La primera línea de defensa contra el imperio se ha roto

La lucha contra el imperio no es un simple detalle de la vida internacional, es una batalla dura y continua desde nuestro nacimiento como república en 1810. Con diversas etapas, desde la guerra de independencia en el siglo XIX hasta el siglo XXI, son muchos los ataques que como nación hemos sufrido, y la llegada de Chávez al poder le dio un giro muy particular a esas luchas, Chávez había decidido levantar un vez más las banderas del Nacionalismo en beneficio de los venezolanos y en conjunción con el resto de Latinoamérica, porque solos somos presa fácil, juntos somos más fuertes, su pensamiento estaba siempre presente la gran nación latinoamericana.

Desde los inicios de la revolución Bolivariana en 1999, cuando Chávez fue electo presidente, empezó a organizar las fuerzas nacionales para primero que nada reorganizar el país con una nueva constitución, más fuerte y adaptada a los nuevos tiempos, decretando un referéndum por primera vez en la historia del país para que todos definiéramos el país que queremos, luego activa el plan bolívar 2000, una acción de rescate popular de los más desposeídos, rompiendo los esquemas y las formas de acción de todas esas viejas instituciones que no funcionaban para atender al pueblo siempre olvidado, por otra parte inició un proceso de reestructurar el asunto petrolero, aprovechar la ventaja comparativa que tenemos como país que es el petróleo y el negocio petrolero. Allí estaba Bernardo Álvarez, empezando a hilvanar delicadamente los lazos internacionales del continente Americano empezando por la Patagonia, recuerdo el viaje a Brasil y luego a Argentina, toda una difícil misión, integración y petróleo.

Empezó a tejer los hilos de la cooperación mutua entre nuestros países, en ese pensamiento Mirandino de la gran patria, esta vez por medio de la energía. Luego después de muchos ataques a la gobernabilidad del país, ataques a la economía de los pobres y de los débiles socialmente, luego de los intentos de golpes de estado en 2002 en abril y diciembre, el principal ataque estuvo orientado en detener al país saboteando la industria petrolera, dejando al país sin gasolina, tratando al mismo tiempo de lesionar los compromisos petroleros con estados unidos para generar un conflicto con este país por incumplimiento. Y allí también estaba Bernardo Álvarez tratando de jugar el difícil juego de los negocios petroleros combinados con la diplomacia apoyando la gestión de Alí Rodríguez que dirigía la PDVSA asediada, pero en razón de ese terrible ataque contra el país y la industria petrolera, organizado y dirigido por los estados unidos, ejecutado por los funcionarios y gerentes serviles y los líderes de la oposición oportunista y nada constructiva, Bernardo rompió los esquemas de negociación tradicional, para conseguir gasolina y cumplir algunos de los compromisos petroleros, que levantaron mucho ruido mediático de los criticones e inquisidores, miopes de oficio, pero que en definitiva ayudo a salir del atolladero provocado por traidores que juegan a los intereses de otro país que trabaja permanentemente en dominarnos.

Ese 2003 tan difícil, esas jugadas audaces y costosas por los daños de los saboteadores, fue el inicio de una postura formal en la diplomacia que coloco a Bernardo como embajador de Venezuela ante los Estados Unidos de Norteamérica. Bernardo un personaje, un luchador un diplomático, un hombre de gran preparación, de gran conocimiento, profesor de muchos internacionalistas y militares, también facilitó los contactos con los movimientos sociales de ese país que tenían interés en el proceso social de la revolución bolivariana, Bernardo entendió cada vez más las entrañas del monstruo imperial del estado norteamericano y sus elites, discutió con ellos, con sus estudiantes, estudio ese país, conoció sus números, su gente, su historia, sus acciones, estudio al imperio sin dejar de sentirse patriota latinoamericano, ni volverse adorador del estilo de vida norteamericano en un país donde muchos viven bien gracias a que el resto viven mal, y en su lucha Bernardo siempre con ese espíritu alegre, positivo, luchador, conciliador, con la dignidad de venezolano por delante, con la lucha social por el bienestar del hombre, con la mano amiga y fraternal, que a mí en lo particular me brindo, que percibí como sincera, que se tomó con seriedad las dudas e inquietudes que le plantee en diversas oportunidades, que con su risa y picardía larense me alegro en algunos momentos complicados, siempre con la filosofía del conocimiento y de la alegría, con la humildad siendo aun caballero de armadura y la fortaleza de la camaradería al compartir un perro caliente en una calle de caracas, pues siempre conservo la jovialidad en los momentos más solemnes y el respeto en los momentos más distendidos.

Luego tenemos con la creación formal de PDV América y Petrocaribe, dos de los mayores bastiones de lucha y de integración regional más positivos para Latinoamérica, iniciaron con los esfuerzos de Bernardo Álvarez en 1999 y algunos otros. Igualmente fue el primer presidente del Banco del Alba en 2009, un instrumento para fortalecer la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, luego retomo sus actividades en Los estados unidos y siguió fortaleciendo las acciones para evitar los diversos ataques, pudiendo visualizar situaciones que surgían en las entrañas del monstruo y advertir al Presidente Chávez e incluso realizar actividades que neutralizaran dichos ataques. Muchas veces hubo quien no entendió y miró con recelo esas actividades, unas por la envidia de quienes veían el respeto con el que se trataba a Bernardo en circulos diplomáticos, que no era sino producto de la altura y pertinencia con las que actuaba, otras por la confianza con las que Chávez lo trataba o por la capacidad y autonomía que Chávez le otorgaba para realizar actividades tan aparentemente simples pero tan trascendentes, tan oportunas y tan bien desarrolladas, otros en el egoismo que querer sus posiciones lo torpedearon para tratar de sacarlo, o para minar su esfuerzo.

Todo ese esfuerzo, era el combate en primera línea en la batalla con los estados unidos, un trabajo difícil, complejo, delicado y que evito muchas situaciones, y su lucha en estas tareas diplomáticas envestidas de formalidad o no, Bernardo era una gran parte de nuestra línea de defensa contra el imperio norteamericano y hoy esta rota y nos deja en posición de mayor debilidad. También su lucha por lo social que no se inició con la revolución bolivariana sino desde su juventud militando en la izquierda, luego con fuerza en la defensa de la revolución y finalmente termino sus batallas en el ministerio de colonias norteamericano, la OEA, ese foro tan negativo para la soberanía de los países latinoamericanos desde donde siempre tuvo una voz firme para defender nuestros intereses.

A pesar de las distancias de sus ocupaciones, nunca estuvo ausente de nuestras realidades en Venezuela. Es recordado y estimado por muchos Presidentes y miembros de gobiernos de otros países con los que interactuaba desde donde podía, lo tenían en alta estima por sus aportes a la integración, sus acciones y su espíritu son dignos de ser honrados y recordados por todos nosotros los venezolanos y por los que pudimos contar con su amistad. Es por eso que escribo estas líneas, por sus gestos y sus acciones debo honrar su memoria. Otros que seguro lo conocían mejor que yo podrán decir muchas cosas más a los que invito a compilar su trabajo y su esfuerzo. Murió casi al mismo tiempo que otro grande de la historia el 25 de noviembre de 2016, quizás en su camino al descanso, juntos rieguen el coraje y la memoria de los latinoamericanos para que germine en la fortaleza del espíritu de lucha por ese mundo mejor.



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