Ante la situación de recursos humanos en PDVSA


El año 2002 fue para el país uno de sus años más difíciles, un golpe de estado de duración brevísima, gracias “al bravo pueblo que el yugo lanzó” y varios intentos fallidos con el mismo propósito, de los cuales el más notorio fue la paralización de PDVSA llevada a cabo por la mayoría de sus empleados de la nómina ejecutiva y mayor. Fue no obstante un año de aprendizaje, en el que se ganó fortaleza y experiencia asimilada en la conciencia del pueblo, abriendo mayor perspectiva de éxito en la construcción del país delineado en la Constitución Bolivariana.
A partir del primer trimestre de 2003, luego de conjurar los avatares del momento contra el país y en particular contra la industria petrolera, nos enrumbamos hacia el objetivo de la reconstrucción económica y la estabilización política de la sociedad venezolana, teniendo como soporte fundamental, la FAN y PDVSA, los factores críticos que dan sostén real a la República.

La FAN demuestra fehacientemente cohesión en sus componentes y compromiso institucional para alcanzar el objetivo antes señalado, sin embargo, PDVSA se sumerge peligrosamente en una espiral de inestabilidad organizacional.
Recontando la historia reciente, los meritócratas petroleros que pretendieron detener la principal industria del país, sobrestimaron sus fuerzas y subestimaron las de los venezolanos, creyendo ser los únicos dueños de PDVSA, desafiaron la naturaleza de un pueblo que sacó lo mejor de su herencia libertaria para vencer el desafío oligarca y recuperar a PDVSA, impidiendo el desmoronamiento del proceso de cambios que vive Venezuela.

Sin embargo, con el devenir de los días, la restitución definitiva de la gestión de negocios de la corporación petrolera, cuya misión fundamental es la de contribuir de manera sostenida con el desarrollo del país, agregando mayor valor al recurso natural energético, comienza a sufrir de un fenómeno de anarquía e ingobernabilidad que amenaza con el pasar del tiempo la misión antes señalada. Tal situación coloca en riesgo la reconstrucción económica del país, dado que la misma está propiciando un ambiente proclive a una paralización de las operaciones de PDVSA, por implosión de la masa trabajadora ante la ausencia de respuestas efectivas y soluciones concretas a la demanda de servicios y atención de problemas propios de la dinámica laboral que las organizaciones de apoyo de la corporación no atienden, o que cuando lo intentan los resultados son parciales e insatisfactorios producto de la ingobernabilidad existente.

La raíz del problema:
El colapso producido en PDVSA afectó sensiblemente las funciones operativas y las de apoyo y gestión. Recuperar la producción, refinar y comercializar, es decir poner operativa la industria a los niveles anteriores al paro, nos tomó tres meses luego de superar problemas técnicos originados por el saboteo golpista, gracias al concurso nuevamente del pueblo, la tenacidad y capacidad de los trabajadores patriotas que dieron lo mejor de si y gracias a las acciones de defensa y soberanía llevadas a cabo por la FAN. Sostener ese nivel de operatividad en el tiempo requiere direccionalidad gerencial, refundación de valores y principios y del concurso apropiado de las funciones de apoyo y gestión respecto a las organizaciones operativas.
Lamentablemente, a la fecha las funciones de apoyo y gestión no han logrado alcanzar niveles satisfactorios en a cuanto la atención de las necesidades organizacionales y del personal propio y de contratistas que den la seguridad de no correr riesgos innecesarios ante la posibilidad de un nuevo colapso de la industria petrolera, que en esta ocasión serían producto de la insatisfacción que genera el caos y anarquía reinante en las funciones de apoyo y gestión.

