¿Quién es Pompeyo Márquez?

El día domingo 23 de noviembre, vimos por VTV a Pompeyo Márquez,
despotricando de Chávez, del sistema de salud, de la violencia del
Presidente, de las misiones Robinson, Ribas y Sucre. Un señor que debería
tener vergüenza de presentarse ante el público por las miles de traiciones
hechas al Partido Comunista y a la juventud de este país; por haberse
cuadrado con la derecha socialcristiana y haber fundado un partido
financiado por la CIA. Hay que tener coraje para que un ser humano pueda
decir en este país que admira al farsante Santos Yorme. Al menos que lo
diga en broma.

Con la plancha floja, decía Pompeyo que Chávez había dividido a los
venezolanos, y se estremecía gozoso en su silla, sin argumentos, diciendo
que eso no se podía permitir. El día que Chávez deje de denunciar a los
ladrones, el día que se vuelva laxo frente a los delincuentes, frente a
los fascistas de los medios de comunicación, ante la CIA, antes los
contrabandistas y evasores de impuestos, ante los conspiradores (como le
gustaría a Pompeyo), hasta ese día me consideraría chavista. Demasiados
presidentes genuflexos, vendidos y comprados tuvimos en el pasado, para
que venga este señor Pompeyo y quiera malearnos al Presidente que tenemos.

Si Pompeyo quiere presidente maricones que se vaya a Colombia, a Ecuador o
Peru, que se pase un tiempo en República Dominicana con Carlos Andrés
Pérez, que seguramente para el fué un presidente que no dividió a nadie.

¿Pero quién es Pompeyo? Cuando a finales de los sesenta se discutía se las
izquierdas debían rectificar, Pompeyo pegaba el grito en el cielo:
“¿Rectificar qué?”. Porque para él entonces la violencia era justa.

Argenis Rodríguez le preguntaba si la consigna de entonces era correcta,
“si matar un policía cada día era justo”. Si era justo que se mandara
muchachos a las montañas sin ningún entrenamiento, sin ninguna
orientación. Si era justo dejarse matar por lo que Pompeyo decía en eso de
que la guerra sería larga, que a la verdad tampoco era suyo sino de Mao.

Argenis Rodríguez criticaba que Pompeyo Márquez sostuviera que la guerra
sería larga pero que él no se fuera al monte. Pompeyo se quedaba en
Caracas viviendo contento y protegido por el CEN de Acción Democrática,
que estaba haciendo gestiones ante el Departamento de Estado americano
para que se le legalizara un partido, anticomunista en el fondo, pero con
una fachada de izquierda. Pompeyo Márquez decía que no había que
rectificar nada y que la lucha debía mantenerse en la ciudad, en el campo.

Argenis les criticaba a Pompeyo y a Teodoro que mandaron a un gentío a
sacrificarse para después acusarlos de desviacionistas y fundar un partido
que estuviera contra aquella misma gente. Un verdadero revolucionario no
podía aceptar que un tipo como Pompeyo Márquez, que andaba diciendo que se
iba a las guerrillas, y no se fué nunca, para engañar a la gente se hizo
retratar en el solar de su casa con una boina en la cabeza y un fusil al
hombro. Eso fue denunciado por Argenis.

En 1974, Argenis denunció públicamente que Teodoro Petkoff y sus secuaces del MAS eran agentes del departamento de Estado de los Estados Unidos y que lo habían sido siempre.

Que a Petkoff se le tenía por la cabeza visible del terrorismo en
Venezuela, pero nunca le pasaba nada. Que Petkoff ordenó secuestrar
aviones, y suya fue la idea de matar “un policía diario”. Esta consigna
causa asombro, cuando recordamos todos que en el último gobierno de Rafael
Caldera vimos a un Teodoro dándole la mano, en La Carlota, a Bill Clinton,
como todo un santo.

