Hacia una ideologia re-evolucionaria

“El pensamiento guía la acción...la lucha es hoy en el pensamiento.”
(Ramiro Reynaga)

El conjunto de ideas que conforma el pensamiento se denomina ideología. Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: ideología es: “Doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas” y también como “conjunto de ideas que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad, época, de un movimiento cultural, o político, etc.”

El hecho que exista una doctrina que estudia el origen de las ideas, como indica la primera definición proporciona, claros indicios de la complejidad del tema.

El siguiente ejemplo puede tal vez ayudar a entender las definiciones: Hace algunos días un grupo de médicos propuso la despenalización del aborto en el caso de violación. Esta propuesta da lugar a diferentes reacciones. Por una parte están los médicos que defienden su propuesta. En contra se pronuncian los sacerdotes y algunos creyentes que profesan el catolicismo. Las informaciones no dieron a conocer la posición de las mujeres víctimas de violación. ¿Qué piensa usted?

La diversidad de opiniones en torno a un tema, tal como indica la segunda acepción: “conjunto de ideas que caracteriza el pensamiento de una persona,”… permite señalar que:

Existen muchas ideologías, todas creadas por el ser humano. (cristiana, musulmana, capitalista, humanista, socialista, ecologista)
Las diversas épocas que ha tenido la historia de la humanidad tienen diferentes ideologías. Es decir, las ideologías se construyen, funcionan y se trasmiten en un tiempo y situaciones geográficas determinadas.
No son algo estático o permanente, están en permanente construcción.
Sin embargo esta definición aunque es bastante amplia, no es suficiente para explicar por qué la ideología, el conjunto de ideas, tiene la capacidad de guiar la acción de los seres humanos.

Lo primero que se puede anotar es que las ideas tienen la capacidad de guiar la acción porque las ideas se crean en relación a algún aspecto de la vida de los seres humanos: hechos, personas, instituciones, el poder, la naturaleza, lo que existe, lo bueno o lo malo, lo que es posible o no posible, en resumen ante todo. Esas ideas contienen también el que las ideas contienen una orientación, reflejan la posición que adopta la persona o el grupo que detenta la idea o el conjunto de ideas al respecto. Es decir, la idea no es vacía, neutra, ni fija.

El papel que desempeñan las ideas al reflejar creencias o actitudes que orientan la acción, es determinar la posición que adopta una persona o una organización ante el mundo, los hechos o en su relación con los otros. La ideología traduce una perspectiva sobre las cosas, una visión del mundo, acontecimientos y comportamientos.

La importancia de esta construcción sociohistórica fue comprendida hace mucho. Esa importancia ha llevado a diversos movimientos religiosos o políticos a tratar de imponer sus propias ideas como verdades absolutas, a presentar su pensamiento como el único valido, concentrando su accionar en modelar las ideas sobre las cuales las personas se explican qué son, quiénes son y construyen el significado de su realidad, de sus deseos, sueños, anhelos y expectativas.

Cuando un grupo de un determinado modelo social se asienta en el poder, para conservarlo recurre a subrayar o destacar los aspectos o rasgos existentes de la realidad que refuerce los intereses propios del grupo dominante, negando los aspectos negativos u ocultándolos porque no le son favorables. En algunos casos, cuando el ocultamiento no es factible, se recurre a disfrazar esos aspectos negativos, buscando alguna explicación en la cual la causa sea específicamente culpa de quienes padecen el problema. De esa posición se deriva, por ejemplo, la explicación que los obreros trabajan dónde trabajan, viven dónde viven y cómo viven porque son “flojos y vividores” o “no tienen preparación.”

La dominación de un sector o clase sobre otro se produce de una manera más eficaz cuando se lleva a través de una hegemonía ideológica, por eso se trata de ir lográndola mediante la religión, la educación, los mensajes institucionales. La misión de la hegemonía ideológica es reproducir en el plano ideológico las condiciones de dominación y perpetuación de las relaciones sociales que se crean así como también las de producción y distribución.

