Las recientes Resoluciones del Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE), publicadas en la Gaceta Oficial No. 41.044 de fecha 02-12-2016, platean la posibilidad cierta de generar profundas transformaciones en todo el sistema educativo; por cuanto interpreta el firme principio de la revolución bolivariana y chavista de abandonar radicalmente los modelos educativos eurocentristas y pitiyanquis que han prevalecido durante 500 años.
Con tales Resoluciones podemos sepultar para siempre la ideología de la dominación y el colonialismo, plasmados en ese moribundo currículo educativo convencional plagado de planes educativos, programas de estudios y pedagogías, totalmente diseñados para preservar el sistema de opresión y subyugación, primero esclavista y luego capitalista; sometiendo nuestro pueblo por centurias, a la sumisión, el enajenamiento y la alienación, y destruyendo la naturaleza por efectos de la extracción, contaminación y depredación.
Cuando el MPPE hace referencia en dichas Resoluciones a educar en, por y para el amor a la Patria, la soberanía y la autodeterminación, la interculturalidad y la valoración de la diversidad, la preservación de la vida en el planeta, la libertad, la curiosidad y la investigación; emerge entonces un auténtico pensamiento dialéctico, investigativo, hermenéutico y crítico, una real conciencia de identidad y un fuerte compromiso compartido con el país para la transformación social, económica, política, cultural y territorial de la República.
Por ello, saludamos especialmente la incorporación del componente básico de formación: "Memoria, Territorio y Ciudadanía", como área común para todos los estudiantes con máxima carga horaria, al igual que las ciencias naturales; asimismo, los grupos estables de estudiantes en arte y patrimonio, en acción científica, social y comunitaria, y participación en producción de bienes y servicios. Con lo cual estamos en presencia de una educación dirigida a desarrollar las potencialidades locales, totalmente pertinente a nuestra idiosincrasia, a nuestras raíces históricas, al pensamiento de la liberación y en la construcción de una sociedad igualitaria y justa.
Sin embargo, debemos evitar ciertas contradicciones como la que leemos en uno de los considerandos de la Resolución No. 0143 donde, al abordar el desarrollo sociocognitivo integral de los ciudadanos , se insiste en articular "de forma permanente, el aprender a ser, a conocer, a hacer y a convivir", cual ancestral modus parisiensis, reproductor y memorístico sobre competencias y contenidos, individualizado, ahistórico y descontextualizado de cada realidad; y que siempre promovió la Ratio Studiorum traída por los jesuitas españoles en el siglo XVI para el adoctrinamiento cristiano de indígenas, esclavos y mestizos; y que luego se extendió, durante la educación supuestamente postcolonial.
