Pildoritas 179 (año 02)

MARIO EN LA HOJILLA: UNA GRAN VERDAD

“Que aquí marchan los estudiantes de Venezuela”, que “somos la asociación de mujeres de Venezuela”,” la Sociedad Civil venezolana”, ya está bueno que un grupo minoritario, cuestión demostrada más de una docena de veces, esté abrogándose la representación de colectivos sin que nadie los haya autorizado, sin que nadie los haya elegido, por ello mucha razón tuvo Mario Silva al meterle el dedo en el ojo, a un grupúsculo de escuálidas, de esas que gritan que hay que meterle un tiro a Chávez, de esas que gritan “con mis hijos no se metan”,de esas que escupen a funcionarios de la GN y la PM, de esas que le lanzan el contenido de un paquete de arroz a la cara al actual Ministro Samán, o montan un show con simulado streper, menos mal porque ¿quién se cala un espectáculo en el que la celulitis es la protagonista?.

Mario en la hojilla, que les dolió tanto a quienes no son otra cosa que producto de la obra demoníaca de de los medios disociadores, enloquecedores, a la cabeza de los cuales está el canal del terror, metió el dedo en la llaga, como dijo en el programa del martes el valiente Padre Rojas, lo que hizo Mario Silva fue emitir una gran verdad, hablar por nosotros, interpretarnos de manera bien clara: las mujeres venezolanas son muchas, más de la mitad de la población y no pueden venir cuatro gatas rabiosas, a querer representar el sentir de millones y menos en una actitud de odio, de desesperación, de rabia, de venganza y gritando mentiras, porque esas no son características de nuestras mujeres que en su gran mayoría, por suerte, han resistido el bombardeo mediático en una demostración de fortaleza moral, cuestión ésta que le hace mucha falta a quienes tienen el tupé de hablar a nombre de todas las féminas de este país. Razón tuvo Mario entonces al decir que su madre no hubiese estado allí, tampoco la mía, ni todas la mujeres que caben en mi árbol genealógico y en mi círculo de amistades y miren que somos muchos los hombres de esta Revolución que tenemos a nuestro lado, o estamos vinculados con millones de mujeres, a quienes por la actitud de cuatro locas no pueden desvirtuársele su condición de seres especiales que por serlo, esas que echan babaza por su boca, son una simple excepción.

Igual vale para aquellos del mismo lado que dicen representar a gremios, a sectores, caso emblemático: el bien llamando “Colegio Nacional de Palangristas” que siempre habla por los periodistas de Venezuela cuando son solo un grupo de marionetas de los medios que cual zanahoria a conejo les mantienen secuestrada su dignidad con un bozal de arepa.



QUE DIOS PERDONE A QUIENES LO CULPAN DEL RAYO EN LA IMAGEN DE LA CHINITA

Es que más brutos no pueden ser, es lo que se desprende de la interpretación que dos malos hijos del Zulia, el “matacuras” a quien ni para qué describo, todo el mundo sabe de sus dotes de veleta de los dueños de su voluntad y el acérrimo taurino, vaso de Güisqui 18 años en mano y asiduo visitante de las barras, muy cerca de los virtuosos del coctel, denunciado por su rostro casi púrpura que denota buena dósis, casi sobredosis, que no resiste un alcoholímetro a cuadras de él; pues bien estos dos sujetos se atrevieron a relacionar el lamentable accidente de la Chinita, igual que lo hacen varios desprestigiados ensotanados de la cúpula de la Iglesia, con asuntos terrenales como las confrontaciones políticas, muy normales aquí y en Cafarnaún.

Esa clase de gente definitivamente ya tocó fondo, más bajo no pueden caer y con toda seguridad, si es verdad que San Pedro hace la lista de quien van para el cielo, purgatorio o infierno, ya los debe tener en la lista de los destinados a las pailas de mayor temperatura del averno, pues gente como ésta y más si son curas no se merece el perdón de Dios.

Es una lástima y vergüenza para quienes militamos en la iglesia católica, que existan personajes tan inescrupulosos, que se atrevan a colocar casi en boca del mismísimo Dios, que mandó un rayo contra la imagen de la virgen, en señal de desagrado por lo que está pasando aquí, dentro de una confrontación apenas normal, como si Dios quisiera pagar con su madre, representada en la venerada imagen, y si así fuese, ese, simplemente no seria el Dios justo en el que todos los cristiano creemos.

De broma no dijeron que la mano que el Papa de fracturó en su reciente caída también fue un mensaje de Dios en Italia, por los desafueros del Primer Ministro Berlusconi o de repente más bien diría yo para Venezuela ( y bien equivocado que estaría) por la constante traición a principios y votos sacerdotales a que nos tienen acostumbrados algunos prelados de nuestra Iglesia católica. Qué desencanto tener esta clase de seres, imbuidos, unos de poder mediático y otros de poder religioso muy mal administrados por cierto. ¡Que Dios los perdone!

yuviliz40@hotmail.com





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Saúl Molina Z.


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