La presencia africana en Venezuela así como en el resto de América y el Caribe, cada vez toma vigencia inobjetable y acercamiento profundo entre ambos pueblos y continentes con un tronco ancestral común separado por siglos de colonialismo. Desmontar el andamiaje de ignorancia, negación, muchas veces cargada de opiniones infundadas que rayan en la estupidez y desprecio hacia nuestra correlación civilizatoria horizontal, es una tarea que nos hemos propuesto desde hace casi mas de dos décadas. Hoy no es casual que el gobierno bolivariano, liderizado por el presidente afrodescendiente Hugo Chávez, como algunas veces se autocalifica, voltee su mirada hacia Africa, como ya lo hizo Cuba en la década de los años sesenta cuando fueron enviadas las primeras misiones de solidaridad hacia Argelia y después el Che Guevara en el Congo hasta llegar al “huracán afrolatinoametricano”, como lo llamó Fidel cuando envió casi medio millón de cubanos atravesando el Atlántico para lograr la liberación de Angola, Namibia, Zimbawe y lograr la libertad de Mandela y aplastar el régimen del apartheid en Sudáfrica después de la famosa batalla conocida como Kuito Cuanavale.
Africa hoy cobra vigencia con Brasil, el país que tiene en su espacio mas de ochenta millones de afrodescendientes y que cuando el presidente Lula estuvo en Ghana, hace un año lloró por la tragedia de la trata negrera y montó un basto programa de cooperación con los sectores menos favorecidos de ese continente.
Larga trayectoria histórica
Para que estos presidentes de las Américas y el Caribe hoy tenga a
África bajo una óptica política en las perspectivas de establecer un
mundo multipolar, pese a los embates del colonialismo, es simple y
llanamente porque hay una historia que intelectuales, investigadores y
movimientos sociales han colocado para el conocimiento de ambos
continentes. No es por casualidad esa sensibilidad que ellos sienten
por Africa. No fue porque Lula, Chávez o Fidel se levantaron un día y
vieron un programa de televisión sobre Africa y tomaron conciencia de
los elementos historciamente comunes. Fue precisamente por esa lucha de
reivindicar las contribuciones África al proceso sociohistórico y
cultural de las Américas, más alla del reduccionismo “folclórico”.
Fueron los cinco congresos panafricanos realizados desde la primera
década del siglo pasado de donde surgieron idean libertarias entre
líderes de ambos continentes. También son inolvidables los encuentros
de artistas, intelectuales y escritores africanos y afrodescendientes
de ambas orillas del océano Atlántico, sin dejar de mencionar la
Conferencia Afroasiática de Bandung, en la década de los cincuenta del
siglo pasado.
Es bueno recordar, como antecedentes de todo esto, la historia de
millones de seres humanos secuestrados por mas de cuatro siglo y
arrojados como animales en los sistemas carcelarios llamado
plantaciones de caña de azúcar, minas de oro, haciendas de cacao,
tuvieron el coraje de romper las cadenas de la esclavitud, el bozal, el
cepo y lanzarse a la recuperación de su ética como sucedió con la
rebelión haitiana el 23 de agosto de 1791, esa gesta acabó con la trata
negrera, el sistema esclavista y el sistema colonial, creando el primer
Estado-Nación libre del planeta construido por africanos y sus
descendientes, nos referimos a Haití. Fueron aportes morales y
políticos que estuvieron presentes en las guerras de independencia de
las Américas.
Conexión cultural y espiritual
Pero también la cultura fue un arma estratégica así como la
espiritualidad. Ella no pudo ser borrada, se preservó, no por sí sola
sino que a través de un extraordinario proceso de cimarronaje cultural
se recreó e innovó, de ahí que lo géneros mas bailables en las Américas
y el Caribe sean de origen africano, desde el guaguanco a la timba, del
calypso al soca, de la samba al bossanova, del mento al reggae, del son
a la salsa, de la gaita de tambora a la tamborera, de la laguia al
zouk, por solo mencionar algunos de los grandes géneros gozado por
millones de personas. Y los mas importante es que eso géneros también
se interconectaron y regresaron a Africa para combinarse con los ritmos
como el Mbalax de Senegal, el soukus de Congo, la Semba y Kizomba de
Angola, entre otros. La espiritualidad africana burló las paredes de la
Santa inquisición, hoy el ilde de Orula reina en las muñecas de
millones de habitantes de muchas ciudades desde Miami a La Habana,
desde Caracas a Maracaibo. Los Orishas yoruba, los Nkisis del Kongo,
los Mokongo machevere abakua, los Loas del Vudu, la presencia de la
Umbanda, Kimbanda y Candomble hacia el cono sur del continente reinan
con simpatía demostrando que la africanía esta vivita y coleando en
miles de almas de este continente.
II Cumbre Africa-Surámerica es más que eso
Ya es conocido por todos que Venezuela será la sede de la II Cumbre
Africa Suramérica, conocida como ASA, agrupara a las mayorías de los
países de ambos continentes para discutir estrategias de acercamientos
en el contexto que el ex presidente de Tanzania llamó relación Sur-Sur.
Comisiones de alto nivel técnico, ministros y presidentes desarrollaran
una agenda pendiente de la primera cumbre realizada en el año 2006 en
la ciudad de Abuya, Nigeria y que se retomaría en varios aspectos como:
Tecnología, comunicación, energía, lucha contra el narcotráfico,
desarrollo rural, seguridad alimentaria, cultura, educación, entre
otros. Durante dos años se han establecido grupos de trabajos de
diferentes países para concretar acuerdos y arrancar de una ves con
esta aspiraciones que desde Venezuela se vienen impulsando con al
apertura de embajadas en casi todos los países de Africa y la firma de
mas de un centenar de convenios. Pero mas allá de ello la integración
de los pueblos como demostramos en líneas anteriores viene andando,
cansada de siglos, entre el flujo y reflujo, lleno de dolor y
esperanza del amplio océano Atlántico.