La revolución tiene quijada de cristal

Estos son según mi parecer algunas otras causas de la derrota de 2 de Diciembre

El Estado no se ha sacado el golpe. Algunas veces la política se parece al boxeo, cuando uno de los boxeadores recibe un golpe noble, es decir contundente, los conocedores y aficionados dicen varias expresiones graciosas: “no se ha sacado el golpe” es una de ellas.
El Presidente debe decapitar a los Jefes encargados de llevarnos a esta derrota, aunque esa no es la expresión, pero si debe hacer una renovación dentro del Estado. Los que estaban en funciones de organización y estrategia no lo hicieron bien. Ya Diosdado Cabello se hizo responsable por lo ocurrido en Miranda. Queremos ver otros más que hagan lo mismo en otros Estados del País.

El Presidente habló de los “revolucionarios de pacotilla”, esos que según ellos están pensando en sus problemas personales y no fueron a votar. Bueno, Presidente, eso se llama el “silencio revolucionario”, ese fenómeno se da cuando al pueblo llano, el Estado no le da respuestas a ninguna de sus inquietudes, ¿ el mejor gobierno no es acaso el que le da la mayor suma de bienestar posible al ciudadano? ¿Dónde está ese bienestar: carestía de los productos básicos indispensables para la nutrición de los niños, inseguridad en todos los ámbitos de la vida nacional. El trato a los misioneros, esa actitud despótica del Estado en contra de ellos, no se les soluciona ningún problema: ni seguridad, ni alimentación, ni medicamentos, la educación se ha convertido en una ideologización y adoctrinamiento permanente. No es eso solamente lo que se busca, el revolucionario quiere una educación de calidad, oportunidad de trabajo por sus conocimientos, no sentirse utilizado ni rechazado.

El pueblo se dio cuenta y se lo lanzó a la cara, dando una lección: no queremos Reforma, no es el cambio de Constitución lo que nos solucionará nuestros problemas, es un Estado eficiente lo que esperamos hallar. Si no se solucionan cuestiones puntuales y sencillas menos problemas más graves ¿que es lo que vemos hoy? inseguridad, falta de coordinación en el Estado, una gran burocracia y corrupción, El Estado atropella y maltrata al chavista, el que está resteado con Chávez, cree que le pertenece, que es dueño de su mente y conciencia y puede mandarlos sin ninguna consideración a todas sus concentraciones y marchas, una y otra vez, pero sin solucionarle sus problemas básicos.

Con Mega Marchas no se ganan elecciones, esta es la prueba.

Qué sean las bases del Chavismo los que renueven el PSUV, que sean las bases las que hagan la revolución junto con los obreros, trabajadores y la juventud en general. Ahora fracasó en esta elección la élite revolucionaria de oficina, son esos revolucionarios ligh que se apropiaron del concepto, la idea revolucionaria, desplazando al pueblo, montándose sobre la marea revolucionaria, son los que tienen los símbolos del capital en su estilo de vida y quieren más. Por eso el silencio revolucionario.

El silencio revolucionario no es el silencio de los corderos, no será el pueblo un cordero manso que se pueda arriar como dijo el Cantor del Pueblo Alí Primera. Cada día será más difícil controlar y manipular al pueblo que despierta de su letargo.

El pueblo quiere un Estado eficiente, que solucione problemas urgentes para la vida Nacional. Lo vuelvo a repetir un Estado eficiente, no un Estado que se devore al Venezolano.
El líder máximo es Chávez, pero le están metiendo un caballo de Troya para destruir la revolución desde adentro. Son los mismos enquistados en el poder que sueñan con desplazar al Comandante Presidente, sueñan con una era después de Chávez. El enemigo está adentro. Es como insertarle un virus informático a un Sistema. Hacerlo lento, ineficiente para luego tomar el poder desde adentro. ¿Quiénes juegan dentro de la revolución ese extraño juego? Averígüelo el Estado, los enemigos más poderosos están dentro del Gobierno y dentro del Estado con puestos claves.

El Presidente debe actuar y liberar a la revolución. Las bases al poder, las semillas revolucionarias deben germinar pero no las dejan. El mismo Estado se encarga de matarlas apenas nacen. El Estado se apropió incluso de la revolución como concepto, quitándole frescura al movimiento revolucionario.

La revolución y el socialismo no se impone de arriba hacia abajo. Esa es la manera en que lo está haciendo el Estado, creando un malestar en el pueblo, donde se ve que un grupo dentro del gobierno actúan como burócratas y capitalistas. Abundancia, trabajos, viajes al exterior, todos los signos del capital para un grupo élite pero para el pueblo limosnas y maltratos.

Deben sacarse a tiempo el golpe al mentón.


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Sergio Delgado


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