Por falta de claridad de Maduro

No queremos pensar que existe mala intención del presidente para conducir el país, por lo cual tendremos que aceptar la falta de claridad de sus principios socialistas, o la falta de fortaleza para defenderlos o lo que es peor, su falta de responsabilidad para cumplirlos. Lo cierto es que su actuación nos ha conducido al desastre que estamos padeciendo y tal parece que no se da cuenta, o no quiere aceptarlo, mientras los más allegados a su entorno, junto con el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI), bien sea por cobardía, o por intereses egoístas, alaban, aplauden y hasta disfrutan ese desgobierno general, lo cual los convierte en cómplices. Es increíble que no exista una voz disidente dentro del gobierno o en el psuv con respecto a tantas contradicciones, promesas incumplidas y errores que ha cometido el presidente durante el tiempo que ha permanecido en el ejercicio del poder.

Hay muchos ciudadanos que critican a los asesores y colaboradores del presidente por la torpeza o mala intención, de su asesoramiento, lo cual es comprensible, puesto que en todas las decisiones que toma el gobierno existen múltiples intereses en juego, por encima de los intereses de la mayoría de la población, pero la verdad es que si él hubiese tenido la suficiente claridad en lo que significa el socialismo, no hubiese aceptado la responsabilidad de dirigir el país, o no hubiese cometido las torpezas que ha cometido hasta ahora, pues no le ha faltado, ni poder económico, ni político, ni militar, ni mediático, ni apoyo popular o internacional. Más bien, todo esto lo ha despilfarrado

Esta falta de claridad, además de la terquedad para aceptar la crítica, sumada al clientelismo político, junto con la enorme publicidad que tiene el gobierno, ha logrado dividir el chavismo entre "leales" y "críticos" y por tanto el gobierno se ha debilitado políticamente y se enreda cada vez más, pues un gran porcentaje de chavistas cree ciegamente que todo este caos es única y exclusivamente por culpa de "la conspiración de la derecha nacional e internacional", y que los chavistas críticos son "unos traidores", que colaboran con la mud y en consecuencia, cada vez se le hace más difícil gobernar un país que estaba encontrando el rumbo hacia el socialismo, aunque con algunos errores, que se hubiesen podido subsanar con el Golpe de Timón solicitado por el Comandante Chávez en su último Consejo de Ministros. Cualquier dirigente hubiese podido hacerlo mejor de haber tenido la suficiente claridad para distinguir las diferencias entre capitalismo y socialismo y de haber asumido la responsabilidad en vez de estar buscando culpabilizar a otros por sus propias fallas y errores.

Por ejemplo, la "guerra económica" contra el país, que tanto pregona, ha sido posible porque el 80% de la cadena productiva la tienen los empresarios del sector privado, quienes además, han recibido del gobierno los dólares preferenciales y se pusieron de acuerdo asumiendo acciones desestabilizadoras que van desde "acaparamiento, especulación, contrabando de extracción, aumento de precios y desaparición de artículos de primera necesidad". Pero el presidente continúa creyendo en esa "alianza con los empresarios", sin darse cuenta que para enfrentar la "cadena de producción capitalista", es necesaria una "cadena de producción popular", o sea, fortalecer la "Economía Comunal".

El comportamiento del presidente más bien ha confundido a la población, tanto a los defensores como a los enemigos del socialismo, pues los primeros se decepcionan de dicho modelo y los segundos se basan en dicha confusión para desprestigiarlo y desacreditarlo.

El jefe de estado con su indiferencia, negligencia y desprecio a la crítica, ha permitido que exista un desgobierno tal, que los funcionarios públicos irresponsables y deshonestos y los comerciantes inescrupulosos e indolentes se han convertido en un verdadero azote para el pueblo que vive honradamente de su trabajo. Pueblo que además no cuenta con medios públicos de comunicación, e información para hacer conocer sus necesidades, inquietudes y opiniones, pues todos se encuentran en manos del gobierno que oculta y manipula la información.

Pero después de casi tres años dirigiendo el gobierno venezolano, ya no tiene disculpas para estar cometiendo errores tan elementales como prometer que para el 15 de Diciembre la población contaría con billetes de Bs.500, sabiendo él que aún no los habían traído al país. Esto, además de ser una gran mentira nacional del presidente, es una tremenda irresponsabilidad para con el pueblo venezolano.

