Juan Vives Suriá: El sacerdote de los pobres

Nota de Aporrea: Juan Vives Suria, nace en Barcelona (1924). De estudiante en el seminario, después de la Guerra Civil Española (1936-39), se inicia como guionista de Radio Barcelona y colaborador de El Correo Catalán con temas regionales. Vives fue un sacerdote que no sólo se percató de que hay pobres y les dio limosna, sino que se comprometió con ellos uniéndose a sus luchas.
En busca de nuevos horizontes se traslada a Venezuela (1949), donde recibe el sacerdocio y ejerce como cura de El Callao con especial dedicación a la cultura y al trabajo comunitario (1950-1957). Destinado al campo petrolero de Quiriquire (Estado Monagas), bajo la consigna el petróleo se acaba, la cultura permanece, incorpora a su misión a profesionales y trabajadores de la Creole en un plan de Cáritas parroquial para el bienestar de los campesinos, y funda el Festival de Aguinaldos de Oriente que perdura hasta la fecha. En 1964, es nombrado Director Nacional de Cáritas Venezolana y de la Comisión Católica de Migración. Desde Caracas, ante el éxodo rural, impulsa los proyectos de ayuda y desarrollo social hacia la provincia. Como Director de Cáritas organiza anualmente en el Hotel Tamanaco unas fiestas destinadas a recolectar fondos para ayudar a los pobres.

En su tarea de la Comisión Católica de Migraciones toma contacto con los exiliados de Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia y otros diez países. Se va compenetrando de la represión que se vive en esos países, la tortura, la cárcel, la muerte de sus familiares, el desarraigo, etc., que padecen los nuevos inmigrantes. Desde entonces se entrega por completo a la lucha por los DDHH, de los perseguidos y de todos los que sufren problemas de exclusión social. Comprometido con los padecimientos de los exiliados y movido por su ímpetu de trabajo, en 1978 promueve en las instalaciones de Cáritas la creación de el Programa Venezolano Pro Refugiado Latinoamericano (PROREFUGIADOS) para contribuir a solucionar los problemas de documentación, desarraigo y necesidad de trabajo de los exiliados llegados a Venezuela, quienes se van nucleando en torno al padre Vives. Entonces comienzan los problemas: están formando una columna internacional de guerrilleros, repetía un periodista en su columna… Y los citó la Inteligencia Militar-DIM… La situación se hizo conflictiva cuando llegaron los primeros familiares de los desaparecidos del Cono Sur en busca de apoyo... Se hicieron consultas para abrir un programa: no se metan, algo han hecho, son comunistas…

Buscando ayuda externa para su labor, promueve la creación de FUNDALATIN y acompaña a su comunidad ecuménica que trabaja por el “mundo posible”.

Vives fue un sacerdote que no sólo se percató de que hay pobres y les dio limosna, sino que se comprometió con ellos uniéndose a sus luchas; así marcó la diferencia entre dar limosna y trabajar por la PAZ y la JUSTICIA. En 1978, cuando la jerarquía eclesiástica comprendió que éramos muchos los comprometidos con nuestros pueblos, le pidió al Padre Vives que nos retirara de Cáritas, y luego lo retiraron a él, tanto de Caritas como de la Comisión Católica de Migraciones.

A efectos de promover a nivel continental la Federación de Familiares de los Desaparecidos (FEDEFAM), Vives organizó algunos congresos en Caracas.

Cuando asesinaron a Mns. Arnunfo Romero en San Salvador, viajó para asistir a su funeral. Al salir de la Catedral los feligreses fueron ametrallados. Mientras estaba dándole la extremaución y la comunión a un moribundo, un periodista lo fotografió: ésa, su foto, recorrió el planeta.

A raíz del golpe del 11/Abril/2002, ofreció su colaboración a la Fiscalía General de la República. El padre Vives actuó como Delegado Especial del Fiscal junto a una Comisión Técnica para el seguimiento de las investigaciones que permitieron determinar el lugar, el tipo de arma y las preferencias políticas de quienes fueron asesinados ese día.

La comunidad ecuménica de Fundalatin, inspirada en la Teología de la Liberación, trabaja desde el inicio de su gestión por la justicia y la paz, que promueve a través de publicaciones, foros, talleres, encuentros, y videos. La Deuda Eterna, Despierta América, Petróleo y Cambio… son tres de sus más conocidas realizaciones. En ellas siempre destaca que, ante todo, es necesario tener en cuenta al ser humano. Su última producción, editada por FUNDALATIN, fue presentada hace unas semanas con el título "Otro Mundo (Del Terrorismo a la Paz )”, y en ella presenta una revisión histórica enmarcada en la perspectiva de la Teología de la Liberación.

El 15.09.87 la ONU otorgó a FUNDALATIN, en la persona del Padre Vives, el Premio Mensajero de la Paz

Los argentinos que tuvimos el privilegio de conocerlo y recibir su ayuda para superar nuestros problemas de desarraigo, quienes colaboramos con él en la creación de Prorefugiados y FUNDALATIN, le rendimos un homenaje en vida entregándole una placa, el 10 de junio último, que dice: “Querido compañero JUAN VIVES SURIA, PREMIO NOBEL DE LA PAZ, MORALMENTE, elegido por las personas, por la gente que lucha y Vive en América Latina, soportando las Injusticias y Soñando con un Mundo Justo-.En nombre de todos nuestros DESAPARECIDOS, MUERTOS, EXILIADOS y VICTIMAS de las Sistemáticas Violaciones De los DD HH en ARGENTINA y América Latina.

Hay hombres que luchan y son necesarios, los que luchan siempre SON IMPRESCINDIBLES

VIVES EN EL CORAZON DE NUESTROS PUEBLOS”

VIVES vivió no para dar misas ecuménicas, SINO PARA LUCHAR POR LA PAZ y LA JUSTICIA, contra la Violación de los Derechos Humanos.

Falleció el 26 último, después de meses de internación a consecuencia de un cáncer. Su funeral se llevó a cabo en la Parroquia Universitaria. Sus amigos creen que las autoridades eclesiásticas no habrían permitido que este acto se realizara en otro lugar ligado a la Iglesia pues la curia nunca le perdonó su compromiso con los menos favorecidos. No se le permitía dar misas, salvo en lugares recónditos. La Iglesia no publicó siquiera una nota de duelo oficial, y ningún funcionario eclesiástico asistió a su funeral; no le enviaron ni una corona. Como que el gesto confirma que a esta clase de curas, que tanto quiere el Pueblo, la Iglesia no los quiere ni muertos.

(Fuente: Despertar Universitario, semanario del Frente Bolivariano Universitario de la ULA)


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Mario Peralta / José Luna


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