En esa corriente se inscribe el sector de las grandes empresas trasnacionales y los socios menores con que cuentan en los países al tratar de imponer: la “globalización” como pensamiento único. En consecuencia que la globalización puede ser un proceso natural de intercambio e integración que se da en la actualidad. Otra cosa es presentarlo como el único camino posible bajo determinadas características para Venezuela, el continente y el mundo.

El hecho de que no existe un solo camino o ideología lo prueban las diferentes etapas que se observan a lo largo de la historia de Venezuela. En todas ellas han estado presentes muchas ideologías. Desde:

La que poseían y poseen los descendientes de los pueblos ancestrales que han habitado estas tierras, en la cual el ser humano se asume como parte de la naturaleza.
La que comenzó a imponerse con la llegada de Colón, que entre sus puntos principales señalaba que los indígenas no poseían alma y además le imponía trato de “niños” a los habitantes originarios que poblaban el continente.
La ideología que se formó después de producirse el proceso de emancipación de la Corona española.
La concepción ideológica que se creó como consecuencia de la explotación del petróleo en el país, por parte de las empresas extranjeras.
La ideología que surge después de la caída de Pérez Jiménez y la instalación de la democracia puntofijista.

El paso de una etapa a otra no borra totalmente las ideas, algunas de ellas quedan y se trasmiten de generación en generación. Otro punto importante de considerar es que junto a las ideologías que predominan también se encuentran las que propugnan posiciones opuestas, así como que cada ideología tiene objetivos propios que defiende determinados intereses.
Venezuela en re-evolución, etapa de cambios

El proceso de cambios que se adelanta en Venezuela en la actualidad está inspirado en el árbol de las tres raíces: la ideas de Simón Rodríguez, el Libertador Simón Bolívar y Ezequiel Zamora. Esas ideas no son nuevas, tienen casi doscientos años, siendo justas no se impusieron en la mayoría de los habitantes de este país porque fueron ocultadas por las oligarquías que gobernaron para proteger intereses foráneos.

Sin embargo, esas ideas, siendo aún vigentes constituyen sólo la base de la ideología revolucionaria bolivariana, la construcción de esta ideología está en proceso de construcción. Los pasos dados hasta aquí indican que la revolución bolivariana vive una etapa de transición porque se ha iniciado una etapa de profundización.

Desde la praxis social, del quehacer cotidiano de construcción que adelanta día a día, dada las condiciones y la situación que son propias, porque son producto de lo que había formado y las medidas aplicadas, queda en evidencia que las recetas importadas sobre qué hacer en determinadas circunstancias no son aplicables. En este caso lo valido es aplicar la enseñanza del gran Maestro Simón Rodríguez “O inventamos o erramos”.

Estas condiciones hacen ver que es necesario observar con mucho cuidado, de lo que tenemos, qué sirve y qué no sirve, para qué nos sirve. En esa tarea de discriminar será determinante la claridad que se posea sobre el país y pueblo que queremos ser. A partir de ese punto se comenzará a elaborar la ideología revolucionaria propia.

Ese eje orientador debe servir de guía en ese proceso de construcción. Necesario es realizar análisis comparativos entre los valores de la ideología impuesta por años y el tipo de hombre y sociedad que engendran esos valores. Así como tener conciencia de cuáles son los valores revolucionarios propios que nos encaminan a formar al ser humano capaz de defender sus derechos y cumplir con los deberes que se desprenden del goce de esos derechos, así como la sociedad capaz de garantizar el disfrute de todos los derechos a sus ciudadanos/as. Esos valores revolucionarios son contrahegemónicos porque buscan la superación de las condiciones existentes y están en constante evolución.

Un ejemplo de esa diferencia está en la concepción que la persona tenga respecto del bienestar:
La persona dominada por la idea capitalista pensará y trabajara sólo por su bienestar.
El verdadero revolucionario impregnado de las ideas bolivarianas pensará y trabajará por el bienestar de todos.

Para cumplir con ese objetivo revolucionario estratégico de construir al hombre nuevo, es necesario siempre tener presente que la ideología se manifiesta tanto en las ideas como en las prácticas de las personas, que la ideología no es un concepto que queda restringido al plano abstracto, que se piensa, se vive y se lucha todos los días de acuerdo a ella.



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