La enmienda y la libertad del pueblo

Los adversarios de la Enmienda Constitucional han alegado en los medios y fuera de ellos, aparte de lo peor, que es meter de contrabando la idea de que se va a votar por elegir a Chávez de manera ilimitada en el poder, alegan también que si la Enmienda ganara el referéndum, las consecuencias serían las siguientes: (a) el Presidente o cualquiera ya en un cargo de elección popular se eterniza en el cargo; (b) se acaba la alternabilidad ; (c) se comete ilegalidad constitucional, porque ya el pueblo ya dijo NO en la propuesta de Reforma Constitucional (2007). Por lo tanto, la consigna de oposición es NO es NO, que resume todas sus razones.

Por supuesto, a nivel consciente todo esto son triquitraquis de guerra sucia electoral, que sirven para enredar a los electores, alterando la sustancia de la Enmienda. Pero a nivel de lógica estricta, un razonamiento con conclusión falsa tiene que tener al menos una premisa falsa. Exploremos las premisas ocultas y falsas de las conclusiones falsas en cada una de las “razones” fabricadas por la oposición.  

  • Eternidad en el cargo. Pensemos así: Si (a) fuese verdadera, se debe a que todo el que ejerza de primera vez un cargo por elección se eterniza en el cargo. Y por supuesto, en el caso Chávez, admiten implícitamente que es imposible ganarle una elección a Chávez. Razonan falazmente, porque la realidad demuestra, que algunos gobernadores y alcaldes que ya ejercieron los cargos, perdieron sus elecciones y fueron sustituidos por adversarios de la oposición y viceversa.
 
  • Se elimina la alternabilidad política. Se regocijan los “pensadores” de oposición con esta burda manipulación del significado de alternabilidad, para impresionar a los desprevenidos. Sin duda es otro paso en falso, ya que la alternabilidad consiste en poder elegir entre A o B, no elegir entre ahora es A y después tiene que ser B. Esto no es alternabilidad, sino guión acordado como en la IV República. La alternabilidad es presentar alternativas para elegir, y si no hay alternativas, no existe elección, como diría Aristóteles.

    Yo puedo elegir entre varios, pero no es democrático alternar las alternativas mismas en el ejercicio del poder, o sea, ahora A, después B, después A. Tonto a más no poder por antidemocrático lo que predican estos líderes de la oposición. Como recalcó Roy Chaderton, “en Venezuela gana el que saca más votos” –a diferencia de USA– y ésa es la única manera legal de ser Presidente.  Por lo tanto, la Enmienda amplía las alternativas de elegir, porque podría incluir entre las alternativas a quien esté finalizando su período.  

  • Inconstitucional. Ya el Tribunal Superior de Justicia se pronunció sobre este asunto, y por lo tanto, se acata. Igual que cuando el Gobierno tuvo que acatar decisiones adversas en el TSJ. Aunque es fácil razonar que si en la Reforma se pretendía cambiar un paquete de 69 artículos, los cuales se dividieron en dos bloques, aquí sólo en cuatro la condición de postularse a cargos. En la Reforma se proponía aumentar el período presidencial pero en la Enmienda no. Allí no votamos por un sólo artículo referido al Presidente, sino por un bloque grande de artículos. Por lo tanto, la Enmienda es otra cosa.
 
  • El más curioso “argumento”, que resume todo lo que no se argumenta, es No es No. Hay que tomarlo como una inyección de anestesia que paraliza el cerebro. Ni siquiera uno podrá imaginarse algo sobre lo que se va a votar. Las fórmulas “No es No” y “Sí es Sí”, además de ser majaderías infantiles, son tautologías de la lógica, es decir, no arrojan absolutamente ningún conocimiento.
Por otro lado, en ninguna constitución del mundo existen dos oportunidades para sacar a un Presidente, gobernador, alcalde o diputado de su cargo. Pero en la nuestra sí: o por un referéndum revocatorio a mitad del período o por una elección al final de la gestión. Por eso la mentira de llamar a la Enmienda “reelección indefinida” ha sido desmontada (excepto para la inevitable imbecilidad humana), porque en Venezuela resulta más difícil mantenerse en el cargo que en ningún otro país. Hay que cumplir bien para repetir

En tal sentido, interpretamos la posibilidad de la “postulación sin límite” como algo progresista y estimulante, ya que obliga al político a tener que esmerarse en hacer una buena gestión. Y puesto que hay dos maneras de sacar a alguien del cargo, también debe haber alguna manera de premiar la buena gestión. Esta Enmienda venezolana causa revuelo en el mundo, porque estimula en otros países con limitaciones electorales a revisar la norma.

Pues suele ocurrir que quienes no se pueden postular para otro período descuidarán su gestión, y posiblemente sólo pensarán en robar y permitir robar a los suyos, o en preparar el salto a otro cargo desde el mismo cargo. En la IV República sabíamos que los gobiernos gobernaban solamente en el segundo y tercer año; el resto era para robar y hacer campañas electorales para su partido, con obras de pésima calidad, a corto plazo, típico de una visión mediocre y transitoria de su paso por el Estado. Pero aprobándose la Enmienda, un Presidente o Gobernador u otro podrá emprender políticas a largo plazo, cuya consecución o éxito exige como condición previa una buena gestión en cada período para terminar la obra.

Sabemos que en Europa la postulación continua es lo común. ¿De dónde viene entonces la limitación de los períodos presidenciales? De USA. Después de la muerte de Franklin D. Roosevelt, quien fue un Presidente estrella durante tres períodos falleciendo a inicios de su cuarto período, el Congreso de USA en 1951 aprobó la norma de limitar la Presidencia a dos períodos, mientras se mantenía libre la postulación para todos los otros cargos, con algunas excepciones dependiendo de la legislación de cada estado. Un Presidente como Roosevelt era muy popular, y el pueblo lo reelegía una y otra vez, porque desarrollaba políticas para el pueblo. Era obvio que esto atentaba contra los poderosos, porque un Presidente que goza del fervor popular es un peligro revolucionario, especialmente, si permanece varios períodos en el poder. Los factores de poder en la sociedad prefieren un gerente en vez de un líder. El liderazgo es malo para el sistema capitalista. El político gerente o administrador de los bienes de la clase dominante es preferible a toda costa.

La Enmienda es precisamente en todas las constituciones un principio avanzado para corregir las contradicciones posibles o los huecos el texto constitucional. Negar el uso de ella es tan conservador o retrógrado que impide el avance político y social, convirtiendo el texto constitucional en un cuerpo de dogmas de fe, sin ninguna posibilidad de revisión o perfeccionamiento. Y ahora Venezuela marca la pauta.


johanonegrete@cantv.net


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