Esta vez, el artículo AZIMUT pretende acercarnos a la complejidad de las actuaciones del gobierno central, del presidente Chávez y su compromiso continental con la verdadera democracia, la protagónica, la humanista y el devenir histórico de una opresión imperial que ha hipotecado a todos los países hermanos que en un momento fueron ejemplo de integración y frente de lucha común. Y es que todo esto de la integración latinoamericana no es otra cosa que la alternativa real de un sendero con factibles oportunidades de éxito integracional y que se erige como única garantía para que los países del continente logren dar al traste con los complejos sistemas opresores de los países que se aprovechan de nuestro sub desarrollo.

Los pasos, cada uno, son necesarios. El primero es la organización. Una fuerza contundente, organizada, sistemática, propensa a la movilización y con mecanismos internos de siembra ideológica y contraloría. El PSUV, planteado por el presidente en reemplazo de la estructura emeverrista y que ya está en la escogencia de su comité fundacional, vendrá a dar paso a una cantera de nuevos líderes y genuinos representantes de las comunidades que acercarán definitivamente a las necesidades comunales con la ejecución de gobierno, que definirán el rumbo de la gestión de gobierno y de paso brindarán el soporte necesario para garantizar las victorias electorales a futuro y la movilización anti conspirativa promovida por los sectores imperiales.

La fuerza armada, propuesta en la reserva o guardia territorial será el órgano custodio de la soberanía… será el refuerzo necesario para los sistemas constituidos de seguridad y defensa y por otro lado servirá para acercar mucho más a la gente de las comunidades al compromiso ciudadano de protección nacional, incrementando tanto en calidad como en cantidad la estructura de defensa del país.

El trabajo en la gestión pública, la adquisición de CANTV y sus promociones de extensión de servicio comunal, la construcción del satélite Simón Bolívar, los convenios para producción de carnes, leche y otros alimentos con otros países latinoamericanos, los acuerdos con países como China e Irán en materia energética y tecnológica… los sistemas ferroviarios, de construcción de armamento y vehículos de uso civil y militar, los complejos deportivos, los sistemas de transporte en cada capital de estado, el segundo puente sobre el Orinoco, los ejes de producción del sur del país, la gran cantidad de CDI, SRI y CAT (centros diagnósticos, centros de rehabilitación y salas de alta tecnología), el mejoramiento de las grandes vías de interconexión entre los estados y la creación de mecanismos de información más confiables se extienden como una gestión que busca la autonomía nacional y que previene cualquier medida que busque asfixiar la evolución del camino socialista en el país.

En esta política interna de transferencia de poder al pueblo se basa el inicio de la extinción de los sistemas individualistas y darán a las comunidades la oportunidad de priorizar necesidades y a través de la organización, dar forma a una estructura que verdaderamente les otorgue participación en la gestión con la debida justicia social, oportunidad y transparencia.

Sin embargo y a pesar que se intentan cubrir muchos frentes, que se pretende construir una coraza para la pervivencia y desarrollo del proyecto bolivariano en base a trabajo comunal y protagonismo social, se siguen observando las implosiones del sistema… los vestigios hereditarios de esos tumores que durante tantos años carcomieron cultural y físicamente las estructuras ciudadanas y del estado, las organizaciones sociales y la mente misma… Se siguen observando detalles desorientadores que hacen pensar en ocasiones que la confabulación tiene sus tentáculos adentro y que la procesión va por dentro.

La reforma será un termómetro para medir y detectar vacilaciones y dudas por parte de una dirigencia que ahora más que nunca debe mantenerse firme ante los cambios necesarios en la viciada estructura del estado… los cambios propuestos serán piezas claves en esta transformación por el progreso, la autodeterminación y la justicia social y nos brindará a todos los venezolanos la oportunidad de un país mejor con un verdadero espíritu social y con la garantía de continuidad a los programas y derechos ciudadanos en los años siguientes.

No obstante, además de la conspiración interna nuestro enemigo es realmente peor. La opresión del sistema imperial que ha venido sembrando el servilismo y el individualismo en nuestros pueblos durante tantos años. Que ha fabricado sistemas de información y formación subrepticia como los medios masivos basados en esquemas improbables y ficticios, no como alternativa artística (cosa que es válida), sino como herramienta de confusión social y degradación racial. Que además penetra las estructuras independientes de cada una de las regiones con el objeto de minar sus procesos internos y desviarlos a su antojo. De allí la importancia de la integración continental y los esfuerzos titánicos que hace el presidente por alcanzarla.

Las declaraciones de Uribe con el caso de su ministro de defensa son un ejemplo claro. Existen muchos bolivarianos que quieren la mejor solución para nuestras diferencia internas… sin embargo, otros actúan en función de la política imperial a cambios de favores o pagando el precio de los ya recibidos. El sentimiento de unidad que ahora recorre suramérica y el caribe hacen que el presidente Chávez sea cada vez más un objetivo inaplazable del departamento de estado… eso es una realidad y no una paranoia. Los convenios de producción, intercambio de tecnologías, de educación y de comercio son una amenaza para la visión individualista de los ejes constituidos que observan con ojos demenciales y labios babosos la potencialidad de Venezuela como proveedor de energía y del resto del continente como posibles engranajes de oposición a sus políticas de sometimiento y opresión. La semana entrante continuaremos con el tema… Vigilantes ante todo del rumbo revolucionario… HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

prensagobernacion@yahoo.com