Peñalver, quien viajó a España en compañía de sus abogados Riner Biel Morales, Aiskel Biel Blanco y Erika Peñalver, ha desarrollado una intensa agenda de actividades, en procura de reivindicar su nombre y el de quienes junto con él fueron acusados de disparar contra la manifestación opositora en Caracas durante el golpe de estado en Venezuela en abril de 2002.
No obstante, fuentes parlamentarias con las que se entrevistó Peñalver admiten la dificultad de que las instituciones españolas reconozcan el error y reivindiquen a los defensores de Llaguno, por cuanto estaría en juego la credibilidad de la televisión española, así como del premio iberoamericano de periodismo que lleva el nombre del Rey de España.
“Simplemente, estamos exigiendo el derecho a réplica que establece la legislación española, pues la televisión de este país ha estado durante más de un año transmitiendo las famosas escenas de los disparos desde el puente Llaguno, acompañándolas de la acusación explícita de homicidio cuya falsedad ha sido demostrada ante la justicia venezolana”, acotaron sus abogadas, quienes le acompañaron durante el coloquio.
Los asistentes al evento, celebrado en el célebre local alternativo “Marx Madera” del centro de Madrid, tuvieron la posibilidad de llevar a cabo este intercambio con Peñalver inmediatamente después de la proyección del documental “La Revolución no será transmitida” de los productores irlandeses Kim Bartley y Donnacha O’Briein. Esta película, que ha originado una crisis institucional en España con la destitución de Nicolás Cinto, funcionario de la Agencia Española de Cooperación Iberomericana, tras las presiones de los opositores venezolanos por la exhibición del documental en la sede de la institución Casa de América, ha despertado un gran interés entre los madrileños, pese a haber sido proscrita por las autoridades españolas.
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