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Nicolás: ¡El hambre destruye a Venezuela!

Los espectros del hambre y la miseria se levantan tras nosotros, y para evitar que nosotros y nuestras familias seamos presas de sus terribles garras, corremos todos tras la fortuna, aunque la hayamos de conquistar, directa o indirectamente, en detrimento de nuestros semejantes. Elisée Reclus…

La crisis alimentaria, y de salud azota a Venezuela el otrora rico país petrolero sin miserias. Se trata de una crisis silenciosa, sin grandes titulares del sistema de medios públicos, que no les interesa, menos al Banco Central de Venezuela, ni al comando anti-golpe, pero que afecta a millones de personas, que pasan hambre, según El estado de la inseguridad alimentaria, presentado cada semana desde finales del 2016, y este primer mes de enero de este año 2017 por expertos en la materia, por la alta inflación que vive nuestra querida Venezuela. El hambre, creemos, pica muy de cerca a nuestros ya escuálidos estómagos, y cae muy lejos del incompetente e ignorante militarismo alimentario. Poco tienen que ver o importarles al actual burocratismo de la nomenklatura estalinista, de lo que piensa esta gente, con la crisis económica que nos afecta. La realidad que vive el pueblo venezolano empobrecido parece importarles un comino, pero, es bien preocupante lo que se esta viviendo socioeconómicamente. Cada vez son más las personas que pasan hambre en Venezuela por el alto costo de la vida. Que consiste en la imposibilidad de ingerir las calorías, y proteínas mínimas necesarias, y esto tiene consecuencias sobre nuestra salud, y nuestras vidas, aquí casi todos están en el último hueco de la correa.

Desde comienzo de este año 2017 vemos las terribles cifras del hambre en Venezuela, por el incremento de la inflación: millones de personas, y familias, se ven afectadas especialmente niñas, y niños en edad escolar; un caso que me partió el alma, fue cuando vi a varios de esos escolares comiéndose el bagazo de las naranjas que sacaban de la basura de un vendedor de jugo ambulante en un centro comercial, eran las caras del hambre del futuro de la patria, en el otrora país más rico de la América Latina.

En Venezuela, el hambre se ha convertido, en una realidad tangible. Con trabajos indignos, sueldos precarios debido a la alta inflación, muchos sin casa, y sin comida. Así se encuentran muchísimas personas golpeadas por la crisis. Según datos de expertos en la materia económica, y como venezolano preocupado lo corroboro en el terreno en este 2017, como millones de individuos tiene dificultades para consumir lo mínimo necesario. Hoy la situación, aún sin cifras técnicas pero con la realidad a la vista, es mucho peor. Las misiones sociales (como los clap´s) están desbordadas, y este comienzo de año se han duplicado las demandas de alimentos, y de medicinas, etc. La desnutrición, y pobreza infantil, hacen estragos porque cada vez son más las niñas, y niños venezolanos que sólo realizan una comida al día.

Si se publicaran las fotos, y videos en una galería fotográfica del sistema de medios públicos, para que el presidente Nicolás Maduro Moros viera con sus propios ojos, si es que los aduladores de oficio se lo ocultan, como: en Venezuela, la inflación, y el hambre retratan las consecuencias dramáticas de la crisis para miles de personas: hambre, pobreza, desahucios, prostitución infantil... provocaran en el corto plazo lucha y movilización. Hoy el Estado venezolano cuenta con las tasas de pobreza más elevadas de toda la América Latina. Una realidad que se impone hacia a fuera a pesar de que el burocratismo cívico militar la quiere silenciar.

La crisis económica, por otro lado, está íntimamente ligada a la crisis alimentaria. Los mismos que nos condujeron a la fantasmagórica crisis de la "Guerra Económica", que ha dado lugar al estallido de esta "gran crisis" que continúa como un cáncer en este 2017. Sus aliados chinos y sirios son lo que especulan con las materias primas alimentarias, y agropecuarias (carnes, pollos, arroz, maíz, frijoles, harina de trigo para hacer el pan...), generando un aumento muy importante de sus precios, y convirtiéndolos en inaccesibles para amplias capas de la población, especialmente en los mas pobres... compran y venden dichos productos en las fabricas productoras con el único fin de especular con los mismos, y hacer negocios. Ya que es el negocio más seguro, como lo es la comida para invertir, porque, se supone, ya que tenemos que comer todos los días.

El hambre, a pesar de la cháchara revolucionaria, no tiene nada que ver con guerra económica alguna, imperialismo yanqui, etc., sino con quienes controlan, y dictan las actuales políticas agroalimentarias. El monopolio del actual (la eficiente Agro Isleña- sustituida, por la ineficiente, y corrupta Agro Patria) sistema agroalimentario, por parte de un puñado de burócratas corruptos, con el apoyo de gobiernos como el cubano, impone un modelo de producción, distribución y consumo de alimentos al servicio de los intereses mas perversos de control social. Se trata de un sistema que genera hambre, pérdida de agro diversidad, empobrecimiento rural... y donde se antepone el lucro económico de unos pocos a las necesidades alimentarias de una gran mayoría de venezolanos.

Estamos ante 'Los juegos del hambre' donde unos estalinistas, bajo un burocratismo perverso en representación de sus intereses colonialistas, tendrán que enfrentarse mas temprano que tarde, a sangre o muerte, con un pueblo hambriento que lucha por obtener, así con sarcasmo, el triunfo: de conseguir comida, bienes, para el resto de su vida, sin perder su dignidad al ser reseñados en el "Carnet de la Patria". A veces la realidad no dista tanto de la perversión. Hoy muchos estalinistas "juegan" con el hambre del pueblo para ganar dinero, y mantenerse en el poder.

Percasita11@yahoo.es



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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