¿Quien puede mandar a callar a un Jefe de Estado?

Desde la óptica norteamericana, europea y en este caso española, el Presidente de Venezuela no pasa de ser un engendro latino, un caudillo populachero a ritmo de salsa. Sin embargo, todos los medios de comunicación españoles coinciden en el intachable papel del Rey en la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile.

Dichos médios se olvidan de que estamos ya en una mundo global y hay que ponerse “en el lugar del otro”. Se olvidan de que la ideología nacionalista de izquierdas denominada Bolivariana es un arma para la independencia política y económica de América Latina frente al intervensionismo y neocolonialismo de USA, Europa y España.

Al ser la diplomacia, por lo general secreta, nunca podremos tener la prueba tangible de que José María Aznar diera la orden a dicha diplomacia de apoyar el Golpe de 2002 contra el Presidente Hugo Chávez. Pero todos los hechos sucedidos en aquellos días apuntan a ello. Por tanto, aunque pueda ser un exceso llamar fascista a Aznar, como mínimo se le puede llamar intervensionista y neocolonialista en Venezuela.

La broma del Presidente Hugo Chávez, respecto a que el rey se levantó “como un toro” de la Cumbre es lo superfluo. Lo esencial, es que tal como dice Hugo Chávez, Juan Carlos ha sido siempre en la política exterior española un hilo de continuidad al tratarse de un cargo no electo y por tanto es raro que el gobierno Aznar no informara al Rey de un posible apoyo al Golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez.

La política económica de los países industrializados no permite salir del subdesarrollo a amplias zonas mundiales. Hoy en día luchan por ello países tan distintos como los árabes o los de América Latina. Pero solo pueden hacerlo si consiguen una industria comparable a la del Primer Mundo o gracias a una materia prima cara que necesiten los países industrializados. Este es el caso del Petróleo en Venezuela. Este es el arma que el Presidente Hugo Chávez usa para mantener la independencia económica del país y para llevar los servicios sociales a los más pobres y más necesitados de su país.

Por ello, si para los Españoles Chávez no es presentable, para los Venezolanos la imagen que quedó más deteriorada en la Cumbre es la de un Rey que trata a los presidentes latinoamericanos como sus súbditos. Máxime cuando desde tiempos de otro Borbón, Fernando VII, dejaron de ser súbditos de nadie. Ambos tienen el mismo rango de Jefes de Estados, solo que uno ha ganado todas las elecciones y otro fue designado por el dedo del Franco. Por ello desde la óptica de América Latina, el único “que perdió los papeles” en aquella reunión fue el Rey de España y los que estuvieron donde tienen que estar como defensores de la independencia real de sus países frente al neocolonialismo empresarial español fueron Hugo Chávez y Daniel Ortega y nadie tiene derecho a callarlos.


suarezred@hotmail.com


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