¿Está Zamora en el Panteón Nacional?

LA MUERTE DE EZEQUIEL ZAMORA SEGÚN GIL FORTOUL

En esta oportunidad queremos traer acotación la referencia que hace Gil Fortoul- en una carta dirigida a su paisano el científico Lisandro Alvarado desde París el día 13 de septiembre de 1904- sobre la muerte de Ezequiel Zamora en la que establece dudas sobre si realmente los restos llevados al Panteón sean los de Zamora. Recordemos que ambos historiadores se encuentran el primero escribiendo su Historia Constitucional de Venezuela y el segundo la Historia de la Guerra Federal.

Recibí su carta fechada en San Carlos a 1° de julio. La responsabilidad de la muerte de Zamora me parece todavía un punto muy controvertible, a pesar de cuanto se ha escrito. Que Guzmán, hombre previsor y planes a largo plazo, desease la muerte del caudillo, es cosa verosímil, o suposición plausiva. Pero para creer que fue autor o cómplice, se necesitan pruebas mejores que las alusivas hasta ahora. Respecto de los restos llevados al panteón, puede ya afirmarse rotundamente que son falsos”. ( Pag. 232

En su Historia Constitucional en la Cuarta Edición de 1954, Tomo 3°. Volumen 3° relatando los triunfos de Zamora llega al fatídico 10 de enero de 1960 allí señala: “Fue su último día. Cayó muerto de un balazo. ¿ De donde y de quién?. Sus mismos correligionarios han sostenido siempre opiniones contradictorias. Para unos la bala partió del campo federal y hasta citan como victimario a un oficial llamado Morón, Acusándolo de haber obedecido a órdenes de Falcón y Guzmán Blanco, para evitar que Zamora se alzase con el Gobierno después del triunfo definitivo. Para otros, y son los más, no cabe duda de que la bala salió del Campo enemigo.

Tuvo el vencedor de Santa Inés todas las cualidades buenas y malas, bravura, fanatismo partidario, constancia indomable, odios sinceros, o como él decía desde 1846, “ Horror a la Oligarquía”, lo que no le impidió, sin embargo, sobre llevar durante 10 años el régimen oligárquico de los monarcas. Nadie lo superó en la Guerra del 59. Supo burlar la pericia de militares técnico como Cordero, Silva, Andrade, Casas, Meneses. Perseverante en organizar tropas, convirtiendo bandas desordenadas en batallones homogéneos y fuertes; hábil en sus marchas y maniobras, prudentes en preparar el combate, impetuoso en él, rápido y arrollador en el triunfo. Era poco lo que entendía de doctrinas constitucionarias; menos aún de filosofía política. Su credo se resumía en dos términos: Partido Liberal, Federación; sin detenerse ahondar en el origen ni en la historia de los partidos nacionales, sin reflexionar sobre la significación del sistema federativo, no obstante su amistad con hombres instruidos, ni comparar el estado social de su país con el de otro más civilizados, por donde no viajó nunca, la luz que penetraba en su cerebro era el reflejo remiso de un ideal democrático entrevisto en algunas que otras lecturas de libros literarios y periódicos de luchas. Definir el ideal, ponerlo en contacto con la realidad, hubiera sido esfuerzo superior a su carácter impulsivo e impaciente. Nació para naciones: Luchó en sus mejores años por derrocar el predominio de una clase social que juzgaba usurpadora: desapareció de la primavera de sus ilusiones y antes del desengaño murió sin ver efectuarse la fusión de castas en que iba a agonizar la Oligarquía y engendrarse la Autocracia. Su apasionamiento político no fue crueldad instintiva, ni su odio partidario le empujó hasta el crimen: Procuró más de una vez ponerle frenos a la ferocidad de turbas desarmadas. Amó cordialmente al pueblo: Creyó honradamente que se esforzaba en mejorar su condición. ¿Qué hubiera sido como Jefe Supremo- porque no cabe duda que su destino era encumbrarse sobre Falcón y entrar luego en la lucha a muerte con Guzmán Blanco-: Qué hubiera hecho con el Gobierno?... El secreto del porvenir estaba en la bala anónima que le quitó la vida” (P.157-P.158)

Gil Fortoul relata como después del triunfo de Zamora el 11 de diciembre en Santa Inés y luego de su muerte vendría por momentos casi la pérdida del ejército federal cuyo movimiento perdió a su máximo líder hasta la derrota de la Batalla de Coplé.

En este mismo escrito Gil Fortoul hace referencia a que el ejercito liberal habían salido de El Tocuyo en noviembre de 1859 con 2.500 hombres “ El ejercito Constitucional constaba de 3.200 hombres, según escritores numerales que se fijan en el número con que salió de El Tocuyo en noviembre, y 2.300 según Casas. Los Federales eran 2.500 si a de creerse en sus propios cálculos, y el doble si se aceptan los de sus adversarios” P. 156

 

prodriguezrojas@hotmail.com



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