"Solo el pueblo, salva al pueblo"
Anónimo.
José Tomás Millán Boves de la Iglesia, piloto mercante de origen asturiano, mejor conocido como "el Urogallo", "Taita Boves" o "la Bestia a caballo" y denominado por Juan Vicente González, el "primer caudillo democrático en Venezuela"; pudo haber sido un gran héroe patriota y probablemente, con el grado de General en Jefe, como Mariño, como Piar, como Ribas o Rafael Urdaneta… ¿Por qué lo afirmamos? Sencillamente, porque guáramo tenía de sobra y tanto el ascendiente sobre sus tropas, como su capacidad de organización, quedaron más que demostradas durante la meteórica carrera que lo llevó desde su destierro en Calabozo (Guárico), a la jefatura de las tropas realistas durante la Segunda República; indiscutida hasta el punto de sobreponerse a la autoridad del Capitán General de la Provincia de Venezuela para esa épica época que le tocó vivir, y convirtiéndose en un líder capaz de movilizar su terrorífica "Legión infernal" de 20 mil "pata en el suelo", alzados contra los poderosos hacendados mantuanos. Los mismos oligarcas godos contra quienes debió combatir el ejército "feberal" de Ezequiel Zamora, menos de cuatro décadas después.
Su primera intención fue combatir contra los españoles al comenzar la Guerra de Independencia, pero quizás la envidia o, más probablemente, la desconfianza de los encopetados mantuanos que constituyeron la Junta Patriótica de Caracas y que iniciaron la lucha contra la corona española bajo el mando del Marqués del Toro primero, y luego, del Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda; se lo impidieron en las primeras de cambio (¿destino o error táctico?). Por el contrario, Boves fue despreciado y vejado después de manifestar su intención de incorporarse a la lucha, contra quienes lo habían detenido y sentenciado al destierro por el delito de contrabando; salvándose de una pena mayor debido a las grandes habilidades jurídicas del abogado pardo Juan Germán Roscio, otro de los grandes invisibilizados por nuestra Historia Patria.
El bravo y temido asturiano, murió un cinco de diciembre en las sabanas de Urica, debido a un certero lanzazo del coronel Zaraza, el "Taita cordillera". En el artículo de corte histórico que precedió a este (1816, la reingeniería de la Guerra de independencia) dijimos:
La muerte de Boves fue una de las más convenientes para el proceso de la independencia americana; casi tanto, como necesaria era la de Santander para la implementación de la Colombeia (…) Esa muerte, convenía tanto a los realistas (Cajigal, Morales, etc.) como a los patriotas, y aunque no es tan polémica como la de Piar, la de Miranda o la de Sucre; al igual que ellas tres, marcó el rumbo grueso de la Historia americana.
"Gracias" a él, y antes de que Zaraza "acabara la bovera", ocurrió de 1814 a 1815; un conjunto de desgracias patriotas, como la caída de la Segunda República, la Migración a Oriente y la invasión de Pablo Morillo, todo lo cual causó lo que hemos denominado "Diáspora Caribeña". Fueron entonces Trinidad, Cartagena, Curazao, Jamaica y finalmente Haití; los destinos obligados de lo más granado de nuestra oficialidad criolla, dando así origen al gran punto de inflexión en la lucha independentista, que desarrollamos en el artículo citado. Esa problemática sirvió de marco, para que el seis de septiembre de 1815, el Libertador Simón Bolívar fechara en Jamaica; su reflexiva y monumental carta al comerciante británico Henry Cullen, donde analizaba el origen de su fracaso, planteando un visionario pero posible horizonte para el continente americano.
Al ser literalmente barrido el ejército republicano (en apenas cuatro años), de los territorios declarados independientes; su alta oficialidad, aparte del auto-exilio obligado por razones de mera supervivencia, estuvo moviendo todas las influencias posibles para retomar la guerra contra la corona española. Pero las circunstancias lo hacían imposible, al menos en territorio inglés, porque ambas coronas (España e Inglaterra), estaban aliadas contra Napoleón Bonaparte. Debieron "rebajarse" y "pedir cacao"... ¡A los esclavos! A sus "bestias de carga". La estrategia patriota a partir de Haití, mucho más que un mero viraje táctico, dio un auténtico golpe de timón. Fue estructurada allí por necesidad durante la primera mitad de 1816 y comenzada a implementar con el Decreto de liberación de los esclavos (Carúpano, 02-junio-1816), prácticamente "por órdenes" del presidente Alexandre Petión, un ex esclavo devenido en protector de los derrotados fugitivos.