Argenis recordaba que aquella consigna de matar a un policía diariamente
no podía ser sino una locura. Que aquello cayó mal en la opinión pública y
que terminó por desacreditar a los comunistas. Las paredes de Caracas
comenzaron a llenarse con letreros de ordenados por la propia CIA, y que
los adecos escribían gustosos donde se ponía “COMUNISTAS ASESINOS”. Y he
aquí que resultaba del todo inexplicable además el que Petkoff estuviera
siempre cayendo preso y siempre se estuviera evadiendo de la manera más
tranquila. Nadie se explicaba, dice Argenis, lo de la captura del profesor
Alberto Lovera, quien era un hombre duro. El profesor Lovera, nos recuerda
Argenis, dirigía junto a Teodoro Petkoff el aparato insurreccional, pero a
Lovera lo asesinaron y a Petkoff lo confinaron, sin que se la tocase un
pelo, en el cuartel San Carlos. De aquí también se volverá a evadir, y
será cuando les dará el golpe de gracia a los comunistas al fundar un
partido anticomunista, el Movimiento al Socialismo, MAS. También se
pregunta Argenis cómo pudieron ser asesinados los hermanos Pasquier, que
no eran tan conocidos, y en cambio Petkoff y Pompeyo andaban muertos de la
risa en Caracas, que todo el mundo sabía dónde estaban, principalmente
Gonzalo Barrios y Carlos Andrés Pérez. Los Pasquier –refiere Argenis en
uno de sus libros-: dirigían la logística de las guerrillas y cuando
cayeron (de una manera extraña y sospechosa) fueron muertos enseguida.
“¿Quién más que Teodoro Petkoff –se pregunta Argenis- sabía quienes eran y
que responsabilidad tenían el profesor Lovera y los hermanos Pasquier? Así
pues, el profesor Lovera y los hermanos Pasquier cayeron, fueron
torturados y al final muertos con el tiro de gracia”.

Los testimonios de Argenis Rodríguez recogidos en su libro “Escrito con
Odio” serán eternamente la más terrible acusación contra unos traidores
como Petkoff y Pompeyo Márquez” El hermano de Teodoro, el Luben, se
convirtió en un negociante, y asesinó a un prestamista italiano. Dice
Argenis: “El Luben estaba y que dirigiendo un desembarco en Falcón. ¿Y
quien cayó aquí? Aquí cayeron los cubanos que escondían el armamento, pero
Luben no cayó. Después, cuando cayó, no duró nada en la cárcel y a la
salida fue cuando asesinó, por dinero, a un italiano. De aquellos
guerrilleros auténticos cayeron Juan Vicente Cabezas, Moisés Moleiro y
Mérico Martín y estos pagaron largos años de cárcel. Lo sucio de este caso
es que Petkoff y sus acompañantes se hacen pasar por izquierdistas. Los
Kissinger comprenden que en Sudamérica hay que apoyar partidos políticos
que engañen y para esto escogieron a Petkoff, a Pompeyo y a su grupo...

Esta ha sido una historia muy turbia y muy sucia y la gente, por miedo, no
quiere opinar. Era raro aquello de que el que ayudara a huir a Petkoff del
cuartel San Carlos fuera asesinado por la policía; pero Petkoff, cuando
salía, salía de allí sonriente y con dinero. La gente tiene miedo de
opinar sobre esto”.

Remata Argenis con esta afirmación terrible: “A raíz de la fuga de Teodoro
Petkoff del San Carlos las guerrillas fueron diezmadas y todo se vino al
suelo y en seguida Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez dividieron el Partido
Comunista. Luego se fueron a los Estados Unidos y regresaron con dinero,
con más poder y con más apoyo entre los partidos del status. Petkoff, que
antes viajaba a Cuba ya no viaja a Cuba. Va a Estados Unidos. Pompeyo
Márquez hace lo mismo. Y la cosa es que ese Movimiento al Socialismo
prende entre los estudiantes y hay propaganda por todas partes. Yo aquí
veo unas manos sucias y creo que si a alguien hay que combatir en
Venezuela es a este MAS que encabezan Petkoff y Márquez, aquellos dos
jefes de la insurrección que mandaron al matadero a unos cuantos ingenuos
que pagaron con sus vidas en las montañas o en las calles de Caracas. A mí
que me tengan como enemigo. Ya se puede apreciar”.

Todo esto lo escribió Argenis con mucho asco y con mucho dolor, pero en
aquellos años fue el único que se atrevió hacerlo.









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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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