen creer que al tener el modelo de teléfono más reciente vas a encontrar la felicidad. Y algo peor, te hacen creer que si no lo tienes, eres una mierda, eres un infeliz, eres un desgraciado.

¿No cree que las promociones contribuyen a mantener la rentabilidad, la innovación, el lanzamiento de nuevos productos?
Acuérdate que no estamos regulando la publicidad, estamos regulando las promociones de los productos. Yo creo que el capitalismo puede vender un producto. Esto cuesta tanto, tú verás si lo compras o no; esto lo que trata es de impedir el engaño.

¿Cuántas empresas engañan en Venezuela?
Casi todo lo que no es de primera necesidad requiere poner ofertas; formas de engaño.

¿Todas las empresas de consumo masivo?
Usan el engaño como una herramienta, como un artificio, como un recurso.

¿Todas las empresas de consumo masivo?
El cero absoluto no existe, hermano. ¿Qué quieres que te diga? Si me dices qué empresas, te digo: las empresas de comida rápida.

Ellos necesitan esas promociones para vender sus porquerías. Te muestran unos combos, con un refresco de este tamaño (Samán abre las manos de la cintura a la cabeza), pero el 75% es hielo. Si esa gente al menos se sincerara, no tiene ventajas sobre otros restaurantes, en los que se pone un menú que incluye IVA, el 10% del servicio. Incluye todo. Los otros ponen unos combos y la gente va pensando que va a ahorrar dinero y resulta que no es verdad.

¿No cree que eso influye en la rentabilidad de las empresas, en el sentido de que hay una fuerza de venta que está restringida y además se cataloga como engañosa?
El engaño no puede existir en una sociedad. Para eso tiene que haber un Estado, un Estado que regule.


SU PERFIL

Nombre
Eduardo Samán. Caracas, 1964.

Farmacéutico
por la Universidad Central de Venezuela, donde ejerce la docencia a tiempo convencional. Maestría (tesis pendiente) en Química Medicinal.

Asesor en informática
de la Organización Panamericana de la Salud.

Titular de la Dirección de Drogas, Medicamentos y Cosméticos del Msds; del Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual y director encargado del Servicio Autónomo Nacional de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos. Fue proponente de la reforma al artículo 98 de la Constitución Bolivariana.

Actualmente
es presidente del Indepabis.


REGISTRO VERBAL
Las pirámides financieras que operaban bajo el paraguas del grupo DMG constituyen, de acuerdo con Eduardo Samán, presidente de Indepabis, un caso emblemático de engaño.

En Colombia provocaron un verdadero caos financiero y económico, "pero en Venezuela las desbaratamos a tiempo".

Se captaban depósitos del público a través de tarjetas prepago y se pagaban intereses bajo distintas modalidades, que podían ser de 100%. El pago oportuno de esas obligaciones "generaba una confianza tal que la gente dejaba el dinero ahí"; a su vez, los clientes incorporaban a nuevos clientes, de acuerdo con contratos de adhesión, lo cual generaba una verdadera bola de nieve. Un negocio que exhibía un crecimiento exponencial.

En Colombia, luego de seis años de operaciones, hay más de 300 mil personas afectadas. En Venezuela hay 300, "por una sola compañía que es DMG.

No hay ninguna actividad económica que te cuadruplique el dinero en un año", afirma Samán.

"Actuamos apenas nos enteramos por noticia críminis", afirma Samán, tras publicarse en el diario El Mundo un trabajo de investigación que firma la periodista Andrea Daza.

"Nosotros llamamos vía telefónica a la Superintendencia de Bancos, solicitamos información y no nos la dieron. Ellos tenían que actuar; fueron negligentes.

Al enviar a los fiscales, nos dijeron que ellos se estaban mudando. Nos encontramos con una empresa cuyo capital era de 400 mil bolívares fuertes, incluido capital en bienes e inmuebles. Yo creo que la Sudeban tenía que actuar porque DMG estaba actuando como una empresa que captaba dinero".

Indepabis intervino porque la ley lo facultad cuando se violan los derechos de los ahorristas en el caso de sustracción de tarjetas de ahorro, de débito o prepago, por ejemplo. "La ley nos facultad y tenemos competencia", afirma Samán, quien define a Indepabis como "una guerrilla de acción rápida que cree en esta revolución".






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