Harina amarillenta

Algunas personas no se dan cuenta o están pendientes del meollo político que se maneja a nivel nacional e internacional, pero que llega a las esquinas de las urbanizaciones y barrios.

Escribimos de las cosas que ocurren en las avenidas, calles, escaleras y callejones y que los aspirantes a políticos de la revolución bolivariana no logran captar, quien sabe porqué razones.

Resulta que en algunos sectores –separados políticamente- trabajadores- mensajeros-distribuidores de los productos Polar, llevan sus artículos, entre ellos las harinas, a las bodegas. Como en los diversos sectores hay bodegas o abastos, estos supuestamente deben atender a los que viven cerca del comercio.

Lo cierto de todo es que, hoy día, las personas que viven en un sector, no pueden ir a comprar a otro sector, porque no les venden. Y eso está ocurriendo, hay que reiterarlo, porque los consejos comunales no están funcionando del todo bien.

No hay capacidad de convocatoria ni organizativa y esta ha sido sustituida por la capacidad que tienen los abastos y distribuidores de los productos que empaqueta la empresa Polar. Así, surge ahora una carnetización para que los vecinos de un sector puedan ir a comprar los productos que la Polar le lleva al abasto o bodega cerca de su casa, lo que ha sido determinado con anterioridad.

¿Quiénes van a esos abastos?, los desechados e ignorados por los consejos comunales que no han tenido la capacidad para acercarse a las personas, conversar con ellas, tratar los más variados tópicos y hacer verdaderas relaciones.

Esa gran ausencia, ha determinado, por ejemplo, que primero injusticia se metiera en algunas parroquias –¿Lo sabe el Psuv?- que tuvieron una tradición de izquierda, que comenzó a mermar con las asociaciones de vecinos y que hoy día muchas de ellas se han reconvertido en consejos comunales.

Es decir, la falla en la constitución de verdaderos consejo comunales revolucionarios, discutidores de lo político, de lo ideológico, de lo ético, lo educativo, lo social y la convertibilidad de los vecinos en fuerzas constructivas dentro de la revolución, es lo que ha generado la entrada de primero injusticia en las parroquias con sus sancochos y bebederas de licor.

Eso ha ocurrido y no puede ser tapado, porque ese hecho, forma parte de lo que ocurre con las colas en las panaderías y negocios cómplices en todas las ciudades. Y un hecho visible este martes, fue la venta de rollos de papel higiénico en un negocio de la avenida Fuerzas Armadas, denominado El Bacalao. Cada rollo de papel higiénico era vendido en Bs. 900 y el paquete en Bs. 18 mil.

¿De qué estamos hablando entonces? De que el sector comercio está también junto a los distribuidores y presuntamente un determinado número de empresarios comerciantes en conspirar para derrocar a Nicolás Maduro. Y ellos no quieren entender que no están en la IV república, cuando hacían lo que les daba la gana, cuando ponían y quitaban ministros en contubernio con políticos corruptos. Un asunto sencillo.

Ahora están quieren carnetizar a los vecinos, intentando contraponerse al sentido revolucionario de identificar a los venezolanos y facilitar las más variadas actividades bancarias, estudiantiles, comerciales, etc.

¡Lo de la harina amarillenta es una realidad y una mentira!



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Pedro Estacio


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