¡Qué pena de oligarquía contemporánea!



Según Enrique Mendoza la sociedad venezolana corre peligro de implosión. El sistema democrático verdadero es mucho más que unas cuantas formalidades sociales y políticas, es –sobre todo- un estilo de vida caracterizado por la tolerancia, la compresión y la libertad. Yo hago enormes esfuerzos, como un atleta que se prepara para una carrera de fondo, por vivir en presencia de estos valores. Ahora, lo que no es en modo alguno democrático, es obligarse a llamar profundo a Ledezma, bonita Martha Colomine, medio de comunicación a Golpevisión “24 horas Conspiración”, o evitar que no le saque a uno la piedra el rebuzno altisonante y vulgar de Leopoldo Castillo.


Por historiador y por viejo, o viceversa, yo respeto mucho la capacidad de maniobra de las burguesías y oligarquías, la historia es una película de la mejor calidad, -por más que hábilmente hayan transmitido el somnífero amnésico con el cual le han entregado la historia a nuestro pueblo- ahora halagando, después comprando, más tarde envileciendo, han logrado que todos los hombres encarnaciones de esperanza, hayan terminado sirviéndoles o muertos.


Como siempre, -ahí está el detalle- apelando a las denominaciones y propuestas titulares más santas del mundo. Explotar al pobre sin misericordia, apoyados en el Evangelio; robar todas las conquistas alcanzadas de las manos de su sacrificio en la persona del mágico adelantado, (decretos y resoluciones sobre la esclavitud o la tenencia de la tierra, absolutamente desconocidos por estos hermosos bolivarianos de ramos de flores y culto de bronce, tan pronto eliminaron al solemne majadero y a su fiel Abel). O explotar la vanidad del Catire Páez, la vena libidinosa de Cipriano Castro, o el culto por Baco del gran Isaías Medina ¡Qué hábiles y sagaces son! .Lastima que el talento sin probidad es un azote, y que bueno sería para los pueblos que fueran más brutos.


Ahora bien, a estas alturas del juego estoy desconcertado, Brito Figueroa -que esté en algún territorio libre de oligarquías del cielo-, se nos fue con similar desconcierto. ¿Ha perdido toda habilidad la godarria?, ¡por favor que alguien me ayude!, ¿de donde carajo han sacado este pollino, inculto, bodoque, necio, memo, alcornoque, soso y mentecato llamado Enrique Mendoza?, ¿tan mal están?. No se, pero con el perdón de sus antepasados quienes sean, los acompaño en su sentimiento, es más, juego fuertes a locha a que esa vaina con aspecto ligeramente humano debe ser extraterrestre.


Sr. Mendoza, ¿quién le ha dicho a Ud., pobre y vulgar golpista de galería, jalador de bolas histórico del anciano Caldera, que puede ser el curador de la Democracia de este pueblo?, ¿Ud., se desayuna fumando limpias?. Tengo treinta años de haber intentado saber algo de sociología, pero sus conocimientos son de vértigo, ¿Qué entiende Ud., como implosión social? Créame que habiéndolo comentado con algunos de ellos, esperan por su aclaratoria divina unos cuantos de los más conspicuos profesores de sociología del planeta.


Permítame un consejo, no rebuzne más por el bien de todos. He agotado la batería de jabones que tengo pero no he podido impedir que nos tenga Ud., totalmente cubiertos de caca. Al menos háganos un favor, por el amor de Dios, no prenda el ventilador de los golpimedios porque lo salpica todo. No se ve Ud., nada bien en cámara. No encuentra Ud., como coordinar dos palabras seguidas, con lo cual está ofendiendo a algunos antecesores en su cargo de gobernador, que hilaban hasta tres.


Por último, al profesor Aristóbulo Isturiz: por favor, obligue a poner un nota a pie de pantalla cada vez que este pollino y su combo rebuznen, algo así como: SE HA DEMOSTRADO QUE QUEDARSE OYENDO ESTULTICIA ES MALO PARA LA SALUD. Es más, o Aristóbulo lo hace o empiezo a trabajar duro para reunir los dineros y solicitar un amparo ante la Corte Celestial si es necesario. Jesús, Padre y amigo bueno, ¡Perdónalos que no saben lo que dicen!


Por favor, les ruego disculpen estos desahogos emocionales, pero el corazón tiene razones que la razón no entiende.




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Martín Guedez


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