Corregir la situación antes planteada pasa por reconstruir la función de Recursos Humanos, la cual tiene la inmensa responsabilidad de atender a todas las organizaciones y a todo el personal de PDVSA, ya que dadas las características y magnitudes del colapso, su rol integrador facilitaría las soluciones de los problemas antes señalados, lo que permitiría reducir los niveles de ingobernabilidad y anarquía organizacional. Esto, se haría edificando una estructura organizacional adaptada a la visión y misión de la nueva PDVSA, contratando y/o empleando personal idóneo para el resto de las organizaciones de apoyo que quedaron vacías luego del sabotaje, desarrollando las políticas y estrategias para el corto, mediano, y largo plazo, que garanticen el clima organizacional, calidad de vida empresarial y por ende el mejor desempeño de su personal. En general, atendiendo los problemas y aportando soluciones efectivas y duraderas.

¿Qué impide o ha impedido qué la función de Recursos Humanos ejerza el papel que le corresponde?
Para enfrentar la crisis de Diciembre, se designó e instauró el denominado “Comité de Reestructuración de Recursos Humanos”, se hacía necesario actuar ante el abandono del trabajo de más de 50% de la nomina de PDVSA, lo que no significaba una “reestructuración”, pues dadas las dimensiones de la Industria Petrolera o incluso del número las organizaciones que la conforman, dicha reestructuración requeriría de tiempo, -en principio indefinido- de expertos en procesos de diagnóstico organizacional y empresas especializadas en planificación y diseño de procesos de transformación de empresas, además de contar con las condiciones adecuadas para la participación de trabajadores, organismos del Estado, y absoluta claridad, acuerdo y engrane en los propósitos de la reestructuración. Obviamente el momento para reestructurar no estaba dado, lo que no impedía trabajar en esa dirección a mediano plazo.

Por eso las acciones de este Comité, estuvieron orientadas a atender la emergencia, no la de reestructurar los recursos humanos de la petrolera ni a ninguna organización. Este Comité como objetivo principal, debía despedir a los que abandonaron sus puestos de trabajo o actuaron con falta de probidad en la paralización de la Industria Petrolera, impedir que se infiltraran nuevamente y colocar personal en los sitios que fuera necesario mientras se estabilizaba la situación, objetivo que se logró parcialmente.

Lo lamentable fue que alcanzado la estabilización de la producción, se inició un proceso de saboteo de la función natural de Recursos Humanos, producto de las apetencias personales de quien fue designado Coordinador de Comité y de gran parte de sus acompañantes externos, que por primera vez disfrutaban de altísimas remuneraciones y prerrogativas, como las de contar con carro y chofer y poder de decisión para emplear a sus familiares y amigos, arrogándose atribuciones más allá del deber ser, generando el colapso de las funciones de apoyo y gestión, bien sea por impericia o premeditación, conspirando de esta forma contra la estabilidad lograda y la plena recuperación de PDVSA e impidiendo el funcionamiento de las funciones de apoyo, además de generar malestar en el personal originario de PDVSA y resto de los recién empleados, que desde el mismo inicio del paro petrolero asumieron la defensa de PDVSA y el país.

Adicionalmente, este Comité no reconoció su compromiso de no quedarse luego de la contingencia, la cual fue superada a mediados de Marzo, por el contrario, con su estadía han impedido amalgamar los factores que sí desean una PDVSA cónsona con la nueva visión de país, más por el contrario, persiguen ocupar los cargos clave de la Industria comenzando por la Gerencia de Recursos Humanos, valiéndose de apoyos externos como el del Min. Del Trabajo que ajeno a su misión, apoya al Comité haciendo cabildeo con los miembros de la Junta Directiva de PDVSA para impedir posible remociones en el mismo o consolidar objetivos subalternos.

Actualmente, y bajo ningún criterio gerencial, organizacional, o técnico el Comité despacha de facto decisiones que afectan hondamente los procesos de Recursos Humanos, haciendo traumática y complicada la recuperación de la gobernabildad y alineación de esta función con los objetivos claves de la corporación, lo que se traduce en caos, anarquía en el funcionamiento de las organizaciones de apoyo y en malestar dentro de la masa trabajadora, que no consigue respuestas cónsonas con sus requerimientos en materia de planes, beneficios y servicios.

