Los agujeros negros… de la economía global

Un agujero negro u hoyo negro es definido como una región del espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa en su interior, con enorme aumento de la densidad, lo que provoca un campo gravitatorio tal, que ninguna partícula ni la energía, por ejemplo la luz, puede escapar de dicha región.

El analista mexicano Alfredo Jalife Rahme escribe acerca del “agujero negro” que dejó el tsunami que ha significado la caída o derrumbe o como quiera llamársele a lo que está sucediendo con el sistema económico mundial y que se evidencia en la ineficacia de las medidas adoptadas por el inepto Bush y el lobby de millonarios que con él gobiernan.

Ese agujero negro, esa masa concentrada en su interior, si continuamos con la definición astronómica – porque astronómicas son las cifras - la constituyen  los grandes capitales.  Esos miles de millones depositados, misteriosamente, en bancos israelíes, justo antes de la quiebra de los bancos norteamericanos. Esos son los verdaderos  terroristas del planeta, los terroristas del sistema financiero y es un agujero negro que se traga todo, este modelo económico al cual se está inyectando masivamente “liquidez global” como parte del plan llevado a cabo por el decadente gobierno norteamericano. Mientras, al otro lado del Atlántico, se procede a la nacionalización de los bancos. Todo parte de un mismo proyecto llevado a cabo por quienes han incurrido una y otra vez en prácticas especulativas y fraudulentas. De paso, nadie ha dicho que no lo seguirán haciendo.

Lo que ahora les falta es inventar guerras en cualquier parte para justificar más medidas dictatoriales como las ya tomadas, desviar más recursos y la atención de la opinión pública, lucrar y todo lo que se les ocurra hacer a los que nunca pierden, los capitalistas norteamericanos, quienes, ya transfirieron las deudas ocasionadas por su codicia y conducta esquizofrénica, al sector público, es decir, a los contribuyentes que verán un alza en los impuestos, recortes presupuestarios en el ya precario sistema de salud, etc. Así, los pobres serán más pobres y, los ricos, más ricos aún. Una nueva guerra sería el broche de oro con el cual el fraudulento gobierno republicano cerraría su periodo.

En tanto,  en la periferia sentiremos la fuerza de ese campo gravitatorio. Esto se hará más perceptible sobre todo en aquellos países que creían que, amarrados al carro de los TLC, serían beneficiados Así, por ejemplo,  veremos encarecer muchos productos y caerán los precios de nuestras materias primas, generándose, además, aumento del desempleo. Recordemos que muchos de nuestros países son monoexportadores y no diversificaron ni ampliaron su mercado interno. Ni qué decir de aquellas economías ultraliberales que, como la de Chile, han invertido los fondos de pensiones, es decir, el dinero de los jubilados o de los que están por hacerlo, en Wall Street.

El Premio Nóbel de Economía de este año ha señalado en sus estudios que, las naciones emergentes eran las menos beneficiadas en tratados como el TLC, que es como una suerte de guerra asimétrica. Y no hay que haber ido a Estocolmo a recibir ningún galardón para percibir o ver in situ, cómo las industrias locales quebraban al no poder competir con la avalancha procedente de las naciones industrializadas, muchas de ellas, protegiendo y subvencionando a sus connacionales, mientras que, la condición de esos tratados para los países firmantes, verdaderos lacayos, era la de, dejar que cada quien se protegiera por su cuenta y el Estado interviniese lo menos posible.

El nacionalismo  desde la perspectiva capitalista, sólo sirve cuando de proteger el modelo capitalista se trata. Ahora estamos entrando en la recesión con posibilidades de ir hacia una depresión. Claro que, eso no es “oficial” aún, según los diligentes periodistas de CNN para quienes, mientras no se diga nada al respecto por las aves rapaces de la Casa Blanca, es como si no ocurriera.


gradivahost@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2906 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas