¡Así nunca se acabará con la corrupción!

No serían suficientes todos los aviones que tiene el estado venezolano para acabar con la corrupción en Venezuela, como le gustaría hacerlo al presidente Maduro. Según sus propias palabras, ("el presidente de Venezuela Nicolás Maduro dijo en una alocución televisada que a veces le provoca lanzar a los corruptos desde helicópteros o fusilarlos como se hacía en el pasado"). Ni siquiera se podrá acabar con los corruptos que hay en su gobierno, que tanto aplauden sus palabras. Pero si en verdad se quiere combatir la corrupción, es mucho más efectivo realizar la Auditoría Pública y Ciudadana que tanto ha sido solicitada por el pueblo y que el gobierno no se ha dignado ordenar.

¿En qué consiste la corrupción?

Nos referimos a la corrupción política, que consiste en el mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. El término opuesto a corrupción política es transparencia. Por esta razón se puede hablar del nivel de corrupción o de transparencia de un Estado.[]

Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son:

  • el uso ilegítimo y manipulación de la información,

  • el soborno, (pagar o cobrar coimas…)

  • el tráfico de influencias, (uso del cargo para favorecer amigos…)

  • el nepotismo, (primero la familia…)

  • el enriquecimiento ilícito, (dicen que no hay político pobre…)

  • el desvió de recursos, (usar recursos públicos para favorecer partidos, o…)

  • el amiguismo, ( nombramientos en cargos, de amigos sin tener méritos…)

  • el abuso de funciones, (porque quiero y porque puedo…)

  • el privilegio de funcionarios, (al jefe, lo que pida…)

  • la obstrucción de la justicia, (presionar jueces en decisiones judiciales…)

  • la malversación, (apropiarse de fondos en razón de ocupar un cargo…)

  • la cooptación, (nombramientos a dedo…)

  • la impunidad, (excepción del castigo que implica una falta o delito…)

  • la colusión, ( pacto entre dos o más, para perjudicar a un tercero…)

  • La prevaricación, (si un funcionario público dicta una resolución arbitraria, en un asunto administrativo o judicial a sabiendas de que es injusta).

La corrupción facilita a menudo otro tipo de hechos criminales como el narcotráfico, el lavado de dinero, la fuga de capitales, etc.

Como podemos apreciar fácilmente, en casi todas las decisiones y actuaciones del gobierno, los poderes públicos, los partidos políticos, los empresarios y los sindicatos en nuestro país está presente una generalizada corrupción.

La corrupción es una de las peores y más desastrosas secuelas del capitalismo, constituye parte de su naturaleza y no se acabará mientras impere el capitalismo en el mundo.

Por otra parte, se pretende convencernos de que la corrupción es propia de los países pobres y poco desarrollados, pero si observamos por ejemplo la Unión Europea, encontraremos una larga lista de "nombres ilustres" de la política, de las grandes empresas transnacionales, de la administración pública, de grandes sindicatos, del mundo financiero, de los medios de comunicación, involucrados en escandalosos casos de corrupción. Hasta en la alta nobleza, en la FIFA y en el Vaticano abundan los casos de corrupción.

Eurostat, la Oficina de Estadística de la Unión Europea, ha actuado durante años como empresa mafiosa. Doble contabilidad, contratos falsos, contratos inexplicables, aumento contable de costes, ofertas ficticias, fondos secretos, oscuros movimientos de millones de euros, etc. han sido denunciados en múltiples ocasiones. El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación desveló que se firmaron más de 500 acuerdos secretos entre el paraíso fiscal Luxemburgo (miembro de la Unión Europea) y 340 grandes empresas, ¡para evadir impuestos!, cuando era primer ministro de ese pequeño país el actual presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha contribuido también en grandes casos de corrupción. En la década de 1990 el FMI prestó a Rusia más de 20 mil millones de dólares sin controlar el destino de ese capital, y altos funcionarios del gobierno de Borís Yeltsin desviaron centenares de millones de dólares, mientras "respetables bancos estadunidenses" aceptaban abrir depósitos con cantidades obscenas, por políticos corruptos y delincuentes similares. Según el Congreso de Estados Unidos se ocultó por sistema, el origen de esas fortunas.