Si el presidente pretende conducir responsablemente al pueblo hacia el Socialismo, lo primero que ha debido intentar, era fomentar la Conciencia del Deber Social, o Conciencia Solidaria, o Socialista, por sobre la Conciencia Egoísta, Individualista o Capitalista.

La Conciencia del Deber Social es la conciencia de que pertenecemos a la sociedad; el convencimiento de que la suerte de la sociedad depende del esfuerzo de cada uno de nosotros y que la suerte de cada uno de nosotros depende de la suerte de la sociedad toda. Se establece así la sociedad de la equidad, la justicia y la solidaridad. Las riquezas, los triunfos, los éxitos son colectivos, pertenecen a toda la sociedad, presente y futura y el Estado debe velar y garantizar tal condición.

Pero el presidente esto no lo ha hecho y pareciera que no sabe hacer más que repetir consignas vacías, promesas y amenazas; más bien, ha promovido el individualismo, el nepotismo, los privilegios, el amiguismo, las roscas, la viveza criolla y el presidente lo sabe, pero no hace nada por evitarlo, cuando pudiera haberlo hecho emitiendo un par de decretos, sin tantas amenazas.

La educación, instrumento indispensable en la formación de la Conciencia del Deber Social, de los valores socialistas, éticos y morales, en fin de la mujer y el hombre nuevo, ha sido prácticamente relegada a un segundo plano, incluso detrás de los conciertos de salsa y el consumismo.

En la construcción del modelo socialista, la planificación económica y política es una característica fundamental, pero resulta que las decisiones del gobierno que tenemos actualmente, constituyen una verdadera cadena de improvisaciones, pues como el presidente se la pasa atendiendo múltiples eventos y actos proselitistas, como si estuviera en campaña electoral, consume demasiado tiempo que debiera utilizar para supervisar tales decisiones, por lo cual las debe rectificar después de anunciadas.

El presidente ha debido ordenar la importación directa y transparentemente de los artículos de primera necesidad, como se le ha solicitado insistentemente y no hubiese realizado alianzas absurdas con empresarios parásitos y egoístas, otorgándoles dólares preferenciales.

Ha debido controlar el acaparamiento y la especulación con la colaboración de los Consejos Comunales y del Poder Popular en general. Ha debido evitar el bachaqueo supervisando las ventas al mayor y el acaparamiento en los grandes supermercados con el auxilio de la población. Ha podido evitar la entrega de taxis y autobuses a individualidades, la cual junto con el bachaqueo ha sido una práctica nefasta para impulsar el socialismo, pues esto lo que ha fomentado es el capitalismo. Lo que se ha promovido con estas entregas de vehículos ha sido el capitalismo y la corrupción. De manera similar, el gobierno ha promovido la burocratización de las empresas recuperadas, ocupadas, nacionalizadas, compradas, etc., generando el capitalismo de estado, que fue la principal causa del fracaso del Socialismo en la Unión Soviética. Cuando ha debido, en su lugar, promover la gestión obrera; por no hacerlo, se ha retrasado la marcha hacia el socialismo.

La reestructuración de los Abastos Bicentenario hubiera sido una excelente oportunidad para suministrar los productos de los CLAP de manera organizada por los trabajadores de estos establecimientos para evitar la corrupción y mejorar la atención al pueblo.

El presidente no ha querido asumir su responsabilidad, de promover como Jefe de Estado, la realización de una Auditoría Pública y Ciudadana de la Deuda Externa y del enorme Desfalco a la Nación, que permitirían recuperar cientos de miles de millones de dólares que pertenecen al pueblo venezolano y que aliviaría la pobreza que hoy estamos padeciendo.

La consolidación del Poder Popular y el trabajo voluntario son excelentes maneras de fomentar la conciencia solidaria, pero esto también ha sido evadido por el gobierno y el psuv. No puede haber socialismo sin democracia ni democracia sin socialismo. Y la verdadera democracia es participativa y protagónica. Es decir, es fundamental fortalecer el Poder Popular, pero el presidente a esto no le da ninguna importancia; no le preocupa que el pueblo tenga o no tenga poder.

