Hoy, cuando se esfuman todas las “posibilidades” que en el pasado ofrecían los apologistas del capitalismo, desde la meca imperial, para engañar a los pueblos con falsas promesas y ofertas de desarrollo; cuando el imperialismo no puede ocultar su fracaso y termina por mostrarnos la inviabilidad del sistema que siguen proponiéndonos como “única alternativa de la humanidad”. Cuando el “sueño americano” se hace pesadilla y la imagen del “héroe americano” se nos muestra sin caretas dejándonos ver su perverso rostro. Cuando se derrumban los dogmas de Adam Smith, banderas del neoliberalismo, y resulta que “no es cierto que la suma de los intereses individuales tenga como resultado la satisfacción de los intereses generales, sino que por el contrario engendra una jungla donde se enfrentan los particulares en competencia, impidiendo la construcción de una verdadera comunidad” (Garaudy, 1999). La locura hace su show. Ahora Chávez es el culpable de sus continuos fracasos. Para la burguesía, quienes han perdido muchos, o temen perderlo todo, la violencia se encuentra a la orden del día. Se asemejan a una fiera que, en su lecho de muerte y moribunda lanza sus últimos zarpazos.
En una entrevista realizada por un diario de la ultraderecha “venezolana”, El Nacional, a un furibundo opositor, lacayo, productor de telenovelas, Ibsen Martínez, de fecha 08-02-2009, nos muestra los planes que la reacción ya les tienen preparado al pueblo venezolano si, en el supuesto negado, el Comandante Chávez y la revolución perdiesen la Enmienda. En esa misma entrevista, Martínez expresa con mucha frescura que “En diez años Chávez no ha logrado infundir miedo”. Y a la incisiva del periodista quien le pregunta: -Ajá. ¿Por qué? Nuestro aludido entrevistado responde: “Porque no está dispuesto a hacer lo que hay que hacer para infundir miedo: matar. De resultas, es un pataruco.”
El miedo es el factor que históricamente ha querido la burguesía infundir en el pueblo para mantenerse su poder de clase. Ante la posibilidad de que esta retome el poder, y por el conocimiento de lo impopular que serían de aplicar sus políticas económicas privatizadoras, desreguladoras y confiscadoras de las conquistas sociales de la revolución, ellos, por medio de Martínez, hoy nos dicen que sí están dispuesto en “hacer lo que hay que hacer lo que Chávez no hace para infundir miedo en el pueblo: matar”. Según ellos, este ha sido el mayor “error” del gobierno.
¡A confesión de partes, relevo de pruebas!
“Un buen indio es un indio muerto” decía el general norteamericano, Phillip Sheridan en 1868. Hoy los hijos de Sheridan nos parafrasean algo muy parecido: “Un buen chavista es un chavista muerto”.
¿Hasta donde es capaz de llegar la locura de los lacayos del imperialismo (la burguesía “venezolana”)? Hitler nunca hubiera podido acceder al poder y desarrollar su proyecto sin antes alimentar de odio a la clase media alemana arruinada por el Tratado de Versalles. Los nazis jamás hubieran podido mantenerse en el poder sin antes destruir y eliminar físicamente a la izquierda alemana. No hubiesen podido eliminarla sin, antes, disponer de la aprobación de su pueblo. El odio sembrado por los nazis en la clase media alemana fue conducido para eliminar a la izquierda alemana y posteriormente avasallar a otros países. Igualmente lo hizo Pinochet y la derecha chilena. Goebbels (el propagandista nazi) hoy se encuentra emulado por las TV privadas (Globovisión y RCTV, entre otras) de Venezuela. La burguesía, con sus medios, es las únicas responsable por despertar similar odio en la clase media de Venezuela y conducirla contra el gobierno revolucionario. Algún día la justicia juzgara a los responsables.
¡Chávez es la única garantía de paz y vida para el país!
¡SI a la Enmienda!