El Citibank abrió cientos de cuentas secretas con dinero de origen inexplicable y la mafia rusa utilizó el Bank of New York para blanquear 10 mil millones de dólares. Bancos estadunidenses y europeos contribuyeron a blanquear más de 200 mil millones de dólares, fruto del saqueo del patrimonio público ruso tras ser privatizado.

Es evidente que la corrupción campea en los países ricos. Así lo demuestran los numerosos escándalos conocidos desde la década de 1990, de Eurostat, Enron, World Com, Parmalat y otras grandes empresas. O el hecho de que el expresidente Bush y el exvicepresidente Cheney estuvieran bajo sospecha antes de ocupar la Casa Blanca. Y también que la mayoría de grandes empresas alemanas se hayan sentado en el banquillo de los acusados en los últimos años. O que Berlusconi utilizara en Italia su mayoría parlamentaria para aprobar leyes de inmunidad, que le permitieran escapar de condenas seguras por corrupción.

Enormes fortunas mal habidas, procedentes de países latinoamericanos y africanos, producto de la corrupción, el saqueo, el narcotráfico, etc., son recibidas gustosamente a gobernantes, políticos, dictadores, empresarios, narcotraficantes, etc. y descansan plácidamente en bancos estadounidenses y europeos, sin siquiera investigar sus orígenes, como ha sido el caso del "descomunal desfalco" de cientos de miles de millones de dólares que han conducido a la pobreza al pueblo venezolano.

Son incontables los casos de corrupción a nivel global, pero se puede asegurar que no existe país alguno donde reine el capitalismo que esté libre de este flagelo. Como dijimos anteriormente, la corrupción es parte inseparable del capitalismo. Es otro modo de acumulación de capital, como lo es la especulación financiera, la austeridad fiscal, la deuda externa y las guerras. Es otro medio de dominación. Y se ha instalado en todo el mundo para quedarse, mientras exista el capitalismo.

La corrupción es hija de la ambición materialista y del egoísmo. Es el desprecio a los demás, una forma de desarraigo. Poca ilusión sienten los corruptos por ser recompensados con el reconocimiento intangible, el agradecimiento o el afecto social, su deseo innegable es el de ser recompensados materialmente junto a su entorno.

El ideal de quienes aspiramos a edificar una sociedad justa e igualitaria es promover la elevación de la calidad de vida de todos los seres humanos, procurando un mundo mejor para cada persona a nivel global. No se justifica un mundo en el que vivir bien solo sea patrimonio de un pequeño grupo de privilegiados. Todos podemos vivir bien, es decir vivir dignamente, con todo lo necesario.

Podemos igualarnos hacia arriba, sin egoísmo, con nuevas relacione sociales, abrazadas a una convivencia solidaria y justa.

Para vencer el cáncer de la corrupción, es necesario superar los fetiches materialistas que nos han sembrado.

La única manera de combatirla es dentro del socialismo. Pero un Nuevo Socialismo, que debemos construir entre todos. Con un liderazgo colectivo, dentro de una democracia Verdaderamente Participativa y Protagónica, fundamentada sobre bases éticas y morales, impregnada totalmente en la Consciencia del Deber Social o Consciencia Solidaria.

"La Conciencia del Deber Social es la conciencia de que pertenecemos a la sociedad; el convencimiento de que la suerte de la sociedad depende del esfuerzo de cada uno de nosotros y que la suerte de cada uno de nosotros depende de la suerte de la sociedad toda. Se establece así la sociedad de la equidad, la justicia y la solidaridad. Las riquezas, los triunfos, los éxitos son colectivos, pertenecen a toda la sociedad, presente y futura y el Estado debe velar y garantizar tal condición".

Como hemos visto, no resulta nada sensata la idea del presidente Maduro de lanzar a los corruptos desde los helicópteros.

06 /01 / 2017



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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