El presidente no ha fomentado la Economía Comunal, como podría haberlo hecho apoyando y defendiendo las Empresas de Propiedad Social Directa Comunal (EPSDC), ni ha fortalecido el Poder Popular, como bases para la construcción del Socialismo.

En cambio, cuando los comerciantes, en su mayoría especuladores, inescrupulosos, indolentes y enemigos del Socialismo, son afectados por el descontento popular y la pobreza causada por el abuso de éstos y las absurdas medidas del gobierno, éste corre presuroso a auxiliarlos económicamente y son rápidamente protegidos por las instituciones del estado, como ya quisiera el pueblo soberano ser atendido. La mano dura es contra el pueblo que protesta por las medidas del gobierno que le hacen padecer hambre y sufrimientos por falta de alimentos, medicinas y la corrupción general. El gobierno no ha abordado seriamente la necesidad de asumir la Independencia y Soberanía Alimentaria, como requisito fundamental y principal para poner en marcha los otros motores productivos y sanear el proceso de producción nacional. Ver:

http://propuestaagricolanacional.blogspot.com/

Todo el proceso de pre-siembra, siembra, cosecha, agroindustria, distribución y la comercialización de los productos agrícolas y alimentarios "debe estar en manos del pueblo organizado", con el apoyo de las universidades, PDVSA agrícola, AgroFANB, educación media, etc., pues la alimentación de la población es de carácter estratégico y no se deben permitir los monopolios.

La decisión de aceptar que más de cien empresas mineras transnacionales exploten las enormes riquezas del Arco Minero del Orinoco generando uno de los mayores crímenes contra el planeta es una muestra más de la falta de consciencia socialista del presidente del gobierno venezolano.

Para completar el cuadro, la ineptitud de los dirigentes de la "dizque oposición", comandada por la mud, tampoco ha permitido que el pueblo venezolano pueda contar con una opción que le permita elegir un camino correcto, pues nunca han presentado un proyecto viable de país. El comportamiento de la "dizque oposición" ha estado signado por la ignorancia, la mediocridad, el engaño, el egoísmo y el desprecio por los pobres y marginales, sin comprender que la marginalidad perjudica y afecta a toda la población del país e impide su armónico desarrollo. Desde el inicio del mandato de Chávez, solo se ha dedicado a sabotear al gobierno, democráticamente electo, contando con apoyo del Imperio Capitalista para derrocar al gobierno, contraviniendo toda norma, violando la Constitución Bolivariana, irrespetando al pueblo venezolano, tanto chavistas como antichavistas, pues su único interés es obtener el control de la renta venezolana. Con ese sabotaje irracional, la "dizque oposición" ha perjudicado a todo el pueblo venezolano, chavistas y antichavistas, con excepción de los privilegiados de siempre, aumentando la pobreza y todo tipo de marginalidad.

Hoy contamos con un "gobierno revolucionario" y una "dizque oposición" intentando establecer un "dialogo", que más se parece al pacto de Punto Fijo, dejando a un lado a la gran mayoría de la población, pero en cambio lo hacen teniendo como mediadores a representantes del Imperio Capitalista y del Vaticano. Y como el presidente se ha adueñado de los Medios Públicos, el pueblo ni siquiera tiene cómo expresar sus inquietudes, necesidades y opiniones.

Fácilmente podemos observar la desviación que ha experimentado la Revolución Bolivariana y por más que se empeñen en afirmar que es socialista, la verdad es que nos están conduciendo de regreso al capitalismo más salvaje que estábamos padeciendo antes de Chávez.

Esta es nuestra realidad actual, es el resultado de una dirigencia (tanto en el gobierno como en la oposición), inculta, inmoral, incoherente, deshonesta, que actúa de espaldas al pueblo, que solo le importan sus intereses particulares y utilizan todo nuestros recursos e instituciones, para mantenerse en el poder en detrimento de las grandes mayorías del pueblo venezolano.

Atentamente;

 28 /12 / 2016

 



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Gilberto Hernández Ortíz

Graduado en la universidad Nacional de Colombia en Licenciado en Ciencias de la educación especializado en el área de Física y Matemáticas Postgrado en Educational Media en la Universidad de North Carolina A&T State University año 1984 - Greensboro, N.C Prof. Jubilado de la Univ. de Oriente (Núcleo Anzoátegui)

 gilnandez@hotmail.com

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