Esta semana asume la presidencia de EEUU, Donald Trump, quien representa la auténtica plutocracia gobernando ese país norteamericano; con un tren ejecutivo proveniente de las compañías multimillonarias ExxonMobil, Lucas Oil, Wyoming Cinthia Lummis y Select Milk Producers, entre otras, así como de la banca estadounidense: Goldman Sachs, Gryphon Investors, Dune Capital Management; además lo integran personas ultraconservadoras y de extrema derecha como el vicepresidente de EEUU, Mike Pence.
Por ello, será un gobierno esencialmente centrado en la economía y los negocios, respondiendo a una vasta clase media de trabajadores que votó ilusamente por Trump y su demagogo eslogan "make America great again" ("volvamos de nuevo grande a EEUU)". Una clase media sumergida por años en el apoliticismo, la banalidad, el consumismo y el entretenimiento; penetrada por la ética mercantilista y con un estilo de vida abstraída totalmente hacia lo material, hacia lo mundano, tan sólo para satisfacer placeres con exagerado gusto por la comodidad y pretender hacer las cosas sin contratiempo ("we are in business").
Pero también, una clase media que resultó frustrada y decepcionada por las desacertadas políticas internas que implementó el antecesor Barack Obama, habiendo ofrecido villas y castillos en materia de trabajo, salud, educación y servicios públicos, durante la campaña electoral de cara al segundo mandato en el 2012; y poco o nada cumplió. Exactamente lo mismo que ofreció Hilary Clinton recientemente en su campaña, como evidenciamos en los careos televisados frente a su adversario, sin un ápice de rectificación; y que esta clase media obviamente no le creyó, para entonces inclinar su voto hacia el multimillonario Trump.
Si Clinton hubiera asumido algunas ideas de su contendor en las primarias del Partido Demócrata, el senador Bernie Sanders, otra gallina hubiera cantado; quien logró que importantes sectores de trabajadores de diferentes clases sociales, comenzaran a simpatizar con el socialismo democrático que él planteaba, vista la terrible realidad capitalista que profundizó Obama con las continuadas políticas neoliberales aplicadas a trocha y mocha.
Tocando ahora el tema sobre la posible política exterior de Trump hacia Latinoamérica y El Caribe, ésta seguramente será guiada por el Tea Party republicano; ya que en política, Trump se muestra totalmente ignorante y dejará que otros le enseñen el camino. Por lo cual, ratificará el decreto de Obama que declara a Venezuela una amenaza para la seguridad de los EEUU. Igualmente apoyará a la OTAN para introducirse en Suramérica, consolidando las bases militares presentes en varios países; con lo cual, la amenaza de una intromisión mercenaria en Venezuela, podría concretarse en los próximos meses.
Ante esta situación que se nos avecina, aunada al boicot y guerra económica que se agudiza, debemos defender a ultranza nuestra revolución socialista y no perder ni de vaina las elecciones presidenciales del año que viene. Nuestra experiencia socialista sigue penetrando en EEUU; y el Departamento de Estado y el Pentágono lo saben. Seguro con el hábil e interesado Trump, se nos vienen con todo.
Por ello, el último programa de "La Hojilla" conducido por Mario Silva, resulta esclarecedor; que debe repetirse varias veces, a fin de divulgar más el mensaje anual del presidente Nicolás Maduro, el informe de la profesora Curcio sobre las causas de la actual crisis económica en nuestro país y que obviamente promoverá Trump; así como la extraordinaria experiencia socialista que desarrolló la Unión Soviética y Alemania del Este, con altos niveles de vida en lo socioeconómico, y que el pueblo estadounidense comenzaba en los años ochenta, a conocer y comprender por diversas vías.
