Hacia una Concepción del Deporte Liberador, Socialista y Humanista

“Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria de otros, nuestra riqueza generó siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros: los imperios y sus agentes nativos. En la alquimia colonial y neo colonial, el oro se convierte en chatarra y los alimentos en veneno. Potosí, Zacatecas y Outro Preto cayeron de la cima de los esplendores de los metales preciosos en el fondo del orificio de los vacíos depósitos, y la ruina fue destino de la pampa chilena del salitre y de la selva amazónica”

Eduardo Galeano


El deporte, como practica social es un sistema complejo que se relaciona íntimamente con todos los aspectos e instituciones del entramado social, no se puede considerar en plenitud el hecho deportivo sin estudiar su contexto, sus relaciones e implicaciones, igualmente, un cambio social ha de reflejarse en instituciones como el deporte, debido a que su aceptación en las masas y su empleo como aparato ideológico ha sido efectivamente empleado en tiempos anteriores.

La actividad deportiva venezolana sufre influencia de su herencia individualista, capitalista y (en ocasiones) inhumana, creada a partir de un modelo en el que el deportista es una pieza de la maquinaria, los ciudadanos son consumidores forzados de la industria deportiva, el Estado es un protector de los beneficios de las élites y los grandes capitales campean a sus anchas corrompiendo conciencias, pervirtiendo el espíritu deportivo, propiciando la competencia desleal y explotando hasta la última gota de la savia del deporte.

Los cambios impulsados en nuestro tiempo hacia la construcción de una patria socialista y altamente humanista tienen necesariamente que incidir sobre el deporte, no sólo como un acomodo coyuntural o “pañito de agua caliente” sino como parte de una transformación estructural profunda. Se trata de aplicar principios socialistas para el logro de un nuevo deporte.

El nuevo paradigma deportivo ha de construirse considerando los aspectos: a)educativo: afianzando valores para el desarrollo de la lealtad, cooperación, disciplina, honestidad, respeto, compromiso social y conciencia histórica; b)sanitario: orientando hacia la salud pública y la instauración de hábitos saludables que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos; c)social: emprendiendo y explorando formas de organización e integración de las comunidades y regiones; d)cultura: rescatando lo que es propio de las tradiciones, la idiosincrasia y la identidad de los pueblos; y e)recreativo: tomando siempre que el sentido lúdico ha de estar presente en la formación física del nuevo hombre y la nueva mujer.

Basándose en las premisas anteriores, se pueden formular algunas áreas concretas de acción para la elaboración y puesta en práctica de un nuevo modelo para el deporte, tales como:

1) Una revisión del marco legal del deporte y su ajuste a los principios ya expuestos

2) Creación de políticas públicas de recuperación y creación de espacios de esparcimiento, entrenamiento y formación deportiva con interés social.

3) Ajuste de las estructuras burocráticas para orientarle hacia el desarrollo del ser humano (como eje y sentido último de su existencia) más que al mantenimiento de las estructuras por sí mismas (que sin los ciudadanos se vuelven cascaras vacías en larga y estorbosa agonía).

4) Promoción de investigaciones en ciencias del deporte en todos los niveles y aspectos del fenómeno, manteniendo como centro de atención el beneficio de las personas y el logro de sus más elevadas aspiraciones.

5) Ejecutar una masificación con altos criterios de calidad que facilite el acceso a la práctica de deportes y sirva para detectar las potencialidades de las personas, con miras a su estímulo e impulso hacia la alta competencia, para esto se requiere del fortalecimiento de los Comités Deportivos, sistema de financiamiento y espacios e implementos deportivos adecuados.

6) Ampliar el sentido de eje transversal de la Educación Física y la formación deportiva a todos los niveles de la vida, acompañando esto con la ampliación de la oferta académica y las instituciones educativas.

7) Desarrollar políticas sociales de apoyo a los deportistas y profesionales relacionados con el deporte, llevando los objetivos de estas políticas más allá de la satisfacción de las necesidades materiales.

8) Revolucionar las estructuras federativas para desplazar el centro de poder de las dirigencias y élites hacia la colectividad con conciencia de su realidad histórica, social y política.

9) Aprovechar el impacto público y la difusión del deporte para colocar de manera progresiva los elementos necesarios para la construcción real de un nuevo mundo, más humano, más solidario y con la mayor justicia social.
Mucho queda por decir y hacer en esta lucha contra el Imperio, sin embargo la liberación de nuestra patria, la conquista de su libertad e independencia del capitalismo, abre un abanico de posibilidades para lograr la participación protagónica del soberano en el desarrollo de programas que consagren los derechos de los ciudadanos a lograr el más completo desarrollo integral a través de deporte, insertado por supuesto en los cinco motores constituyentes. Es por ello que la concepción revolucionaria del desarrollo deportivo deberá estar apoyada en la primicia de la masividad, así como en los valores éticos y morales de sus dirigentes, entrenadores y deportistas Esto respondería a los principios del socialismo; con una ideología respaldada y apoyada con la participación del pueblo en la defensa de sus conquistas, con un deporte como parte de la vida y de la lucha, del hacer y el crecer, del ser y el sentir.


Dr. Pedro García Avendaño

Rector de la Universidad Iberoamericana del Deporte


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Pedro García Avendaño


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