La pela propinada por la "Legión infernal" a los mantuanos, previa a los 15 mil legionarios del Mariscal Morillo; avivó los rescoldos de un dañino remanente colonial, por cuyos entretelones podemos observar muestras de un añejo racismo: A Sebastián de Miranda, padre del Precursor, se le acusaba de ser mestizo de guanche; siendo su familia caraqueña considerada inferior a cualquier blanco criollo y muy inferior a cualquier blanco peninsular, por lo cual el Cabildo de Caracas les calificaba indignos de ocupar "puestos de categoría". Con su economía fortalecida, el joven Francisco de Miranda debió luchar en tribunales, el acceso a algunos privilegios sociales. Esotéricamente, creemos que en la diáspora patriota hacia el Caribe, nuestros guerreros estaban purgando de alguna manera; el karma de haber apresado y entregado encadenado al Gran Precursor, quien para la fecha de la Expedición de Los Cayos ya veía acercarse su muerte en "La Carraca" (Julio de 1816). Iguales o peores traumas sufrió el excelso maestro de origen blanquísimo, pero expósito, Simón Narciso Carreño Rodríguez, alias "Samuel Robinson" y hasta un héroe de rancia alcurnia como el Mariscal Sucre, era llamado tendenciosamente "mulanga" (mulato), por el aristócrata y traidor Santander.
El doctor Juan Germán Roscio, redactor del acta del 19 de abril, del Primer Reglamento Electoral y la Primera Constitución de Venezuela; enfrentó a la corona española, como defensor de la mestiza Isabel María Páez, en un juicio memorable contra la municipalidad de Valencia y la iglesia católica, invocando el derecho de los hombres y mujeres a la igualdad. El hecho se convirtió en doctrina de la República de Venezuela, gracias a la presencia de Roscio en la Junta Suprema de Caracas (Decreto del 8 de enero de 1811). Como lo expresa el actual vice-canciller y talentoso catedrático venezolano Reinaldo Bolívar:
Roscio Nieves es el precursor del derecho civil en Venezuela, y casi 200 años antes que Martin Luther King entabló un juicio contra la corona española por el reconocimiento de la igualdad de negros, mestizo, blancos "de todo el género humano".
También dio una férrea lucha contra la aculturación, con la cual la Corona Española y la Iglesia Católica, intentaban confundir a los venezolanos. Pero Roscio, como el General en Jefe Manuel Francisco Piar Gómez, era pardo y por eso; a pesar de sus grandes dotes y aportes, es muy poco conocido y permanece entre los marginados de la Historia. Caído Puerto Cabello, Roscio es capturado (30 de junio) y calificado de "monstruo", exponiéndolo durante un día entero al escarnio púbico.
El pardo Manuel Francisco Piar Gómez, sonrosado y de ojos azules; fue el único General en Jefe, elevado a ese rango por su propio ejército. Era Jefe nato y en lo táctico, triunfó en 13 de las 14 batallas que comandó, siendo El Juncal y San Félix las más memorables. Contra la opinión de la mayoría de los generales, Piar abre por su propia cuenta y riesgo la campaña de Guayana, el 8 de octubre de 1816. Piar tenía enemistad personal con Bermúdez, rehusaba obedecer a Mariño y llegó a desautorizar a Monagas, tratando de imponerse como jefe único en Oriente. Se apoyó en Freites, Zaraza y Sedeño; ya que el 26-oct-16, se licenciaron hacia el ejército de Arismendi, los Coroneles Alcántara, Rivas, Vélez y Borrás, todos amigos de Bolívar y quienes como partidarios del Comando único, veían con sospecha las actividades de Piar. Salió desde Barcelona y llegó el 28 de octubre, con unos 1.000 hombres, artillería e impedimenta a San Diego de Cabrutica. Su concepción estratégica de esa Campaña, aseguró el triunfo de la revolución americana.
Guayana estaba resguardada por Orinoco y además, unida al Río Apure, donde Páez sostenía la libertad en Occidente; también estaba unida al mar (y por ende, al comercio exterior, a la política internacional y a la posibilidad de importar materiales de guerra). Rendida Angostura, sitiados los fuertes y dominado el río, la República contaría con una base de operaciones muy sólida. Desde el Cuartel General de Guayana (Enero 19 de 1817), Piar escribió a Bolívar:
Las ventajas que nos ofrece esta Provincia libre son incalculables… nos permite organizar un ejército fuerte y valeroso capaz de libertar la República si V.E. viene a Guayana. Todos estos recursos, manejados por su sabia dirección adquirirán un nuevo mérito y producirán efectos más grandes…"
Más visionario y exitoso no pudo ser, pero el hecho de que predicara contra blancos y caraqueños, desconfiando de los aristócratas criollos como conductores del pueblo; molestaba a muchos y al final, le costó la vida. Piar era federalista y no creía en un mando dictatorial; acusándosele de promover la guerra de castas para derribar al Gobierno, pero esa hipótesis queda desvirtuada, porque fue capturado por Cedeño, quien era pardo, al igual que Sánchez, el jefe de su Escolta... Sus compañeros votaron por la muerte con degradación, siendo lamentable que lo hayan juzgado por un delito que; a pesar de ser gravísimo, no fue totalmente probado en autos. Demasiadas dudas nos quedaron tras la descarga de aquellos fusiles de Angostura. Esa pólvora tiene un olor parecido a la de Berruecos, y a la que mató en Bogotá al negro Leonardo Infante, coronel llanero de la caballería patriota y héroe en 83 combates, incluyendo El Juncal, Las Queseras y Boyacá.
