Clases de ondas sísmicas

La Tierra y las placas tectónicas

Un movimiento sísmico es en esencia una sacudida brusca , un movimiento vibratorio de la corteza terrestre, de corta duración y notable intensidad, que se propaga mediante ondas concéntricas desde un punto del interior de la litosfera, donde ha debido producirse una ruptura del equilibrio entre las masas corticales allí existentes.

El punto o región donde se ha producido el foco sísmico recibe el nombre de hipocentro, y el punto de la superficie terrestre primeramente afectado por el movimiento sísmico es el epicentro, que se sitúa en la vertical del hipocentro.


TIPOS DE ONDAS

El desplazamiento brusco de las rocas a los lados origina un fuerte choque, que se transmite por las rocas de la corteza terrestre en forma de ondas concéntricas a partir del foco sísmico. Los frentes de onda no son perfectamente esféricos porque la velocidad de propagación del movimiento vibratorio no es el mismo en todas direcciones, y se ha comprobado que aumenta con la profundidad. Se producen dos clases de ondas: longitudinales y transversales.

En las ondas longitudinales, las partículas materiales vibran desplazándose en la misma dirección, según la cual se propaga el movimiento ondulatorio. Las ondas longitudinales son análogas a las que se producen en una explosión subterránea, como las últimamente provocadas con cargas nucleares, con fines de investigación científica, y son principalmente las causantes de los ruidos subterráneos que acompañan a los terremotos.

En las ondas transversales las partículas vibran perpendicularmente a la dirección de propagación, como las que se propagan en una cuerda tensa al separarla de de su posición inicial: cada partícula se mueve perpendicularmente a la cuerda, mientras el movimiento vibratorio se desplaza a lo largo de ella, de un extremo a otro.

Además, en las superficies de discontinuidad de la corteza terrestre, en la superficie de la Tierra, en el fondo del mar, en el contacto entre dos formaciones geológicas con diferencias mecánicas claras, se origina otro tercer tipo de ondas sísmicas, llamadas superficiales, que se propagan precisamente por la superficie de discontinuidad, como las ondas concéntricas que se forman en la superficie de un lago cuando se deja caer una piedra.

EL REGISTRO DE LAS ONDAS SÍSMICAS

Es muy importante la determinación de las circunstancias en que se producen los movimientos sísmicos; la hora exacta, la dirección del movimiento, si intensidad, etc. La hora en que se producen un terremoto se suele conocer por quedar parados los relojes de péndulo. La intensidad se suele medir, aproximadamente, por sus efectos, de acuerdo con la de Mercalli. Para conocer la dirección se puede recurrir a una simple varilla metálica colocada vertical en equilibrio inestable, que al producirse el terremoto cae en la dirección en que recibe la primera sacudida.

Sin embargo, el registro más detallado de los movimientos sísmicos requiere el empleo de aparatos especiales que permitan medir intensidades relativas en distintas direcciones, velocidades de propagación de las ondas sísmicas, la distancia del epicentro, etc.

Sismógrafos: el registro gráfico de los movimientos sísmicos se realiza mediante péndulos de una masa considerable, con suspensión adecuada, para que permanezcan inmóviles (por inercia), mientras el suelo vibra a impulsos del terremoto.

Los sismógrafos tienen distinta disposición, según se trate de estudiar los componentes verticales u horizontales del movimiento sísmico, pudiendo desplazarse libremente en un plano determinado.

Los sismógrafos del péndulo vertical se para registrar los componentes horizontales del movimiento sísmicos. Los sismógrafos de péndulo horizontal se utilizan también para registrar los componentes horizontales del movimiento sísmico.

Finalmente, agregamos que el fenómeno sísmico es ante todo de carácter mecánico, originando fuertes sacudidas, acompañadas de ruidos subterráneos, parecidos a “truenos” profundos, que no son sino una forma particular de manifestarse el fenómeno vibratorio en frecuencias audibles. Las vibraciones que llegan a la superficie terrestre tienen componentes horizontales y verticales, lo cual explica la complejidad de los fenómenos a que dan origen. Desde el punto de vista geológico, el movimiento sísmico suele provocar la aparición de grietas profundas en el terreno, debidas a fuerzas de distensión originadas por los componentes horizontales, y con frecuencia se producen fracturas y fallas, con sensibles desplazamientos en horizontal o en vertical.


m.linares.benitez9@gmail.com



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