En algunos casos, el Comité ha intervenido a organizaciones (E&P Oriente y Occidente, Finanzas-Nómina, Cied-Consultoría Jurídica, Intevep, Pequiven, etc.), colocando personal innecesario en unas y en otras a nadie. No muestra ninguna preocupación por el perfil de los seleccionados ni por la estructura organizacional; por lo que la mayoría de las personas colocadas carecen del perfil profesional para comprender, asumir y llevar a cabo las responsabilidades correspondientes a los puestos que ocupan.

Por otro lado, a la función natural de RRHH de manera premeditada y alevosa, comenzaron por sabotearla y colapsarla, al punto de desarticularla e impedir el desarrollo de los procesos naturales de la Dirección Ejecutiva de Recursos Humanos, atropellando al personal, y creando un ambiente hostil entre los trabajadores, afectando el flujo de los procesos de gestión de PDVSA, retrasando su recuperación administrativa, colapsando actividades claves en la atención al personal, saboteando la implementación de la nueva estructura organizacional propuesta por la Dirección Ejecutiva de Recursos Humanos y plagiando presentaciones que ahora pretenden imponer con el supuesto objetivo de alcanzar irónicamente la estabilidad y gobernabilidad que requiere la Corporación.

La actuación del Comité de Reestructuración que también es apoyado por algunos miembros de la Junta Directiva de PDVSA, a la par del malestar provocado en la población laboral y las comunidades que ayudaron a PDVSA, ha generado la constitución de un nutrido frente de oposición a su gestión, conformado no sólo por profesionales y técnicos totalmente identificados con el proceso bolivariano, sino también, por personal institucional de todas las corrientes y sectores organizados de la sociedad.
Mientras tanto, salen a relucir todo tipo de vicios e irregularidades gravísimas, como son, el reingreso de personal despedido que recibirán junto al resto del personal patriota, unos bonos monetarios como premio por haber sido retornados a PDVSA, contrariando la voluntad de la majestad de la Presidencia del país; el manejo de la nómina, que sigue pagando cada quince y último a gran parte de la de los ejecutivos despedidos; el ingreso de personal con sueldos inusitados y los gastos de funcionamiento del Comité al mejor estilo de los meritócratas que pararon PDVSA.

El papel de la Junta Directiva
La JD hasta hace poco permanecía inconmovible por la situación antes descrita, configurando un negligente manejo de la crisis, sin embargo, la situación es tan peligrosa para el país que está decidida a actuar para salvarse de ser removida. Mientras las pruebas y denuncias están ventilándose en su propio seno. Hoy se debate no tan sólo de sí el Comité se va, sino de cómo se normaliza la situación en todo el ámbito de la Corporación lo antes posible. Ojalá se produzcan los cambios que hacen falta, cuidando que no sean sólo de forma, y se le ponga el cascabel a tantas irregularidades que saltan a la vista, sin perder la noción de que estas son sólo la punta del iceberg, y se tome el rumbo correcto dentro de la Corporación permitiendo la participación genuina y real de los trabajadores.

El papel de los trabajadores
Los trabajadores originarios de PDVSA, los que resistimos los embates del golpismo en Abril y Diciembre pasado, junto al nuevo personal que siente igual por el país y la Industria Petrolera, debemos exigir respeto a la institucionalidad de PDVSA, respeto al personal patriota y definiciones concretas a la Junta Directiva en el ejercicio de sus funciones.

Debemos mantenernos unidos y alertas para conjurar cualquier intento de paralización de las operaciones y actividades de la Industria Petrolera, oponiéndonos al reingreso de los golpistas, informando y actuando en consecuencia a favor de los intereses del país, coadyuvando en la exigencia y necesidad de salir de la Junta de Reestructuración y la puesta en pleno funcionamiento de la función de Recursos Humanos en todas las áreas. Atentos y ojo avizor ante los cambios gatopardianos, ejerciendo nuestro derecho a participar en el proceso de transformación de PDVSA y ejerciendo la Contraloría Social en su seno tal y como lo exige el Sr. Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo R. Chávez F., en todas sus alocuciones.





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