Páez, como Miranda, era de origen canario y "blanco de orilla"; viviendo su primera infancia con la madre en Curpa, mientras su padre desempeñaba funciones administrativas en el Estanco de Tabaco ubicado en Guanare. Desde que era un niño de nueve años trabajó con su cuñado Bernardo Fernández, atendiendo una pulpería en Guama, estado Yaracuy y una vez adolescente, enfrentó a un par de salteadores de caminos, en los alrededores de Mayurupí; matando a uno de ellos y debiendo entonces huir hacia el Hato La Calzada, en Barinas. Allí trabajó como peón de llano, sufriendo las humillaciones del negro Manuelote y nada permitía augurar entonces la epopeya de Carabobo, ni las mieles al lado de la hermosa mantuana Barbarita Nieves y su corte de aduladores.
La muerte del "Taita" Boves cedió el liderato de los llaneros al capitán de caballería José Antonio Páez, "resucitado" en Barinas el 05-dic-1813. Durante los años 1815 al 19, la caballería ligera de las llanuras venezolanas, formada por Páez con los mismos llaneros que pelearon junto a Boves y Piar; derrota a Morillo y consolida la República, haciendo posible Boyacá y Carabobo. La Batalla de Ayacucho (1824) liberta finalmente al continente, permitiendo que la guerra fuese ganada por la flexible madera del Sur, frente al rígido acero del Norte. Así lo reconoció El Libertador, el 18 de noviembre de 1826, cuando el edecán Diego Ibarra le entregó a Páez, un caballo de Chile y otro del Perú, junto a una lanza de oro fabricada en Potosí: "como símbolo de su valor y de nuestra libertad: la verdadera arma de Colombia y de Páez".
A manera de conclusión diremos que millares de padres de familia, casi en su totalidad pardos o esclavos negros, que creyeron en la venganza como alternativa para lograr una vida mejor; pasaron de ser campesinos, a ser pillos y villanos, con poder y capacidad para apoderarse de los bienes y las armas en de sus antiguos jefes. A ellos se les ordenaban blasfemias, torturas colectivas, pillaje y fusilamientos, porque eso formaba parte del programa del "Taita" Boves… pero luego pasaron a combatir al lado de Piar y Páez. Después de Boves, la Guerra a muerte había despertado un odio anidado en los espíritus sencillos de hombres humillados y explotados; que convirtió en rapaces y asesinos a gente bondadosa. Y ese es parte del precio que todavía está pagando la sociedad venezolana, cuya Historia a la europea, duró casi dos siglos llenándonos de héroes rubios y muy bien vestidos. Sea buena la hora para analizar nuestra propia Historia, la verdadera… la que se ha luchado, sudado y sangrado, desde abajo; con la ropa sucia y callos en las manos.
Porque después que un "blanco de orilla" gestara la idea de Colombeia, fue otro de ellos el que mayores aportes hizo en los campos de batalla, al frente de la caballería llanera. Los "arribistas e igualados pardos", crearon gran parte del sustrato jurídico para la Primera República (Roscio), así como el espacio físico y la logística para la Tercera y definitiva República gran-colombiana (Piar). Los "cochinos esclavos negros" aportaron numerosos soldados de alto rendimiento (como "San Rondón", Infante y el "Negro Primero"), crearon además, desde la República Negra de Haití; la gran plataforma de lanzamiento para la Reingeniería de la Guerra, sin olvidar que el pardo Piar nació y vivió entre los negros de Otrobanda (Willemstad), se apoyó en los indios como soldados de infantería y combatió junto a los negros en Haití, antes de venir a hacer posible la resurrección de esta Patria que hoy todos caminamos y que, cada día amanece para todos, como la soñaron los humildes "feberales" de Zamora.
Y no es que le estemos restando ni un ápice, a los incuestionables méritos guerreros y patrióticos de la oficialidad mantuana comprometida con Bolívar; sino que estamos poniendo de relieve, el insoslayable mensaje resumido en el epígrafe, porque la Historia también ha tenido su sesgo racista... Entonces en esta Venezuela de tantos "Victorinos", la muerte tiene varias maneras de escribirse con "M" de mantuano millonario y, aunque precursor se escribe con "P" de popular y perseverante; también es justo y necesario establecer, que Patria se escribe con "P" de pueblo, Piar y Páez.
#ElEstadoPáezNoDebeSeguirseLlamandoPortuguesa
*Caficultor bolivariano (Ni adeco, ni alcalde) E-mail: aprocarga2001@yahoo.es