Juego limpio con la enmienda: una analogía entre deporte y la política

El vocablo analogía proviene del latín y significa semejanza o correspondencia. En la actualidad analogía es sinónimo de parecido o similitud. En este sentido, las analogías son razonamientos fundamentados en la aproximación entre cosas diferentes, las cuales se formulan con el propósito de explicar la estructura o comportamiento de alguno de los elementos comparados. La raíz de este razonamiento supone que entre dos objetos diferentes, pero con cierto parecido, existen suficientes semejanzas que permiten atribuir cualidades o procesos de uno al otro objeto, tal como sucede con el deporte y la política en cuanto al debido respeto a la ley, a sus árbitros y al pueblo que lo apoya.

El deporte se ha convertido en un instrumento privilegiado de numerosos aspectos de la sociedad venezolana, representado un formidable vector de integración social y democracia. Desde este punto de vista, esta actividad física se han convertido en escuelas de democracia, igualitarismo, y tolerancia, pues mientras observamos el desarrollo del juego y a nuestros deportistas, sabemos que las reglas que los rigen son universales, que todos deben respetarlas, que son claras y precisas y que un árbitro esta allí para aplicarlas incluso en medio de la mayor barahúnda, confusión, desorden o alboroto y todos deben respetarlas.

Un punto importante de reflexión es que la capacidad del trabajo en equipo supeditándose a las reglas (por ejemplo el Béisbol) indica la madurez de un pueblo, en el cual se acepta que la ley está más allá de sus querencias y deseos de particulares. Por eso, el fanático tiene la seguridad de que, contrariamente a lo que pueda suceder en otros ámbitos de la sociedad, ni el vencedor ni el vencido pueden modificar repentinamente esas normas, pues ellas están por encima de los equipos adversarios. El deporte nos enseña que de este carácter inmutable de las reglas nace la alternancia entre ganadores y perdedores, ya que al ser contendientes sólo uno de los bandos puede vencer, pero jugando limpio, respetando las reglas y a los árbitros del partido. Tanto en el deporte como en la política el juego limpio siempre debe prevalecer por encima de las diferencias, es por esto que la tolerancia, el respeto y el mandato de la ley deben mantenerse para lograr la convivencia ciudadana y las reglas que la hacen posible.

El presidente Chávez y su política deportiva han reconstruido, potenciado y dignificado esta actividad física tan importante para nuestro pueblo. Es por ello que tengo el honor y deber de participar en este juego: no tomar partido es dejar que el proceso revolucionario continúe sin nuestra contribución. Y en este match que es la enmienda, como en todos los proyectos donde algo trascendente está en juego, lo importante no es competir, sino ganar, y a eso apostamos con la enmienda y nuestro comandante.

pedro_garciaa@yahoo.es


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Pedro García Avendaño


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