El asno, y el zapatero del rey.

Érase una vez un histriónico zapatero que tenía un asno que no hacía más que rebuznar cuando veía al monarca aparecerse por el pueblo. Era tal la coincidencia que el asno se convirtió en un instrumento seguro para saber cuándo el rey pasaba por ahí. Así el zapatero sin mirar afuera conocía el momento en que su monarca cruzaba la calle.

Como todo bruto, el asno, tenía pocas virtudes para beneficiar al zapatero, que no fuera el rebuzne monárquico, y sus tareas de asno internacional, porque venían gentes de toda Europa a atestiguar semejante hecho insólito.

Un día el rey, acompañado de su zapatero dio un gran banquete en honor al asno, por reflejar la máxima autoridad y soberanía del pueblo, su majestad el rey. Vistieron al asno de rey y fue montado por el zapatero y guiado en sus riendas por el mismísimo rey entró en el pueblo que vociferaba con palmeras en las manos que echaban al improvisado camino del asno hacia el templo, le gritaban apasionados ¡hosanna en el cielo! ¡Bendito el que viene en el nombre del rey!

La otra parte del pueblo, que había estado cumpliendo su trabajo en la otra parte del reino regresó cansado al pueblo cuando encontró la situación descontrolada en el templo más sagrado de su comarca. Vio enfurecido cómo se burlaban del rey, y reaccionó, como lo hace el pueblo siempre, de manera impredeciblemente y justa. No reconoció a su monarca como burrero, y pensó que era uno de aquellos que gozan perversamente burlándose de semejante labor campesina. Fue directamente y le cortó la cabeza. Al falso rey, que en verdad era un asno con corona, también le cortaron la cabeza de burro, y a su jinete, que era el zapatero, le obligaron a llevar por siempre y para recuerdo de todos en el pueblo, una cabeza de burro.

El pueblo muy agotado se acostó esa larga jornada histórica en sus camas de eno, y no despertó sino al canto del gallo al amanecer del nuevo día para saber que no había más rey. Desde entonces se ve al zapatero rebuznar en noches de luna llena en la plaza del pueblo, todos saben que es el zapatero loco, sin rey y sin asno, gritándole al rey de la noche, -¡Dignidad!-¡Respeto!-

Mforti9@cantv.net


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Mario Forti

Astrólogo, filósofo, músico, tatankisi, escritor, poeta, critico, ddhh, tarotista, taoista, lector, meditación, yoga, sanación, terapias shamánicas integradoras

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